Antonio Yélamo
El Correo de Andalucía
En un primer momento, con el decreto-ley relativo a la función social de la
vivienda, el PP andaluz guardó una prudente distancia. Lo consideró una mala
copia de las medidas puestas en marcha y anunció que plantearía sus propias
propuestas para mejorar el texto aunque, eso sí, restó importancia a dicha
medida “que sólo busca titulares de prensa”. Se podría decir que estamos ante
una reacción de libro como corresponde a una formación política que se encuentra
en la oposición: críticas a la iniciativa gubernamental y anuncio de
presentación de formulaciones alternativas.
En ese ámbito se venía moviendo
hasta ahora el mismo presidente del PP, Juan Ignacio Zoido quien si bien puso en
cuarentena este nuevo movimiento de pieza de la Junta no fue a más a diferencia
de lo que más tarde han hecho otros compañeros suyos quienes rompieron esa
moderación describiendo dicha actuación como propia del “régimen de Chavez”.
Abierto este frente, por ahí han ido deslizándose hasta llegar al insulto puro y
duro. Es lo que tiene la derecha política que se pasa de rosca perdiendo a
raudales la credibilidad que debe tener su labor política. Del descreimiento y
escepticismo con el que acogió el alcalde de Sevilla la posibilidad de expropiar
viviendas de forma temporal se pasó, por parte de otros dirigentes populares, al
ataque despiadado buscando el descrédito y la descalificación del contrario.
De Etiopía y otros despropósitos. El trabajo se le acumula al PP ya que tras
el primer impacto producido en la lucha contra el desahucio de las viviendas
vino uno segundo de mayor calado aún como ha sido el Plan contra la Exclusión
Social que aprobará el gobierno de Griñán en los próximos días. El compromiso
que se asume para garantizar la correcta alimentación de los niños andaluces,
con el establecimiento de una red de solidaridad alimentaria, la creación de
empleo a través de los ayuntamientos y la aceleración en la tramitación de la
Renta Básica, ha supuesto todo un acontecimiento en el panorama político
español. Hasta ahora ninguna otra administración pública se había atrevido a
acometer un plan tan ambicioso como este. Se había instalado la idea de que algo
había que hacer ante el incremento de familias enteras rozando la exclusión
social y la Junta se ha atrevido a ello en el ámbito de sus competencias. El
paso dado no ha merecido el más mínimo respeto por parte del PP, despreciándolo
olímpicamente, y, con ello, también, a todos los andaluces al pretender ponernos
al nivel de Etiopía, tal y como frívolamente lo ha hecho Rafael Hernando, un
diputado popular muy dado a este tipo de excesos verbales. Saben bien en el seno
de los populares andaluces que la profundidad social de la crisis es tal que
cada vez hay más ciudadanos afectados por una gran precariedad de ahí que sea
una obligación de las instituciones actuar cuanto antes para que el drama que se
está viviendo ya en muchas familias no vaya a más. Bien que pueden poner en duda
dicha iniciativa, cuestionar su posible eficacia, pero mofarse de ella de la
forma que lo ha hecho Hernando, no sólo rompe la línea de moderación del PP
andaluz sino que supone un insulto a esta tierra a la que él también se
debe.
La iniciativa política. Tan desatinada posición del PP puede deberse, más
bien, al desconcierto que le ha podido suponer comprobar cómo, de nuevo, el
ejecutivo de Griñán toma la iniciativa política y en el peor momento posible,
cuando más acorralado estaba a cuenta del escándalo sobre las irregularidades en
los “Eres”. Harían bien en el gobierno del PSOE e IU en situarse por encima de
estas críticas y centrarse al máximo en un cumplimento certero de lo anunciado
para no frustrar las esperanzas generadas. Sería muy lamentable que quedaran en
nada a la hora de su aplicación cuando, en realidad, a todo el país le vendría
bien que tuvieran el éxito que se persigue. Se marcaría así el camino a seguir
para una sociedad que no debe renunciar a luchar contra la pobreza que alcanza
ya a las capas medias de la población. En todo caso, se demuestra que en San
Telmo hay agenda política y eso que todavía no ha irrumpido con fuerza en el
otro gran asunto como es el Debate Territorial. Sería bueno que Griñán se viera
cuanto antes, de nuevo, con Rajoy prescindiendo de intermediarios del PP que no
se toman en serio a Andalucía.
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