Cajamar, exculpada del "Caso Pantoja"


Carlos Segovia
Redactor-Jefe de El Mundo
La resolución del Frob sobre las preferentes de Bankia y la actuación de Cajamar en el escándalo de Isabel Pantoja son las dos nuevas muestras estos días del escándalo de funcionamiento de nuestro sector financiero. En el primer caso, engañaron a muchos clientes honestos; en el segundo, se ayudó a los deshonestos a blanquear dinero.
Los que contrataron preferentes ya saben el castigo que, como mínimo, van a recibir por haber hecho caso a las cajas que componen Bankia, hasta un 70%  de pérdida del valor  invertido. Así lo informa el Frob -el fondo estatal de rescate- allá en la página 37 de una resolución con un lenguaje tan ininteligible para el pequeño inversor que es como si nadie terminara de aprender la lección. Y eso sin advertir de la nueva quita que pueden sufrir con sus nuevas acciones de Bankia como no les salven el arbitraje -si cumplen los requisitos- o los tribunales.
Según un informe del Banco de España publicado por EL MUNDO el pasado 26 de septiembre, las cajas que formaron Bankia -especialmente Caja Madrid y Bancaja- llegaron a vender los polémicos productos a unos 190.000 clientes que eran como media ancianos que dedicaron 30.000 euros a esta inversión. "La conclusión es que se trata de una persona de edad avanzada", decía el estudio interno de la entidad mencionado por el Banco de España. La orden de colocar a este tipo de cliente estos productos híbridos que parecían depósitos a plazo fijo con elevado interés, pero que eran de altísimo riesgo, vulnera como mínimo -veremos qué añaden la CNMV y los tribunales- los principios fundacionales de entidades sin ánimo de lucro con el objetivo de impulsar la Obra Social.
También asombra otra novedad de la semana y es lo que queda judicialmente probado que sucedió en una sucursal del grupo cooperativo Cajamar en un barrio de Marbella "que por sus características socioeconómicas se puede catalogar como de población obrera". Allí la trama del ex alcalde Julián Muñoz blanqueó alegremente durante años más de 500.000 euros en movimientos constantes de dinero con Suiza y Gibraltar, según la sentencia del caso Pantoja. El ex director de la sucursal, Benjamín Martínez Cantero, ha sido condenado por colaborar en el blanqueo de capitales a seis meses y un día y a pagar una multa por los 500.000 blanqueados en su oficina.
La sentencia exculpa a Cajamar, porque asegura que su departamento de control interno consideró raro -cómo no- que en la sucursal de esa barriada obrera fluyera tanta pasta hacia paraísos fiscales, pero que fue el director de la sucursal el que dijo que no era necesario denuncia al Servicio de Prevención y Blanqueo de Dinero. "Los datos que facilitó el acusado Benjamín Martínez [al órgano de control interno de la entidad] como respuesta a sus peticiones de información, fueron que conocía al apoderado de la entidad Meja Inc y al bufete de abogados que gestionaban la cuenta(...) Tales respuestas llevaron al órgano de control de Cajamar a confiar en la normalidad de las operaciones", establece la sentencia de la Audiencia Provincial de Málaga. Bastó la palabra del director de la sucursal para que la caja no actuara contra la cuenta de Muñoz y los Zaldívar. Martínez Cantero alegó sin éxito durante el juicio que él actuaba en función del "principio de confianza" en los clientes. Confianza total.
Han surgido y surgirán más malas prácticas ya sea en cajas, cooperativas o bancos y qué casualidad que en los dos casos de este artículo el error en las sucursales era siempre en la mala dirección: Engañando a los honestos en un sitio y encubriendo a los golfos en otro. ¿Cuántos productos financieros se han comercializado mal en España? ¿Con qué diligencia actuaban sus departamentos de control interno cuando hasta en sucursales de barrios pobres se movían fortunas por bulerías hacia Suiza o Gibraltar? ¿Seguro que son prácticas del pasado?
(El Mundo)

1 comentario:

  1. ¿ trabajas en CAja Rural ? se nota que no criticáis a CAjamar, .....a pesar de los ERES.

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