Un alcalde slow

Rafael Esteban Martínez
Portavoz del Grupo Municipal de IU-LV-CA



Bruselas parece ser un buen lugar para dar ejemplo y exponer las mejores intenciones municipales. Y hasta allí se ha ido nuestro alcalde y senador del Partido Popular, Luís Rogelio Rodríguez Comendador, acompañado por sus concejales de Alcaldía y Obras Públicas, Carolina Lafita y Manolo Guzmán, respectivamente. Gracias a los medios de comunicación locales, el grupo político que represento, Izquierda Unida, ha conocido de este viaje. Y por la prensa también hemos conocido el modelo de casco histórico que quiere el Partido Popular para nuestra ciudad.

Han tenido que pasar nueve años y medio para que nuestro alcalde senador del PP se haya dado cuenta de que Almería tiene casco histórico, y digo esto porque lamentablemente en las tres corporaciones que lleva ejerciendo como tal poco ha hecho por esta zona emblemática de la ciudad. Nuestro alcalde ha estado muy ocupado en realizar concesiones administrativas nefastas para los bolsillos de los almerienses, como el caso Telvent; en privatizar patrimonio público municipal para destinarlo a negocios privados (caso Escuela Municipal de Música o caso complejo deportivo Almadrabillas); en gastar ingentes cantidades de dinero público en decoración urbana (caso Faluca), o en firmar convenios urbanísticos leoninos para los intereses de los ciudadanos. Eso sí, nuestro alcalde supo cortar muy bien las cintas de inauguración de las obras que otros proyectaron en la corporación anterior (urbanización de El Toyo, Edificio Polivante (hoy por fin puesto en valor después de siete años cerrado), casas para jóvenes, Estadio Mediterráneo, etc.).

Y tras esos nueve años de dudosa gestión y repleta de sueños propios de nuevo rico (recuérdese el planeado Palacio de Norman Foster), nuestro alcalde senador nos sorprende con el modelo “slow city” para el Casco Histórico. Al parecer quiere convertir esta zona en un lugar sin estrés donde el tiempo fluya sin agobios y sin prisas. ¡Qué bonito!

En España, solo siete localidades poseen este reconocimiento. Entre los requisitos que deben reunir una ciudad o pueblo para alcanzar este distintivo del llamado “movimiento lento” que garanticen el buen vivir de sus gentes se encuentran el uso de energías renovables, una legislación coherente con la Naturaleza o poseer una arquitectura medioambiental. Y de esto parece que el casco histórico almeriense no tiene mucho.

Tengo que reconocer que en este sentido, nuestro alcalde del PP sabe de lo que habla porque precisamente en sus nueve años en el consistorio, ha venido practicando ese movimiento lento y tranquilo para nuestro casco histórico. Desde que tomara posesión en el año 2003, algunos ejemplos demuestran el slow de nuestro alcalde: la rehabilitación de la Casa Consistorial y Plaza Vieja, frenada; la rehabilitación privada en el Casco Histórico, parada desde hace dos años; el acondicionamiento paisajístico de la Hoya y San Cristóbal, parado; los alrededores de la Alcazaba, parado; solares municipales, como la antigua perrera, sin desarrollar, parados; el patrimonio municipal como el solar de la calle Arráez previsto para uso municipal, parado; la rehabilitación del antiguo Hospital Provincial, “ni está ni se le espera”, como dice el dicho popular, etc.. Estos proyectos municipales necesarios para la reactivación de la vida económica, social y cultural del casco histórico se encuentran en estado “pausado”, como el slow anunciado por nuestro alcalde. En definitiva, nueve años perdidos en el casco histórico que ahora quiere borrar el PP con un viaje a Bruselas para enseñar el proyecto del Mesón Gitano y poco más, y porque paga Europa: catorce millones de euros.

El Ayuntamiento de Almería ha desaprovechado la oportunidad de mejorar nuestra zona más simbólica de la ciudad en los últimos años. El alcalde senador y todo su equipo llegaron al Consistorio cuando las arcas municipales se encontraban más llenas y prefirieron gastarlas en suntuosidad, en el centro urbano o en museos que permanecen cerrados a cal y canto.

De nada sirve lamentarse ya. Pero por favor, Sr. Alcalde, no más slow en nuestro Casco Histórico.

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