Rajoy debe abandonar la presidencia del Gobierno

Alfredo Pérez Rubalcaba
Secretario General del PSOE

España vive una situación crítica. La crisis económica que sufre desde hace cinco años ha desembocado en una grave crisis social, de la que el desempleo es su mayor exponente, una crisis territorial y, ahora, con, especial virulencia, en una crisis política que amenaza a la credibilidad de nuestras instituciones representativas más importantes.

Las últimas semanas han venido acompañadas de un incesante goteo de noticias, datos e informaciones acerca de prácticas irregulares de algunas administraciones públicas gobernadas por el PP y, sobre todo, de presuntas irregularidades cometidas en la financiación y la gestión de este partido.

En todos los casos, estas informaciones han estado vinculadas directa o indirectamente con el denominado caso Gürtel cuyo pleno esclarecimiento judicial está aún pendiente. Son informaciones de una extraordinaria gravedad que han producido alarma e indignación social.

Rubalcaba, ayer
Son informaciones que afectan al partido del gobierno, al gobierno y a su propio Presidente. Informaciones que, por tanto, han venido a disminuir la ya mermada credibilidad de quienes durante un año han impuesto sacrificios a los españoles que en ningún caso figuraban en el programa electoral con el que el PP se presentó a las elecciones.

El PSOE ha venido reclamando del PP una explicación clara y convincente sobre esas informaciones. Lo hemos hecho firmemente, pero siempre con respeto de la presunción de inocencia de todos los afectados. Conscientes de la grave situación por la que atraviesa España hemos evitado cualquier acusación o actuación que pudiera poner en riesgo la credibilidad de las instituciones básicas que rigen la convivencia, empleando siempre los cauces que pone a nuestra disposición la democracia y el Estado de derecho.

No nos cansaremos de insistir en que las informaciones conocidas estos días tiene su origen en el denominado caso Gürtel, en el que aparecen implicadas distintas CCAA, ayuntamientos y decenas de responsables políticos del PP para conformar no un caso de corrupción sino una red corrupta que afecta al corazón mismo de dicho partido y que ha operado impunemente durante largos años. Da ahí su extrema gravedad.

Ayer, el Presidente del Gobierno, compareció por fin. Lo hizo en la sede de su partido y sin aceptar preguntas. En esa comparecencia pública lo negó todo. No explicó, acusó. Todo el mundo ha mentido menos él y su partido. Habló el Sr. Rajoy sin aludir ni comentar las confirmaciones judiciales, policiales y incluso de importantes dirigentes de su partido en torno a las gravísimas acusaciones de estas últimas semanas.

Todo es falso, dijo. Y aún más, añadió: Todo forma parte de una operación para desestabilizar al gobierno y a España. El Sr. Rajoy no reparó en que lo que los ciudadanos esperaban de su Presidente del Gobierno no ataques sino explicaciones.

Esperaban de él que explicara, por ejemplo, cómo es posible que uno de los principales beneficiarios de su amnistía fiscal haya sido, precisamente, el extesorero del PP del que emanan todas las informaciones acerca de sobresueldos opacos.

Esperaban de él una acción judicial no contra medios de comunicación sino contra quien, habiendo sido el tesorero del PP, ha mantenido cuentas en Suiza sin explicar su procedencia.

El Sr. Rajoy sigue sin darse cuenta de que la falta de credibilidad de su gobierno y de su partido no es un problema que tiene con la oposición, ni con el PSOE sino con millones de españoles que ayer esperaban de él una explicación cabal, profunda y convincente.

La comparecencia del Sr. Rajoy, lejos de recuperar credibilidad perdida, ha profundizado la crisis política que vive España en uno de los momentos más delicados de los últimos años.

Porque tiene razón el Presidente del Gobierno en que España necesita estabilidad y fortaleza para hacer frente a la crisis. Tiene razón de que hay que hacer un esfuerzo grande para recuperar nuestra marca deteriorada. Lo que sucede es que para hacer todo eso hace falta un gobierno fuerte, fiable y confiable y el actual gobierno del PP ha dejado de serlo. Empezando por su propio Presidente.

El Sr. Rajoy, lejos de ser una solución para los difíciles problemas que aquejan a la sociedad española, se ha convertido en un problema más.

Un grave problema que a las crisis económica, social territorial y política ha añadido una crisis de moral pública con su actuación de ayer.

¿Cree el Sr. Rajoy que en sus actuales circunstancias está capacitado para pedir sacrificios a los españoles?

¿Se ha planteado si su permanencia al frente del Gobierno es mejor para la imagen exterior de España?

Nuestra obligación, nuestra lealtad para con los españoles es decir hoy que pensamos que no.

Que el Sr. Rajoy no puede dirigir nuestro país en un momento tan delicado como éste.
Que su permanencia al frente del gobierno no va a hacer sino prolongar la crisis política actual antes bien la va a agravar día a día.

Por eso le pedimos que abandone la Presidencia del Gobierno y dé paso a otro Presidente que pueda restablecer la confianza, la seguridad y la estabilidad que España necesita.

El PSOE, por su parte, continuará trabajando para que los españoles recuperen la confianza en sus instituciones con la certeza de que somos un país fuerte que saldrá adelante como hemos hecho tantas veces a lo largo de nuestra historia.

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