El “baraka” de Amat, fuera de cobertura

Pepe Fernández

Exdirector de Onda Cero-Andalucía

Tras conocer la opinión pública que la Fiscalía Superior de Andalucía ha ordenado una “amplia” investigación sobre el patrimonio personal y familiar de Gabriel Amat, líder del PP de Almería, y pasadas las 48 hora de rigor, es el momento de analizar cómo el PP ha reaccionado a esta noticia sobre una presunta corrupción que le afecta. Todo ello ocurre tras presentar la Asociación Mediterránea Anticorrupción y por la Transparencia  (AMAyT) una extensa denuncia en Fiscalía del TSJA sobre las supuestas irregularidades que habría cometido el alcalde de Roquetas en el ejercicio de sus funciones desde más de un centenar de sociedades y conectado con más de 300 órganos sociales. Denuncia a la que ha dado trámite la Fiscalía del TSJA, ordenando diligencias informativas.

Gabriel Amat

El PP, zarandeado a nivel estatal por una grave crisis a cuenta de la corrupción del Caso Gürtel/Bárcenas, ha optado ante este nuevo y lejano frente almeriense en dar la callada por respuesta. Que no se hable del tema, que no se informe, que por tanto no exista. La versión oficial que circula sotto voce en el PP es que esto es cosa de cuatro locos resentidos y fracasados, sin respaldo social ni político de ningún tipo, ante quienes el Fiscal de Granada no ha tenido más remedio que “cumplir trámite” y ordenar una investigación rutinaria. Sin problema, afirman, porque Gabriel es muy listo y las cosas que haya hecho las ha hecho muy bien como alcalde en estos años.

Tras esta perspectiva de silencios, en realidad se revela también el escaso interés de Zoido y su número dos, José Luis Sanz, por salir a dar la cara por alguien que siempre presumió de responder solo ante el mismísimo Javier Arenas y al que conocen, más bien, por referencias. Almería, para muchos políticos sevillanos, sigue estando muy lejos, desgraciadamente.

El manual de querellas PP

Amat ha respondido, lógicamente, con el “Manual de Temporada del PP” en la mano: presentará querellas contra quienes le “acosan” desde Internet, desde los medios digitales. Van a faltar juzgados que instruyan sus causas a la vista del enjambre de internautas y noticias que en las redes piden en su caso lo mismo que pedía Javier Arenas hace unos días en Madrid a la oposición: “transparencia, transparencia y más transparencia”.

Claro que esas peticiones de la sociedad  civil Amat las interpreta como acoso a su persona y a su familia. Para este singular político almeriense, oriundo de la Alpujarra, decir que el presidente Griñán ha “robado” más de mil millones de euros con los Eres le parece sin embargo una critica política, constructiva y, sobre todo, objetivamente descriptiva. Preguntarle a él por ocho millones gastados de más en el Auditorio de su pueblo, que presupuestó en siete, es dudar de su honestidad, de la de su familia, de amigos o socios.

El veterano líder de la derecha almeriense sabe, porque es un tipo inteligente, que su nada original sistema de defensa con querellas no evitará que la tierra se siga moviendo a sus pies por vez primera en décadas de vida pública. Si opta por meter a la Justicia en su lío y por remover la mierda, seguro que la pestilencia será inmensa. Son ya numerosos los asuntos judiciales que le afectan como alcalde de Roquetas y que deambulan como zombis durante meses, años quizás, por diversos juzgados, sin que los fiscales hayan estado hasta ahora muy proactivos en el desatranque de estos procedimientos que interesan al Señor del condado de Roquetas.

Ya nada sera igual

Las reglas de juego parece que han cambiado y también las prioridades y preocupaciones de la sociedad española. Ahora la corrupción preocupa y alarma a los españoles en tercer lugar, tras el paro y la economía. 

A la eterna baraka de Gabriel Amat puede que se le haya acabado la batería y empiece a estar fuera de cobertura. Porque pase lo que pase finalmente con la investigación de los Fiscales, sin duda las denuncias y sus consecuencias van a marcar la política almeriense y andaluza de los próximos meses, especialmente entre el PP y el PSOE.

Y en ese silencio, a Gabriel Amat ni siquiera le llega la voz animosa de antaño de su hermano pequeño, Javier. Nadie quiere hablar con él por teléfono últimamente, salvo conversaciones rutinarias. A Gabriel Amat le han convencido de que el silencio es el mejor camino a seguir y en ello está. Justo el camino contrario al que pide su partido a los demás, el que conduce a la “transparencia, transparencia y más transparencia”.

Ayer el PSOE de Almería reaccionó un día después y le pidió a Gabriel Amat que se desnudase económicamente, que mostrase su patrimonio públicamente, que sea transparente enseñando lo que posee. Por lo que parece el asunto ya no es solo de “cuatro locos de la redes sociales en Internet”, como justifica alguno de sus voceros a sueldo. El asunto tiene toda la pinta de acabar, políticamente hablando, en el Parlamento de Andalucía.