La dimisión del alcalde de Albox

Juan Torrijos

Periodista

José García, hasta hace unos días alcalde de Albox, manifestaba que se volvía a la escuela por falta de ilusión ante la política. Que dejaba la alcaldía por cuestiones personales. El hombre estaba aburrido, cansado y horneado por la situación que ha vivido dentro y fuera del ayuntamiento, de su partido y de su grupo municipal. Al final han podido con él.

José García y Rogelio Mena, con el presidente
de la Diputación, Gabriel Amat

No ha sido capaz de solucionar el agua en el pueblo en seis años al frente de la corporación, los sueldos de los trabajadores municipales los pagaba tarde y mal y su tarjeta de crédito, pagada por todos los albojenses, ha dejado unos gastos difíciles de explicar. Sin entrar en otras circunstancias, con estas tres era motivo suficiente para irse a su casa. Lo sorprendente es que otros muchos alcaldes están en la misma o parecida situación y no toman la misma decisión.

Algo más debe haber ocurrido en la vida política de Pepe García para que haya tomado la decisión de abandonar la alcaldía. Las flechas apuntan al interior de su grupo y en especial a Rogelio Mena. Espada atronadora contra Gabriel Amat en Diputación y hombre con hambre de poder en su municipio.

Rogelio lleva muchos años en el segundo plano político, siempre a la sombra de un alcalde, de un secretario general, de una portavoz provincial. Algunos cuentan que ha llegado su momento político, que se ha encontrado con un hombre, débil políticamente como es el caso de José García, con algún problema en Albox que no ha sabido solucionar y está aprovechando su tiempo.

En política si el tren no pasa cerca hay que intentar cambiar la estación hasta que lo haga, y el de Albox se ha acercado a Rogelio Mena.