Javier Salvador
Periodista / Teleprensa
Nadie cree a Mariano Rajoy, ni tan siquiera los suyos, porque miran de reojo
lo que son capaces de hacer sus colegas en las provincias y a partir de ahí
tampoco te cuesta mucho creer lo que, por otro lado, siempre se sospechó. Marino
Rajoy, presidente del Gobierno de España, puede ponerse si así se siente mejor,
un hábito blanco, con su coronita dorada suspendida y alitas de santo si le
apetece, pero no. No es posible creerle ni a él ni a Cospedal, su secretaria
general, porque hace cuatro días defendían a Bárcernas, el de los 22 millones en
una cuenta en Suiza, y lo hacían a capa y espada. Es más, que el propio Bárcenas
diga ahora que no hay nada, huele a garantía de que nadie le va a tocar y ya se
sabe, a unas malas siempre le pueden indultar.
Pero vamos por partes, porque conseguir que esta historia llegue hasta el
final depende de todos. Lo primero es que no podemos aceptar, como ciudadanos,
que en esta legislatura y dure lo que dure, se firme ningún acuerdo
anticorrupción. De eso nada, ya es tarde. Ahora no hay más pactos que aquellos
que los imputados puedan negociar con los fiscales si ayudan a desmontar todo el
sistema de corruptelas, porque llegar llega a todas partes.
Lo segundo y no menos importante. Hay que proteger al juez instructor.
Tenemos que recordar que este caso comenzó con el juez Baltasar Garzón, al que
prácticamente fusilaron en la plaza pública para demostrar que en este país los
cojones los llevan puestos ellos, los políticos. Pero no, ya han sobrepasado
todas las barreras posibles y es hora de que los jueces hagan su trabajo y se
empiecen a preocupar los alcaldes que no saben hacer la O con un canuto pero
atesoran fortunas, que expliquen la procedencia de las mansiones valoradas en
varios millones de euros y que, mira por donde, están a nombre de su mujer que,
casualmente, en la vida no ha pasado profesionalmente de asesora de cargos del
Partido Popular.
Y eso pasa en Almería don Mariano y es gente a la que abrazaba hace muy pocos
días. Nada de pactos y garantizar desde las calles la independencia del
juez. Lo de la declaración de la renta y otras leches y cortinas de humo se
las puede meter el presidente en la carpeta o donde le quepan, porque no somos
idiotas.
Lo de las mociones de censura o de confianza puede metérsela la oposición
en la capeta o donde le quepa, porque lo único que les haría realmente salvar la
honorabilidad de la clase política es la dimisión en masa de los diputados de la
oposición. Que dejen al PP sólo en la Cámara. Pero nada de mariconadas de
salirse de una sesión. No, de eso nada. Entrega de actas, renuncia de sueldos y
a forzar una elecciones anticipadas y, de ahí, a pensar muy bien si la primera
actuación de un nuevo gobierno tiene que ser, precisamente, el nuevo modelo de
Estado que garantice una democracia limpia, transparente y sostenible.
Si la oposición quiere demostrar algo a los ciudadanos en un momento en
el que realmente se precisa de señales claras, que piense en algo muy sencillo.
El PP va a usar su mayoría absoluta para salir de esta crisis, y no hablo de la
económica, sino de la causada por la trama Gürtel, y lo único que puede hacer es
abandonar. Dejar las actas, renunciar a los sueldos, demostrar que no son
diputados o senadores por un sueldo a final mes. Que provoquen la caída de un
Gobierno que cada día que sigue al frente del país nos desprestigia más
internacionalmente.
Si quieren, aún en minoría, tienen capacidad de
acción.
Tampoco te creemos a ti Javier Salvador.............
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