In memoriam: Augusto Arteaga, expresidente del Almería

Antonio Torres
Director de Canal Sur

A las 11 de hoy serán incinerados los restos mortales  del que fuera presidente del Almería y el arquitecto del primer ascenso a Primera Augusto Arteaga Gandía, perito industrial, nacido en la provincia de Cuenca en 1936. Llegó a Almería en 1972 para convertirse en jefe de personal de Celulosa Almeriense, empresa que cerró definitivamente en 1979. Dado que se enamoró de esta tierra y de los almerienses, decidió emprender una nueva carrera profesional relacionada con el sector inmobiliario.

Augusto Arteaga
La vida le llenó de satisfacciones al lado de su esposa, Fermina Fernández, y de sus hijos Mar, Olga y César. Ahora disfrutaba de sus nietos. Su hija Mar es periodista, muy conocida por sus inicios profesionales en Cope Almería y la dirección de los informativos regionales de esta cadena en Sevilla. Es una persona clara y directa que en los últimos días ha estado acompañando a su padre. “Sobre todo”, dice, “mi padre era una buena persona que rechazó al perder su trabajo en Celulosa regresar a Madrid porque encontró en Almería su casa y la amistad de los almerienses”.

La gran afición por el deporte de Augusto Arteaga le venía desde muy joven cuando fue futbolista, entrenador y luego directivo. Era un apasionado inconfundible del Atlético. En una entrevista publicada en Mundo Deportivo de Barcelona, en agosto de 1978, Arteaga le explicó al periodista Manuel Román que “El club debe ser enfocado como una empresa”.

Quería otorgar al club una estructura profesional y seria.  Vaticinó que iba a ver superávit y éxito deportivo que concluyó un año después con el histórico ascenso, poniendo el nombre de Almería en el mapa. Es curioso, pero el número de abonados era en esa fecha era similar al de la actualidad. Fue el arquitecto del ascenso porque supo retener a Gregorio, uno de los goleadores históricos, y al mito almeriense Juan Rojas. Además, repescó a Maxi, que estaba en el Oviedo, y  fichó al portero Cendoya, de la Real Sociedad, Rolón, del Murcia, y a Garay, del Athletic, entre otros grandes.

Tras su salida del Almería, sustituido por Alfonso García, siguió vinculado al fútbol modesto, potenciando la cantera,  siendo secretario técnico de Los Molinos, equipo de la élite del fútbol juvenil. “El prestigio de Los Molinos también se le debe a esta buena persona”, decía ayer el directivo del actual Almería Manolo García.    

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