Federico Utrera
Periodista / La Voz de Almería
Esta semana la actividad política la ha concentrado el Senado. Y con las
bajas de Mar Agüero por enfermedad y Rosario Soto por maternidad, la escuadra
almeriense ha estado muy mermada. No se pueden hacer idea de lo que se quiere aquí a Mar Agüero y la oleada de
solidaridad que ha suscitado su estado de salud, que se sigue prácticamente a
diario. Desde el mismo presidente del Senado, Pío García Escudero, hasta el
último ujier de la Cámara Alta conocen a Mar y le desean toda la suerte del
mundo. Aquí no hay colores ni ideologías. Su lucha es nuestra y lo dice alguien
que ha padecido en su propia familia un combate parecido.
Todos preocupados por Mar |
Está preocupado Jesús Caicedo, el diputado del PP (aquí no es alcalde de
Cuevas) por la salud de Mar. Y me dice que no es un consuelo, pero en Tombuctú
están peor: la guerra civil en Mali ha arrasado la biblioteca donde están
depositados los manuscritos de Diego Guevara. Y ya saben que Cuevas del Almanzora y Tombuctú están hermanadas gracias a
este almeriense que se hacía llamar Yuder Pachá, biografiado por Antonio
Llaguno, que también fue alcalde de Cuevas y al que le publicó su libro Manolo
Pimentel en la editorial Almuzara. Caicedo viajó a Mali y ahora no sabe si el alcalde con el que se hermanó está
muerto. Y no sé si tuvimos la perspicacia de haber digitalizado los fondos de la
biblioteca, para mayor gloria de Cuevas y de Almería.
Seguimos con el “caso Bárcenas”. Luis Rogelio Rodríguez-Comendador ha estado
esta semana en el Senado, pero a Bárcenas ni lo conocía. Jamás estrechó su mano. Cuando él llegó ya se había ido de la cámara. Su declaración de bienes, que es
pública, como la de todos los senadores y diputados y está a un solo golpe de
click, parecía la carta a los Reyes Magos. Pero la de un niño pobre. Apenas unas
casuchas, una parcelilla, unos durillos en el banco, unas acciones que eran la
ruina, un coche de segunda mano… De los 22 millones en Suiza, ni rastro. Por eso es lógico lo que pide Rodríguez Comendador como abogado para no
mancillar a toda la clase política, porque también tenemos memoria de lo que fue
Filesa y la Fundación Ideas, con Amy Martin y Carlos Mulas como estrellas
invitadas, Jesús Caldera al fondo y Carmen Caffarel ascendiéndola en el
Instituto Cervantes. Dejo fuera a la hoy senadora Fuensanta Coves, que ha
protagonizado el rechazo del PSOE al euro por receta.
Y a Pérez Navas, al que me ha presentado Mar Garay, la jefa de prensa del
Grupo Socialista que vivió en Almería, porque tiene su hoja de ruta e ideas
propias para intentar recuperar lo que las encuestas le niegan: ir delante de
los ciudadanos, nunca más por detrás. ¿Le dejarán moverse en la foto? Si no lo
hacen pronto, les sobrepasará hasta Pepillo el barbero desde La Chanca.
Luis Rogelio reclama un peritaje caligráfico oficial sobre la contabilidad B
de Bárcenas, un estudio comparativo con la A para ver qué es cierto y cuanto se
llevó el banquero del PP, y un estudio pormenorizado de los movimientos de la
cuenta en Suiza. Como letrado, sugiere que el partido debe personarse como
afectado. Lo dice quien ha sido ponente de la ley de tasas y de la de sociedades
de capital.
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