José Fernández
Periodista
En los últimos días, tres ayuntamientos de la provincia de Almería han sido
noticia por razones financieras. El de Almería, por cerrar el ejercicio
presupuestario del año pasado con superávit; el de Albox, con su electrizante
secuencia de deudas, impagos y apagones, y el de Macael, con ERES en la ampliada
plantilla por la imposibilidad del actual equipo de gobierno de poder seguir
sosteniendo la estructura que le dejó el anterior como parte de una complicada
herencia.
Ayuntamiento de Macael |
Pues fíjense cómo andarán las cosas que el que más críticas ha
recibido ha sido el de la capital por gestionar con responsabilidad para poder
cumplir con sus proveedores y responder a los pagos. En estos tiempos, la
eficacia es sospechosa. No deja de sorprenderme que desde algunos partidos
políticos (generalmente los mismos que dejan como rastro de su gestión una serie
de deslumbrantes calamidades) se quiera fomentar la idea de que las
instituciones se pueden regir por los mismos sistemas de las economías
domésticas y que, por tanto, todo ese superávit técnico es en realidad un lecho
de dinero sobre el que retozan, entre burbujas de avaricia, los alcaldes más
antisociales.
Se agita ante la gente la idea de que los ayuntamientos apalancan
el dinero por el mero placer acumulativo mientras se exprime (en algunos casos
el descontrol también es semántico, pues se llega acusar a los alcaldes de
practicar la usura) a los ciudadanos.
Es cierto que la austeridad y la
moderación son actitudes que lucen poco en los titulares y que tienen una peor
venta mediática que las pirotecnias y los jolgorios, pero como todo en esta vida
es criticable, da igual lo que hagas porque siempre serás censurado: los mismos
que ahora critican la contención del equipo de gobierno municipal de Almería
capital eran los que hablaban de “sueños megalómanos” cuando había posibilidades
económicas de proyectos arquitectónicos de renombre.
En fin, que para donde
mires te estrellas. En todo caso, como vecino de la capital prefiero ver a mi
ayuntamiento fuera del espectáculo de los apagones y los ERES porque eso siempre
es censurable. Sospecho que lo censurarían, incluso, los que critican ahora la
contención y la prudencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario