Cierre una unidad de internos de una residencia asistida de personas mayores y
reasigne a persona afectadas por Alzheimer junto al resto de internos, sin
aumentar el número de trabajadores y aumentando su carga de
trabajo.
Diputación de Almería |
Negocie a la baja todos los contratos de servicio y obras sin
tener en cuenta cuánto afecta a la calidad y a las condiciones laborales de los
trabajadores de dichas contratas.
Paralice el servicio de ayuda a
domicilio, correspondiente al plan concertado, ralentizando la lista de espera
de los beneficiarios, muchos de ellos en pueblos del interior de la
provincia.
Aproveche la eliminación de una paga extra de los
funcionarios, impuesta por el Gobierno Central de su mismo partido, para rebajar
brutalmente el gasto en el capítulo de personal, uno de los más importantes en
cuanto a relevancia en los distintos presupuestos.
Aumente la presión
fiscal sobre los Ayuntamientos, actualizando tasas drásticamente, sin dar opción
de escalonar en varias anualidades esas subidas, para reducir el impacto en las
arcas de estas entidades locales.
Reduzca drásticamente las partidas
destinadas a Servicios Sociales Comunitarios, Igualdad, Inmigración y
Medioambiente, entre muchas otras. En definitiva: haga recortes en servicios
esenciales y deje intactos o aumente aquellos que se pueden “inaugurar”.
Haga
todo esto, que no es más que dejar de gastar el dinero que pagan todos los
ciudadanos para que se presten servicios públicos de calidad y mucho más, y verá
cómo las cuentas arrojan un balance positivo. Cómo aparece el ansiado superávit
para anunciarlo a los cuatros vientos.
¿Y todo esto para qué? Para
ofrecer, por un lado, una supuesta imagen de buen gestor sin percatarse de que
con ello están pervirtiendo el objetivo de las administraciones públicas,
que no es económico como en una empresa privada. Para deteriorar si cabe
aún más la prestación de determinados servicios públicos, como los servicios
sociales, de cara a una cada vez más cercana privatización de los mismos. Este
deterioro, por ejemplo, haría más fácil de cara a la opinión pública el traslado
y reconversión de una residencia asistida puntera a un bloque de estancia en
pleno centro de la ciudad, previa jugosa recalificación de todos los terrenos
afectados.
Para destinar, ahora sí, este gran ahorro en lo que
verdaderamente les importa: salvar a las entidades financieras, poniendo el pago
de las deudas contraídas con bancos en primerísimo lugar, en vez de fortalecer
servicios públicos que están garantizando derechos humanos básicos en nuestra
provincia.
En definitiva, en este mundo de titulares y frases
cuidadosamente estudiadas por asesores de imagen, es necesario desmontar los
mensajes que nos cuela el poder. Un poder que a nivel provincial, de la mano de
presidentes que son a la vez alcaldes, corredores de fincas y empresarios, están
vaciando de sentido nuestras instituciones democráticas. Le llaman gestión y es
negocio.
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