Periodista
Exdirector regional de Onda Cero
Se
tiene la sensación de que el tsunami Bárcenas, con sus papeles marcados en
amarillo fosforescente, han dejado el oleaje en los llanos de Castilla La Mancha , poco antes de
Despeñaperros. Griñán está más callado que en misa, mirando para otro lado y se
supone que avergonzado cada día más por la herencia de los EREs, de Invercaria
y de los niños o parientes de los mayores del partido. Tan pasivo que el PP le
ha sacado finalmente otra partitura, tipo del compositor Bárcenas, parece que
manuscrita por el Maestro Javier Guerrero que vuelve a situar al hoy
presidente en el escenario del crimen de los EREs como consejero de Economía
que era en 2005. Van a faltar peritos calígrafos en los juzgados españoles a
este paso. Griñán
lleva varias semanas ausente del debate sobre la corrupción española, recayendo
todo el protagonismo socialista en Rubalcaba que, ni con esas, supera a Rajoy
en aceptación popular.
El
presidente de la Junta
de Andalucía, además, podría haber hecho dejación de sus funciones políticas al
no tomar la iniciativa política en el debate sobre la corrupción por lo que
respecta a Andalucía. Máxime cuando el titular que recorre España en estos
días, referido a esta comunidad y al mismo nivel que el de Bárcenas, habla de
que “han robado más de mil millones con los EREs en Andalucía”. Pues ni para
matizar esa manipulación de las cifras, manejadas hábilmente por el PP, ha
salido Griñán a la palestra con ánimo clarificador. Muchos de esos millones han
ido a los bolsillos de miles de trabajadores. Otra cosa son las comisiones
ilegales y las irregularidades en la tramitación de decenas de Eres, de la que
esos miles de trabajadores no tienen culpa alguna. Que buena ocasión ha perdido
el presidente de sentarse con el Fiscal Superior y preguntarle por los medios
que le hacen falta - y dotarlos- para abarcar con garantías todas
las investigaciones en marcha o por iniciarse contra la corrupción.
Tanta desidia presidencial - Zoido está en el Coro de Genova- debe ser
fruto de la dinámica endiablada que han tomado los escándalos y, en su caso, en
que debe estar ensimismado en la confección del Pacto por Andalucía en el que
tantas expectativas tiene puestas el Sr. Presidente.
Financiar
políticos, no políticas
Si
se fijan bien observarán que ni siquiera nos hemos parado en estos días a
pensar un momento en la Lista
de Bárcenas en relación con el paisanaje del territorio andaluz. Bueno sí, ha
llamado la atención que solo dos empresarios, supuestamente, hayan estado
financiando periódicamente y por lo bajini la caja negra del durante veinte
años gerente y tesorero del Partido Popular. Dos empresarios que, por el perfil
de ambos y porque les conozco, no me extrañaría que puestos a financiar
partidos lo hubiesen hecho con todos. Y cuando digo todos, anoten la palabra
todos.
Pero
no debemos ser hipócritas a estas alturas y rajarnos las vestiduras por
confirmar, más o menos a las claras, que en España desde hace muchos años
funciona la mordida, la prevaricación, el cohecho, la comisión a cambio de
adjudicaciones en supuestos concursos públicos, etc etc. Durante años, en
almuerzos privados, he podido escuchar todo tipo de trueques entre empresarios
y políticos por toda Andalucía. Muchos los conté, con verdadero cabreo de sus
protagonistas. Como el día que desvelé una cumbre empresarial para financiar la
puesta en marcha de una plataforma electoral encabezada por Clavero, Rojas
Marcos, Escuredo y Pimentel. Y allí no estaban solo estos los dos empresarios
de los que ahora se habla en los papeles. Otros compañeros del oficio pueden
dar también fe y testimonio del sinfín de maneras que unos y otros, empresarios
y políticos, tenían para hacer negocios a costa, la mayoría de las veces, del
interés general. Por no hablar de los pasteleos con las empresas de
comunicación, imagen y medios. (Por cierto, sería curioso saber a quién
corresponden las siglas R.A. como receptor de un millón supuestamente de manos
de Javier Arenas anotado por Bárcenas).
Colunga
acercó la CEA al
PP
Si
viviese hoy el recordado Rafael Álvarez Colunga -Lele para los amigos-
prematuramente fallecido hace cuatro años en un extraño accidente en alta mar,
al explosionar el motor a bordo de su Zodiac, seguro que podría ilustrarnos
ampliamente sobre las relativamente modernas relaciones del empresariado
andaluz con los partidos políticos, especialmente con la derecha de Arenas que
tradicionalmente no se comía un colín en la materia; Colunga fue un hombre que
posibilitó muchos encuentros y acuerdos entre todos, bajo el paraguas de la CEA de la que fue carismático
presidente. Se trataba, comentaba Colunga en privado, de equilibrar el reparto
y ayudar a los amigos del partido de “su sobrino” Arenas. Hasta entonces todo
se lo llevaban los del PSOE y, en menor medida, el PA de los tiempos gloriosos
y alegres del bipartido con Antonio Ortega como muleta de Manolo Chaves y Rojas
Marcos de Gran Hermano en Sevilla haciendo estadios y metros. El pragmatismo
del emergente empresariado andaluz de la época, las ganas de hacer caja en tiempos
de bonanzas presupuestarias y la excesiva voracidad de las tesorerías de los
partidos en primer lugar y después de los dirigentes o intermediarios de las
centenares de operaciones diarias, convirtieron en estos años el territorio
español en una auténtica cloaca de corrupción de proporciones insostenibles.
¿Tiene
el PP andaluz su propia caja?
La
aparentemente escasa recaudación del PP en Andalucía, dinero que parece que iba
a la caja negra de Génova 13, hace preguntarse de inmediato en cómo se ha financiando
en estos años la fuerte estructura del PP de Andalucía. Una estructura,
recuérdese, bastante más costosa ya que fue la que dispuso el aterrizaje de
Javier Arenas en el despacho presidencial de San Telmo, truncado tras el
recuento electoral la noche del 25M.
Ciertamente
cabe preguntarse si en el PP andaluz ha existido una caja autonómica propia, de
la misma forma que ha funcionado durante años una caja regional del partido en
el PSOE de San Vicente. Eso ayudaría a completar ese desnudo integral que promete
en estos días el PP en materia de financiación partidista.
Muchos
pensarán que de ser cierta la aportación económica de estos empresarios
andaluces, en el pecado llevan la penitencia. Porque si creían que ayudaban a
unas ideas y a un proyecto, los hechos revelados últimamente demuestran que con
su dinero han estado manteniendo en B a parte de la cúpula dirigente del PP en
los últimos años. Aunque, visto lo visto, parece que no ha lugar a problemas de
conciencia de este tipo y a estas alturas. De momento aquí todo el mundo ha
desmentido con rotundidad la veracidad de los papeles de Bárcenas. Hasta el
supuesto autor, Bárcenas, ha manifestado que esa no es su letra y también pide
una prueba caligráfica judicial. Y es más que evidente que en esta ocasión y
venideras la opinión publica española quiere conocer la verdad, toda la verdad
y nada más que la verdad. Queda ahora la Justicia encargada de decirnos a los españoles
donde está esa verdad sobre todo el Caso Bárcenas/PP y de otros casos como lo
del manuscrito de Guerrero con datos que disparan contra Griñán en el escándalo
andaluz de los ERE/Psoe.
Pepito, ¿ Los medios de comunicación social deberían de ser también investigados por el Ministerio Público? A ver sí todos van a ser malos, y vds. SANTOS sin devoción.
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