Isabel Morillo
Jefa de Andalucía de El Correo de Andalucía
Este
28 de febrero, Día de Andalucía, se saltará el guión oficial. Cuando cada año
los invitados y periodistas accedían al Teatro de la Maestranza de Sevilla,
sede de la entrega de las Medallas de Andalucía, vestidos de boda, un cordón
policial mantenía apartados al otro lado de la acera a todo tipo de ciudadanos
indignados. Recuerdo 2006. Aquel año se sumaron las protestas de los dueños de
VPO –el Gobierno andaluz había impuesto restricciones a su compraventa– a los
gritos del Sindicato de Obreros del Campo (SOC) contra la designación de la Duquesa de Alba como Hija
Predilecta. “La medalla de la
Duquesa es de los jornaleros” o “Españoles, Franco ha
vuelto”, se leía en las pancartas. La tensión fue máxima cuando la Policía quiso retirar a
los 500 manifestantes que trataban de ganar terreno a las vallas para bloquear
la entrada al teatro. Allí estaba Diego Cañamero, levantando los brazos,
mientras la Policía
castigaba con las porras. Hubo intranquilidad los primeros minutos del acto
oficial. Se colaban los gritos. Luego, la majestuosidad del escenario, la
emoción de David Bisbal, el porte de Soledad Becerril y las sabias palabras de
Carlos Edmundo de Ory acabaron por relevar al ostracismo a los manifestantes.
Hubo copa y corrillos y allí nadie mostró preocupación por la protesta, más
allá de algún chascarrillo.
Manifestaciones del 28-F |
El
próximo 28 de febrero las manifestaciones en la calle tendrán más protagonismo
que nunca. Quizás
por aquel recuerdo, resulta ahora tan llamativo que el 28-F vaya a convertirse
en un día de protestas y pancartas, arropadas por los mismos partidos políticos
del Gobierno andaluz, PSOE e IU. Recordó el presidente andaluz, José Antonio
Griñán, en el Parlamento que esa efeméride siempre ha tenido un fuerte carácter
reivindicativo. Es cierto. Las imágenes en blanco y negro de la Transición , el río de
banderas y andaluces en la calle defendiendo su honor y su sitio, es lo que
para muchos hace tan emocionante el Himno de Andalucía: “Andaluces, levantaos”.
Hace años que ese espíritu estaba arrinconado por una preciosa escenografía y
discursos pomposos y grandilocuentes de nuestros representantes políticos. No
se sabe cómo saldrá este Día de Andalucía. Puede ser una mezcla explosiva. Hay
actos en el Parlamento, donde el Sindicato de Trabajadores (SAT) no descarta
protagonizar un nuevo encadenamiento a sus puertas. Hay medallas en el Teatro
de la Maestranza. Y
entre medio, hay manifestaciones convocadas en las ocho capitales bajo el lema:
28-F Por Andalucía. Derechos, empleo y dignidad.
Las
protestas son convocadas por un 26 organizaciones sociales. Encabezan la firma
CCOO-A y UGT-A, seguidos de otros colectivos de la economía social,
consumidores, Attac, discapacitados, padres en defensa de la educación pública
y plataformas por la sanidad pública, policías y guardias civiles, asociaciones
por la memoria histórica o colectivos gays. El manifiesto que convoca a la
protesta cuenta con tres folios que rematan así: “Compromiso Social para el
Progreso de Andalucía inicia una campaña ciudadana en defensa de nuestros
derechos como pueblo y de nuestro Estatuto”. El texto arranca rememorando la
lucha del pueblo andaluz hace 35 años y defiende los beneficios del ejercicio
del autogobierno. Critican una economía andaluza excesivamente dependiente de
la construcción en detrimento del desarrollo industrial y alertan de una
situación de “riesgo extremo, ante los embates del centralismo estatal que el
Gobierno del PP lleva a sus últimas consecuencias”. Abundan en esos peligros
del Ejecutivo de Rajoy y exigen preservar las conquistas del Estatuto de
Autonomía de 2007. Apuestan por el federalismo asimétrico y acusan al Gobierno
central de un trato “discriminatorio” hacia Andalucía. Se oponen al déficit y a
la austeridad impuestos desde Madrid y piden al pueblo andaluz una rebelión
“cívica y pacífica”. El lema que eligen: “Tierra y libertad”.
Tras
ese manifiesto estarán el 28-F los dirigentes de PSOE e IU en Andalucía.
Incluidos miembros del Gobierno. Los convocantes sostienen que la manifestación
no es contra nadie y que si el PP se quiere sumar ahí estaba el manifiesto,
cargado de dardos contra Rajoy, claro. Ahora queda ver cómo es la respuesta de
la sociedad andaluza. ¿Se llenarán las calles de Andalucía de banderas verde y
blanca? ¿Saldrán los andaluces a la calle a defender sus dominios como lo
hicieron los catalanes en su Diada? Los sondeos reiteran, ahí está el Egopa
presentado el viernes, que los ciudadanos están indignados con sus políticos.
No se sabe si es una buena idea que PSOE e IU se hayan sumado. Para los
andaluces el gran drama es el paro y solo si buena parte del millón y medio de
parados andaluces secundan la convocatoria será un éxito. Quienes deben estar
ahí son los currelantes a los que cantó Carlos Cano y no se sabe si se lo creen.
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