Manuel León
Redactor Jefe de La Voz de Almería
Es verde como el meyba de Fraga y su paradero ha sido un misterio en
las últimas décadas: el autobús atómico, de la marca GM, que enviaron los
americanos para medir las radiaciones tras la caída de las bombas de Palomares, se vende. Lo ha sacado a subasta en Internet, en la casa de venta de
antigüedades Todocolección, un vendedor zaragozano con un precio inicial
de 15.000 euros.
Tras el accidente aéreo y la caída de las bombas
nucleares americanas sobre tierra del Levante almeriense un ventoso día de enero
de 1966, el Pentágono empezó a movilizarse para controlar la situación ante los
indicios de radioactividad en esa zona habitada del término municipal de Cuevas
del Almanzora. No explotaron las bombas, pero sí que se rompió la carcasa de dos
de ellas liberando plutonio y americio. El ejército norteamericano,
además de montar un fuerte en la playa de Quitapellejos, denominado ‘Campamento
Wilson’ por el nombre del General que lo dirigía, envió este autobús que
contenía en su interior un laboratorio nuclear que era lo más sofisticado de la
época con literas, vitrinas tecnológica, mostradores de pruebas y aire
acondicionado.
Por 15.000 euros puede ser suyo |
En su interior, único en el mundo, se revisaron las
muestras tomadas en la población y por él pasaron todas la autoridades del
régimen. Tras cumplir su cometido, los mandos norteamericanos lo regalaron al
Caudillo “por su colaboración en las labores de limpieza en el accidente nuclear
de Palomares”. Franco decidió a su vez cederlo en custodia al ministerio de
Agricultura que estaba comandado en esa época por el extremeño Adolfo
Díaz-Ambrona. Pero, recovecos del destino, décadas después desapareció
misteriosamente de una de las cocheras del parque móvil ministerial sin que
nadie respondiera por su paradero. Incluso en los primeros años de la
democracia un diputado realizó una consulta parlamentaria sobre el controvertido
vehículo sin obtener una respuesta precisa. Hasta que hace unos meses apareció
puesto a la venta en un portal dedicado a las antigüedades y al
coleccionismo. El vendedor lo publicita como “perfecto para habilitar en
discoteca, terraza móvil, parque infantil o parque temático”, aunque por su
aspecto necesita de una urgente restauración.
El Ayuntamiento de Cuevas
del Almanzora planea desde hace vario años habilitar un Centro de Interpretación
del accidente nuclear y esta pieza podría enriquecer ese espacio turístico y
educativo. Hasta ahora lo que ha transcendido es que este futuro ‘Museo
de las bombas’ podría instalarse sobre una superficie de diez hectáreas cercana
a las balsas y al cementerio. Se pretende que sea un parque temático para
familias con vídeos, material fotográfico, material original como una carcasa
del B-52 implicado en el accidente, documentos del suceso en vías de
desclasificación por la Administración norteamericana y hasta el famoso
Meyba de Fraga.
En cualquier caso, este proyecto será realidad una vez que se lleve a cabo la
limpieza de la zona a la que el Gobierno norteamericano se ha comprometido
aunque sin fecha en un perímetro de vigilancia de 40 hectáreas.
El alcalde
Jesús Caicedo pretende que se convierta este futuro Centro en un polo de
atracción turística como se ha hecho en Hiroshima (Japón) y en el Museo Atómico
de Albuquerque (Nuevo México). El científico Eduard Carbonell dirigirá el
proyecto.
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