José María Pérez Vicente
Abogado
Muchos intelectuales y expertos en participación social mantienen ya hoy que el
sistema de representación y participación política a través del sistema de
partidos políticos está caduco, y se están ensayando nuevas fórmulas de
participación ciudadana más auténticas, directas y próxima a los ciudadanos. La mayoría de los partidos se han convertido en lobbys cerrados de instrumentos
de gestión del tráfico de influencias y de la corrupción institucionalizada,
que no responden a los intereses de los ciudadanos que los votan sino del pequeño
grupo que los gobierna, alrededor del cual se forman y pululan grupitos de
poder económico y financiero, que aprovechan tanto los tiempos de crecimiento y
bonanza económica como de crisis para enriquecerse.
Escraches |
Pero a pesar de los movimientos que han surgido desde el 15-M y lo seguirán
haciendo hasta que se encuentre la fórmula más adecuada que canalice las legítimas
aspiraciones de la gente, los partidos políticos y demás organizaciones
sociales clásicas, como los sindicatos, siguen anclados en su propio ombligo
sin ver más allá de los intereses de sus líderes en repetir o mantenerse y conservar
los privilegios adquiridos para sí y para los suyos, o de cómo seguir financiándose
en tiempos de crisis.
La sociedad está huérfana de referentes sociales éticos. No es de extrañar, por tanto, que surjan movimientos, como ahora los escraches por los desahucios, que irán adquiriendo auge y dando lugar a la evolución de nuevas fórmulas de democracia participativa que arrase antes o después con el actual sistema de representación política y social, si partidos políticos y organizaciones sociales no tienen desde ya la habilidad y agilidad en renovarse profunda y éticamente de manera sincera y urgente.
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