Javier
Salvador
Periodista
/ Teleprensa
Nota
de la Redacción de La Opinión de Almería.- En esta provincia nuestra, los
medios de comunicación “tradicionales”, incluyendo en este calificativo también
a los de soporte digital, nos obligan a hacer cada vez más un ejercicio de
comprensión lectora. Hablan en clave o hablan para ellos, lo cual no se sabe qué es peor. Para entender el artículo de Javier Salvador es preciso que el
lector sepa: a) Que la asociación a la que se refiere es Amayt-Asociación
Mediterránea Anticorrupción y por la Transparencia, b) El tipo al que se
refiere es Luis Montoya, muy conocido en las redes sociales por su denuncia
pública de asuntos relacionados con el actual presidente del Partido Popular,
alcalde de Roquetas y presidente de la Diputación. Montoya fue también editor
de El Mundo-Almería, c) la periodista a que hace referencia es Eva Liria,
extrabajadora de Onda Cero, destituida, según se asegura, por la mano oculta
del propio Amat, actualmente vicepresidenta de la citada asociación, y d) el mismo Salvador fue director de la edición almeriense
del periódico El Mundo cuando su empresa editora estaba regentada por Luis Montoya. J. F.
Desde
hace unos días corre por los teléfonos móviles una imagen de Gabriel Amat,
presidente del Partido Popular en Almería, de la Diputación Provincial y
presunto de todo y mucho más, en la que se le ve con una mitra papal. Para que
no se sienta insultado Amat, le explicaremos que la mitra es ese gorro raro que
se pone en la cabeza el Papa y que tiene forma de pingurucho.
Unos
dicen que la coña es de gente de su partido y que tiene más de doble sentido
por eso de creerse casi un todopoderoso, y otros dicen que sale de la misma
Diputación, pero eso realmente es lo de menos, porque lo gracioso es que si el
propio Amat pilla la foto puede llegar a interpretar que la gente le quiere con
locura y que su próxima ocupación será la de Santo. Es decir, que si el PP interpreta
que ellos son las víctimas en el caso Bárcenas, éste puede creerse lo que le de
la gana, soñar hasta el infinito y más allá.
Pero
claro, si lo mejor que tiene una asociación anticorrupción creada en Almería y
que casualmente casi lleva su nombre es a un tipo al que se le conoce
precisamente por su relación con Amat y su camarilla, desterrado de ese y de
todos los foros, y al que popularmente conocen como “El loros”, ahora sí que
Amat puede aspirar a santo o a lo que le venga en gana, porque ya ha ganado la
partida.
Gracias
a la puesta en escena de la denuncia, Gabriel Amat está cerca de algo
importante. No será santificado, pero sí absuelto por unanimidad popular,
porque si las acusaciones que se lanzan contra él desde una asociación
anticorrupción utilizan semejante artillería, no sólo le han ahorrado al
popular cualquier sospecha creíble sino que, además, le han puesto el apodo de
“Amat, el bueno”.
Por
ejemplo, si en vez de atacar a Amat, que sinceramente le queda grande, se
destapa desde la asociación lo que supuestamente conocen de primera mano por
uno de sus portavoces, podría ser una buena manera de empezar.
Una
asociación anticorrupción que pretenda tener credibilidad debe plantarse
delante de los medios de comunicación con su mejor imagen, la más limpia
posible y ésta ha empezado con el pie cambiado.
Nadie
más que yo en esta provincia desearía que realmente reventase de una vez la
alcantarilla en la que unos pocos han convertido el mundo político almeriense,
pero no puedo creerme que una asociación que pretenda ser el ariete
anticorrupción de Almería presente a lo más parecido al primo pobre de Correa
como su mejor baza. Eso no hay quien se lo crea.
A
este paso ya verán, aún vemos a Amat santificado.
Pero
hay algo más. No me puedo creer, y ya me lo creo casi todo, que periodistas que
han sufrido en sus carnes una de los mayores engaños que se han dado en esta
profesión en Almería, sean capaces de sentarse en una rueda de prensa con
semejante elemento delante, porque sencillamente, lo que se diga con
determinadas personas como aval carece de credibilidad. Y por extensión y valga
como queja, no puedo entender que la propia Asociación de la Prensa de Almería
permita que eso suceda en su sede.
Lo
lamento muchísimo por aquellos que presentaron y creyeron en la fundación de
una asociación como una puerta válida para empezar a quitar de en medio a los
corruptos, porque no es una mala herramienta. Pero eso, tiene que tener como
objetivos quitar de en medio a los corruptos y corruptores, a todos.
Y tu eres un santurrón...................,manda huevos............
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