José Fernández
Periodista
El alcalde socialista de Purchena, Juan Miguel Tortosa, se ha negado a
suministrar información a la oposición municipal del PP alegando que las
concejalas que así lo han requerido van a “chismorrear” (sic.) con ella. Pasaremos
ahora por alto que tan transparente declaración haya quedado plasmada por
escrito o que, en un insólito “comeajos que pican”, haya añadido que el
expediente que solicitan las ediles se refiere a hechos cuya culpabilidad
estaría ya prescrita. Nos fijaremos mejor en el perfil lírico de un asunto que,
si en lugar de Purchena estuviéramos hablando de Windsor, vendría a ser como una
recreación de la comedia de las alegres comadres, aunque no parece que el
alcalde Tortosa, con sus ásperas salidas de tono, haya podido acreditar la misma
jovialidad y el buen humor de Falstaff, el inolvidable personaje shakesperiano.
Juan Miguel Tortosa |
Así que situaremos la escena en el pueblo de las Cinco Farolas de la copla,
con un alcalde enfrentado a las murmuraciones en plan Juanita Reina: “Yo no
escucho lo que dicen las lenguas de las vecindonas”, etcétera. En todo caso no
parece prudente ni elegante que un alcalde se muestre tan desdeñoso y altivo
ante una petición que, antes que incómoda, es legal y legítima. Así que ya está
tardando el malhumorado regidor en suministrar la información solicitada porque
si no hay nada que ocultar es tontería dilatar el proceso. Y además, está en
grave riesgo de que en breve caigan sobre él los organismos, asociaciones y
cofradías del feminismo militante por insultar la dignidad de la mujer con
comentarios tan machistas y falócratas. Ah, no, perdón, que este es de los
nuestros. No pasa nada.
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