Eso quedó claro en el recital que el baladista dio el martes en House of Blues de West Hollywood, donde el ganador de dos Grammy Latino se presentó acompañado de un diestro sexteto de músicos para deleitar con un show íntimo y orgánico, prueba de su crecimiento musical mas allá de su infeccioso pop flamenco, bailable y comercial de sus comienzos.
Bisbal, en Los Ángeles |
Es más, Bulería, uno de sus más sonados éxitos —y que algunos en el público exigían—, destacó por su ausencia en el repertorio del Tour Acústico que recorre el país.
La noche fue romántica, dominada por baladas suaves, una mezcla de sus mayores éxitos de sus cuatro discos de estudio más cuatro en vivo, así como de otros cantantes y autores famosos: temas interpretados con ternura, sensibilidad y delicadeza... y con pasión y energía, pero en dosis prudentes.
Así Quién me iba a decir y Al Andalus se transformaron en versiones más accessibles que las producciones originales de estudio, ayudadas por unas cuerdas, teclas y percusiones que sonaban más naturales y reales.
Sí, había melodías donde Bisbal, vestido de traje negro y con camisa blanca, cambiaba y aceleraba el ritmo pero nunca amenazando el ambiente romántico que empezó a crear desde el principio con El ruido, Te quiero dijiste y Esta ausencia.
Una gran acierto fue la inclusión de temas como En un rincón del alma de Alberto Cortez, Adoro de Armando Manzanero y Y si fuera ella de Alejandro Sanz, que Bisbal hizo suyas, reinventándolas con tacto y respeto e inyectándolas con su propia vibración.
Hacía pensar en baladistas como Luis Miguel y otros grandes que han logrado revivir y actualizar sonados temas del ayer para las nuevas generaciones.
Bisbal utilizó los temas "antigüitos" (y no tanto) para embarcarse en un recorrido del universo sonoro latino de décadas pasadas cuyas joyas musicales él admira y que, además, aparecen en su disco Live at The Royal Albert Hall, grabado en vivo en Londres y que acaba de salir a la venta para coincidir con su gira.
La noche de en House of Blues también brindó otra sorpresa: la inclusión de los éxitos de Juan Gabriel, No tengo dinero y Yo no nací para amar, temas donde la audiencia le hizo segunda y coro.
"Me fascinó su tributo a Juan Gabriel, pues soy mexicana", dijo Vanesa Laris. "Este conciero estuvo fenomenal. David sabe conectarse con su gente, te mira a los ojos y te hace sentir que nada más te canta a ti".
Oscar Piña nunca había ido a un concierto de Bisbal y salió impresionado la noche del martes. "Me fascinó Ave María", dijo el nuevo admirador del cantante. "Hizo que me pusiera romanticón. Su concepto acústico está bastante bueno, enamorador".
Para Verónica Medina el show acústico "estuvo genial, espectacular", tanto que ahora planea comprar el recién estrenado álbum de Bisbal y sumarlo a los otros tres que ya tiene en casa.
Hasta algunos hispanos que hablan poco español salieron impresionados del concierto. "Yo vine con mi novia y amigos, y lo había escuchado antes un poco", dijo en inglés John Martínez. "Valió la pena".
Una de las mejores interpretaciones llego casi al final de la noche y que el cantante espera que le gane un lugar en la historia de los grandes baladistas latinos.
"Tengo otro sueño adelante. Ojalá que dentro de otros 60 años del futuro, un muchacho así parecido a mí pueda interpretar… una canción que vamos a compartir con todos ustedes, diciendo que así se enamoraba la gente [en esta dé cada] cuando tuve la oportunidad de trabajar esta canción con un compositor cantautor cubano, Amado Gutierrez", dijo Bisbal antes de entonar Mi princesa.
Ese sueño podría bien convertirse en realidad.
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