Antonio
Torres Flores
Director
de Canal Sur en Almería
El profesor
de la Facultad
de Ciencias de la
Comunicación de la Universidad Autónoma
de Barcelona (UAB) José María Perceval Verde (Almería, 1955) lleva
el apellido de uno de los grandes intelectuales de Almería, Jesús de
Perceval, padre del Movimiento
Indaliano. Es su sobrino y lo sigue admirando y poniendo en valor cada vez que
surge una oportunidad: “Hay cientos de frases suyas que utilizo en mi vida y
que me sirven cada día. Tenía esa ironía amable que te permite afrontar muchas
catástrofes. La historia de Almería en el siglo XX la veo a través de lo que él
me contaba. Poco antes de su muerte quedé en que le grabaría sus recuerdos
desde principios del siglo XX. Luego las cosas se complicaron. Hay un consejo
suyo que siempre sigo: ‘procura huir de los cenizos, los gafes y los mala uva’”.
José María Perceval |
El
profesor Perceval llegó a Barcelona como estudiante y desde entonces sigue
vinculado a la capital catalana. Se casó allí con una profesional de
la medicina y es padre de dos hijas. Doctor en Ciencias Sociales por
el EHESS (Ecole des hautes Études en Sciences Soaciles) de París y Doctor en
Ciencias de la
Comunicación por la
UAB , ha trabajado para Diario16,
Cambio16 y El Periódico de Catalunya y es requerido por TVE para programas y
debates que tienen que ver con la cultura y la educación. Tiene en la memoria aspectos
de la Almería
de su infancia: “Recuerdo perfectamente una Almería de antes de la construcción
de los años sesenta y setenta. El Paseo de casas bajas y señoriales, el barrio
de la catedral y la
Almedina. Una Almería que se podía divisar y oír desde la Alcazaba con sus terrados
y su color blanco”.
El
curtido profesor anima a sus alumnos, los futuros periodistas, explicándoles el
papel de las redes sociales y sobre todo a que cuenten historias que le
interese a la gente. “Les digo que deben practicar la curiosidad. El día que se
pierde, se ha llegado a la vejez y se ha dejado de ser periodista. Por eso hay
viejos que tienen veinte años y jóvenes de noventa”.
Sólo son famosos porque son famosos
Según
Perceval, un sector del periodismo convencional abusa de la opinión y se ha
convertido en espectáculo y negocio. “Ahora, debido a la competencia fruto de
la privatización y el dominio de la ideología neoliberal que ha provocado esta
crisis (y encima la está gestionando en su beneficio), tenemos una telebasura
basada en un circo mediático. No hay opinión, hay tertulianos”, denuncia. Pide
a sus alumnos que empaticen y que muestren caminos de
cambio, de ilusión, de aventura. “Los caminos nuevos no los conozco, pero
alguien debe gestionar la información para ofrecerla al ciudadano de forma
crítica. Estamos entre un exceso de información (no gestionada y difícil por
tanto de comprender) y un exceso de ruido provocado por la falsa información
del circo mediático (esa sucesión de famosos que sólo son famosos porque son
famosos, como el fenómeno Belén Esteban o la concentración en los sucesos
morbosos)”.
En
este momento no cree en el periodismo ciudadano sino como complemento. “Curiosamente,
el pasado jueves acudí, invitado por el abogado Manuel Castiñeira, a la Casa de Murcia en Almería y
un grupo de personas me preguntaron por el futuro del periodismo. Les expliqué
que ni los editores de los grandes medios de comunicación de ámbito mundial
tienen la respuesta”. De ahí que Perceval no se atreva a vaticinar
qué medio reinará en un futuro que no está escrito. “No tengo ni idea”,
comenta, “será un sistema digital, pero el soporte se me escapa. Lo
importante es saber encontrar la información que necesitas ante tantos
obstáculos (aunque parezca contradictorio) debido a la abundancia de
posibilidades. Se necesitarían clases de manejo de internet para educar
ciudadanos críticos”. Los periodistas deben acercarse a las aulas para enseñar
a interpretar la imagen.
Fin de época
José
María Perceval considera que estamos en un momento de crisis que tiene dos
definiciones (o dos partes de la misma): cambio y fin de época. Hay cosas que
se han acabado para siempre y otras que son nuevas. Hay un mundo magnífico con
una capacidad técnica que puede producir bienes suficientes para toda la
humanidad, que puede vivir muchos más años y que cuenta con el recurso más
potente jamás tenido para manejar la información y acceder a ella.
“Teóricamente es el paraíso y, sin embargo, nos lo venden como una pesadilla
(paro debido a la sobreproducción, viejos inútiles y gravosos, una red
incontrolable). Hay que darle la vuelta: repartir trabajo, desarrollar la
empatía y las instituciones transnacionales europeas, dar un nuevo sentido a la
vejez, educar al ciudadano para que controle la inmensa información a la que
puede tener acceso. Lo contrario de lo que proponen los neoliberales: empobrecer
la población, desarrollar la competitividad agresiva, enrocarse en
nacionalismos y esto es lo ‘nuestro’, asesinar a los viejos al estilo del
ministro japonés. El fordismo o el nazismo mal disimulado de la guerra
darviniana de los más fuertes.
Un maestro
Una
de las antiguas alumnas del profesor Perceval, Esther Valenzuela, tiene
escrito en Universo Larsson: “Un
profesor que te haga pensar, que uno que te haga simplemente copiar. Así es el
señor José María Perceval”. Un talento al que deberíamos prestarle mucha
atención por ser una autoridad académica, un investigador interdisciplinario
que desarrolla su trabajo en áreas como Comunicación y exclusión o
en innovación pedagógica. Un maestro y un talento que acude a Almería al
encuentro de sus lazos familiares y del mar. Aquí le esperan siempre grandes
amigos, como los profesores de la Universidad de Almería Antonio M. Bañón o a Javier Fornieles.
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