David
Uclés
Director
del Instituto de Estudios de Fundación Cajamar
Desde
hace unos meses los rumores sobre la Expo Agro-Almería
no han cesado, siendo en estas últimas semanas cuando ha comenzado a plantearse
su desaparición. Son numerosos los artículos de opinión al respecto y, aunque
coincido con muchos de ellos, creo que le debo a la Cámara y a esta Feria un
planteamiento claro y personal, pues no en vano estuve vinculado a esa
institución durante más de una década.
La Expo Agro, el año pasado |
Hace
un par de años, en abril de 2011, ya planteé mi punto de vista en un artículo
publicado por Diario de Almería y en mi blog. En aquel entonces ya decía lo
mismo que básicamente mantendré en esta entrada. Lo ha que sucedido entre
entonces y ahora ha sido un empeoramiento de la situación económica general y
de la feria hortofrutícola en particular. También ha transcurrido una edición,
la de 2012, en la que el argumento principal para su comercialización fue la
unidad del sector: en realidad se trató de una llamada de socorro a la
desesperada y basada en la lástima. Y en un mercado nadie compra más de una vez
un producto por lástima (salvo que sea Navidad): las compras se realizan cuando
satisfacen una necesidad.
Y
ésta es la primera cuestión, la
Cámara y los agricultores se empeñan en hacer del producto el
principal sujeto de la feria, cuando es básicamente absurdo. Desde poco después
de su nacimiento, la Expo
Agro se convirtió en el centro de reunión del sector, muchos
plantean que gracias a los grifos de cerveza, pero seguramente pocos
agricultores hubieran acudido de no encontrar soluciones para sus
explotaciones. Y éste es el punto. El principal interesado en la feria es el
agricultor, ese que supone la mayor concentración de invernaderos de España. Y
a ellos no hay que venderles su producto. Eso se hace en Madrid o en Alemania
(ya se exporta casi el 70% de la producción), donde están los grandes
compradores y minoristas.
También
desde el origen, una de las fuerzas que han impulsado el crecimiento de nuestro
campo ha sido la tecnología, que ha permitido que nuestros rendimientos hayan
crecido más del doble de lo que lo ha hecho la superficie de producción. Si
tenemos en cuenta que los precios recibidos por los cultivadores han estado
cayendo en términos reales desde hace años, es evidente de que cualquier
novedad que permita mejorar la calidad y la cantidad de producto será
bienvenida. Eso es lo que hay que exponer: tecnologías y servicios que se
destinen al campo o a las empresas de comercialización, innovaciones (no debe
tener sentido un espacio dedicado a la innovación en una feria cuyo objeto es
la la propia innovación). No se trata de ninguna novedad, ya lo sé; en el fondo
se trata de volver a las esencias de la feria.
Pensar
que la situación es culpa de la crisis no es más que una mala excusa. El agro
necesita hoy más que nunca mejorar su eficiencia, y cualquier innovación que
permita magnificar los resultados será bienvenida por las empresas y por los
productores. Además, interesará no sólo a los agricultores almerienses, sino a
todos los cultivadores en invernadero, ya sean de España o de los países
limítrofes.
Es
decir, el agricultor sólo debe ser protagonista de Expo Agro en la medida que
los productos que se expongan sean de su interés. Y, desde mi modesto punto de
vista, hay multitud de campos de expansión para una feria así:
Sistemas
de fertirrigación.
Manejo
a distancia de los invernaderos.
Climatización.
Robotización.
Sistemas
de control biológico.
Estructuras.
Máquinas
de trabajo en campo.
Maquinaria
de proceso para comercializadoras.
Agricultura
ecológica.
Todo
lo demás, me temo que estará condenado al fracaso. Pero, si a pesar de todo, no
fuera posible encontrar expositores para una feria así, entonces no quedaría
más remedio que acabar con ella. Como ya comentaba hace dos años, los mercados
evolucionan y, a lo peor, éste ha evolucionado tanto que ya no es necesario un
punto de encuentro físico para que las empresas de la industria y los servicios
auxiliares den a conocer sus novedades a sus principales clientes: los
agricultores más innovadores del agro español. Si esto es así, entonces lo
mejor es enterrar a la feria con los honores que sin duda merece, y comenzar a
pensar en el futuro, ese lugar del tiempo en el que sucederán todas las cosas...
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