Emilio Ruiz
Carlos Sánchez, concejal portavoz del equipo de Gobierno del
Ayuntamiento de Almería, ha llamado de todo menos bonica a la concejala socialista
Clara Inés Rodríguez. Dice de ella que utiliza “invenciones o fantasías”, que
“evidencia desconocer cómo se gestiona, se interpreta y se hace un presupuesto
municipal”, que “mezcla el desconocimiento y la falta de aplicación con la
demagogia...” Es, por ello, remata el joven portavoz, tanto Clara Inés como sus
compañeros, “un auténtico peligro público”.
Clara Inés Rodríguez |
¿Y tanta agresividad por qué? Pues porque, según el concejal,
ni Clara Inés ni sus colegas de partido saben lo que es un superávit técnico.
No he podido evitarlo: me he ruborizado al leer el artículo
de Carlos Sánchez. Yo, lo confieso, tampoco sé qué es un superávit técnico. En
parte es lógico, pues mis conocimientos matemáticos se limitan a las cuatro
reglas y poco más. Sí sé, porque es muy elemental, qué es un superávit (“en la Administración Pública ,
exceso de ingresos sobre los gastos”, que dice el diccionario) y, por ende, un
déficit. Pero un superávit técnico, como que no. Obviamente, a mí Carlos
Sánchez nunca me va a decir, por ello, lo que le ha dicho a su colega. Por dos
razones: porque no soy concejal y porque ni siquiera soy ciudadano de la bonita
ciudad que representa.
Pero, qué cosas, me pica la curiosidad. ¿Qué demonios será un
superávit técnico? Google, bien administrado, en situaciones como ésta, a mí
siempre me echa una mano. No ha sido el caso. He marcado en el sabihondo
buscador superávit+técnico y me ha remitido a un artículo de Jose Fernández,
publicado en este mismo medio, que parece una réplica del artículo de Carlos
Sánchez. Vaya lío. Así que no me queda otro camino que exclamar: ¡Ánimo, Clara
Inés, que en este mundo de ignorancia, ya ves, no estás sola!
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