Agustín de J. Muñoz Soler
Comentarista político
Como si de un relato novelesco se tratara, al alcalde de Albox se le acabó la
ilusión justamente al año de haber renovado ilusionadamente un nuevo mandato y
frenado el avance electoral del PP en la provincia de Almería. La alta valoración de Pepe García como
regidor de Albox frenó, como digo, el avance electoral del Partido Popular, que
se podía haber hecho con esta localidad señera del Bajo Almanzora y cubrir de
azul la superficie ocre. La batalla fue ardua, pero se consiguió, y se logró
porque se antepuso la victoria electoral a los intereses personales. No es la
primera vez que ello sucede, siempre que el PSOE concurre unido consigue la
victoria electoral, y en una situación como la actual dejaría con un suelo muy
superficial a su principal adversario.
Concejales electos de Albox por el PSOE |
Lo que ha ocurrido en Albox no ha sido
por asuntos económicos, sino que, en mi opinión, se circunscribe al ámbito de la
ambición política, que no está nada mal contar con una dosis considerable de
afán de superación, pero, como todo en la vida, los excesos no son los mejores
aliados. En el seno del PSOE en Albox lo que parece sostenerse es una avaricia
desmedida que se ha saldado con la dimisión del alcalde.
Las dimisiones por “motivos personales”
son sumamente sospechosas, pero a la sospecha que conllevan hay que sumarle el
momento en que se producen, y estoy seguro de que cualquier observador político
acertará los motivos que han abocado a abandonar el cargo público en un país en
el que el verbo dimitir se encuentra en desuso. Atribuir la dimisión a la esfera
de lo privado se ha convertido en un recurso increíble que, lejos de generar adhesión, produce reproche, máxime
cuando las verdaderas causas suponen un secreto a voces y por tal es conocido
por la mayoría. Yo soy de los que piensan que los cargos públicos que se
disponen a abandonar su puesto deberían ofrecer las verdaderas razones que lo
han motivado, porque elevaría su consideración social e incrementarían la ética
en la actividad política
Así, pues, la dimisión de Pepe García como alcalde de Albox solo
puede entenderse como la consecuencia de una batalla interna que se encontraba
larvada y que corresponde a la irrupción en la escena política de Rogelio Mena y
Francisco Pérez Conchillo, la vieja guardia que se resiste abandonar la otrora
actividad política porque deberían entender que sus tiempos políticos han
pasado, y tanto que acaban de ofrecer al PP la alcaldía en las próximas elecciones municipales. La ambición política desmedida de Rogelio Mena ha
arrastrado a Francisco Pérez Conchillo a un suicidio político.
(Publicado en www.lagacetadealmeria.com)
No hay comentarios:
Publicar un comentario