El Presupuesto "de resistencia" que aprobó el Gobierno andaluz
para 2013 tienen un estrechísimo margen para acometer más recortes sin
desmantelar servicios básicos o despedir empleados públicos, justo lo que PSOE e
IU, socios en el Gobierno de izquierdas de Andalucía, han advertido de que no
van a tolerar.
El informe económico que acompaña estas cuentas recogía un ajuste adicional
de 4.200 millones de euros para cumplir el duro límite impuesto al déficit, que
deberá cerrarse al término del año en un 0,7%. Con esta gruesa soga y los
ingresos menguando -cae estrepitosamente la recaudación por IVA- es
complicadísimo acatar la nueva orden del Gobierno central. El toque de atención del ministro Cristóbal Montoro , que
exige más recortes a las cinco comunidades que se han desviado en 2012, entre
ellas Andalucía, pone a la Junta, que no esperaba esta orden, contra las
cuerdas.
Si Valencia o Murcia se desviaron casi dos puntos del objetivo, Andalucía
cerró 2012 con un déficit del 2,02%, a algo más de medio punto de la meta
(1,5%). El mismo desvío prácticamente que tiene el Estado. Estos números
significan un sacrificio de más de 2.000 millones en un año. La Junta ha
reconducido su déficit en un 40% (2011 se cerró en el 3,22%).
Desde la oposición, los populares andaluces subrayan que cada décima de
desvío supone un recorte adicional de 140 millones de euros. Para alcanzar el
objetivo, Andalucía debería recortar adicionalmente en 2013 algo más de 700
millones. Una misión imposible en un Presupuesto raquítico y casi sin inversión
pública, a no ser que se reconduzca gasto y se toquen las partidas más
voluminosas: educación, sanidad y nóminas.
El Presupuesto en vigor, el quinto de la crisis (30.706 millones de euros),
muestran unos números caninos en las que los ingresos desde el Gobierno central
disminuyeron en 688,9 millones de euros. Todas las consejerías, sin excepción,
recortaban sus recursos una media del 10,7% (2.949 millones de euros).
La gran sacrificada volvió a ser la inversión pública, que sería clave para
animar la construcción y amortiguar la destrucción de empleo. En 2013, la
inversión pública vuelve a caer un 20% (3.814 millones de euros), lo que supone
un recorte acumulado del 60% desde 2009. Además la Junta también recortó en un
11% las transferencias al sector público, dejando en manos de sus empresas la
decisión de recortar salarios o despedir empleados.
Con este panorama la pregunta es ¿de dónde puede seguir recortando la Junta?
En estos momentos el meollo del Presupuesto de Andalucía está en sanidad y
bienestar social, 10.086 millones, el 33% de las cuentas. De momento, el bloqueo
del Ministerio, con un tercer recurso judicial, a la subasta de fármacos, una
medida de ahorro impulsada por el Ejecutivo andaluz, deja en el aire 200
millones de euros en este apartado.
Detrás, educación (6.031 millones de euros), donde la Junta ya está
reordenando sus recursos en perjuicio de la enseñanza concertada y donde ya se
han despedido 4.500 interinos.
Son precisamente los dos servicios que ayer el PSOE andaluz marcó como
intocables. El vicesecretario general del PSOE-A, Mario Jiménez, grabó un
videoblog un día después de que Montoro apretara todavía más la soga y advirtió
de que "unas décimas arriba, unas décimas abajo" en el déficit "no puede ni debe
comprometer las obligaciones que tiene un gobierno decente con sus ciudadanos".
IU es aún más contundente . Tres de sus diputados se
desmarcaron ya de la votación del actual Presupuesto. Si la tijera volviera a
aparecer sobre las cuentas públicas, un sector relevante de IU daría un portazo
al pacto de Gobierno.
El PP-A dio por hecho ayer que Andalucía deberá de acometer más recortes y
apuntó al sector público. "Tiene margen si mete la mano en el bolsillo de sus
amiguetes", aseguró la vicesecretaria de Política Social, Dolores López, que
señaló a la "administración paralela, las 300 empresas públicas de la Junta y
los 410 cargos de libre designación".
Los sindicatos alertan ya de que la tijera amenaza con entrar directamente en
el empleo público, por más que PSOE e IU defiendan que hasta ahora ni han
privatizado ni recortado servicios básicos ni destruido empleo público. El
sindicato Ustea ha alertado de "más de un millar de posibles despidos" que,
según esta organización, podrían producirse en próximas fechas entre empleados
públicos temporales de la Junta en aplicación de una instrucción firmada el
pasado día 5 de febrero por la Dirección General de Recursos Humanos y Función
Pública. Ustea alertó de "más recortes directos sobre el personal laboral
temporal". Por ahora, los socialistas andaluces salieron a negar que vaya a
haber más recortes en los sueldos de los empleados públicos.
Se abre otro frente entre Gobierno y Junta, quizás el pulso más duro de los
que se han librado hasta ahora. El Ministerio tiene la posibilidad de intervenir
la comunidad si no se aceptan más recortes. Andalucía (35% de paro) avisa de que
no seguirá con este austericidio. La Junta cree que su problema no es de gastos
sino de ingresos y recuerda que el Gobierno, solo en cumplimiento del Estatuto,
le debe 1.504 millones en inversiones. Si le paga, dicen, le saldrán los números
sin recortar más.
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