Pepe
Fernández
Exdirector
de Onda Cero-Andalucía
Nota de la Redacción de La Opinión de Almería. La llamada "Operación Tres Reyes", que ha culminado, por ahora, con el ingreso en prisión de tres personas cuya identidad se desconoce está siendo objeto de mil y una elucubraciones. Ante la ausencia de información oficial sobre el caso, reproducimos a continuación el artículo que sobre el asunto ha colgado en su blog el periodista Pepe Fernández.
-El nombre de la
Operación está inspirado en una película, desarrollada en
Iraq, donde cuatro soldados norteamericanos buscan un depósito de oro. Aquí
también se persigue otro "tesoro", y casualmente también iraquí.
-Siguen en prisión provisional un supuesto jefe de un comando operativo
del CNI y un empresario con conexiones políticas en el PP.
-Denunciada ante las autoridades de Almería una supuesta trama criminal
que habría impulsado el acoso y derribo del Abogado Jefe del Estado en Almería,
cesado finalmente el 30 de enero.
-El Presidente de la
Diputación de Almería, Gabriel Amat y el Subdelegado del
Gobierno, A. García Lorca, recibieron en su despacho oficial al empresario en
prisión y al Abogado del Estado cesado. También demostró conocerle en público
el alcalde de Almería Rodríguez Comendador.
-El empresario en prisión, Pepe A. M. gestionaba una entrevista con el
ministro Ruiz Gallardón - de quien dependen los Abogados del Estado-, vía
Gabriel Amat, para denunciar las maniobras ocultas tras el cese de Demetrio
Carmona.
-El letrado Carmona, a día de hoy, sigue adscrito a los Abogados del
Estado de Almería y desde hace una semana espera poder declarar ante la Juez que investiga caso.
-Demetrio Carmona busca una explicación a por qué solo su nombre ha
aparecido públicamente en la
Operación y apunta a cargos del PP.
Dos supuestos agentes del CNI -uno de ellos
tendría el grado de capitán- y un hombre de negocios supuestamente bien
relacionado con destacados dirigentes almerienses del PP e incluso con algún
ministro del Gobierno ingresaron hace una semana en prisión sin fianza por
orden del Juzgado almeriense que instruye el caso derivado de la denominada
Operación Tres Reyes. Un asunto
del que no ha trascendido informativamente nada o muy poco y sobre el que
planea el tradicional manto del silencio sumarial, mediática y políticamente
caprichoso dependiendo el lugar y a quien afecte la investigación. Sólo un
nombre se ha filtrado, el de Demetrio Carmona del Barco, Abogado Jefe del
Estado en Almería desde los años ochenta. Se sospecha que la noticia de su
detención fue susurrada desde la Subdelegación del Gobierno a los medios; en
todo caso confirmada públicamente, horas después, por la propia delegada del
Gobierno en Andalucía, Mari Carmen Crespo, que casualmente pasaba ese día por
Almería.
La operación
judicial ha sido bautizada con el nombre de una famosa película –Tres Reyes-, dirigida por David O. Rusell. El buscador encargado de bautizar
las operaciones policiales no se ha esforzado mucho esta vez para retorcer
paralelismos y similitudes. Como se sabe, el escenario de la cinta que
protagoniza, entre otros, George Clooney se desarrolla en Iraq, en la que
cuatro soldados estadounidenses intentan recuperar un depósito de oro robado.
He aquí, de
momento, dos pistas sobre uno de los móviles de esta enrevesada historia
múltiple que intento avanzarles someramente ahora, ahorrando muchos detalles
que irán saliendo más adelante.
Un
tráiler de billetes de Iraq en El Ejido.
Tras la
guerra de la Tormenta del Desierto en Irak se habló y se publicó
bastante en la red sobre el saqueo al que los invasores (y adláteres
multinacionales) sometieron al país que decían que ocultaba armas químicas.
Entre otros lugares se robó en las arcas del Banco Nacional de Irak. Toneladas
de billetes desaparecieron con destinos desconocidos.
“Un tráiler
de dinares, no sé cuantos palés de billetes con los tres caballitos dibujados acabaron en una cámara acorazada en El Ejido, en manos entonces del Banesto”, me
confiesa un funcionario que conoce el asunto hace tiempo. Allí, al frente de la
empresa de la caja acorazada, Tierras de Almería, estuvo de máximo gerente un
tipo que, con el paso del tiempo, se convertiría en el hombre de Kio en España,
Javier de la Rosa. Tras
vender Banesto el floreciente negocio bajo plástico, sus nuevos
propietarios confesaron formalmente haberlo adquirido poco menos que en un
mercadillo. Dividieron el botín en dos partes. Una quedó en la cámara de
Tierras de Almería, de su actual propietario, J. C., y la otra, en la nave de
la compañía Securitas, mercancía propiedad de su socio, el también empresario
Manuel R. L., que, en esta historia, aparecerá finalmente como denunciante y
espoleta detonante de la operación "Tres Reyes".
Este viejo
botín de guerra, cuyo valor real dicen que se devaluaría bastante al pasar por
distintos filtros fiscales y legalizadores nacionales y comunitarios, parece
que en este caso interesaba especialmente en EEUU, según habrían confesado
algunos de los protagonistas en sus negociaciones como “agentes” de “La Casa ”, o sea el CNI. Ni que
decir tiene que en el manejo de tan importante cantidad de papel moneda,
entregándoselo a los americanos, habría una suculenta comisión de por medio.
Lógicamente cabe pensar que en América también se haría negocio con los viejos
dinares, hibernados durante décadas en El Ejido, en poder de los dos veteranos
y potentados empresarios del Poniente almeriense, por cierto muy bien
relacionados con dirigentes almerienses del PP, especialmente con su presidente
Gabriel Amat.
Al comenzar
2013 el Jefe de los Abogados del Estado en Almería desde hacía un cuarto de
siglo percibe que la tierra empieza a moverse a su alrededor. Además de una
inesperada separación matrimonial y parece que compleja, recibe numerosas
amenazas, denuncias, investigaciones judiciales anónimas y cree Carmona que
casi siempre proceden del entorno de E. B., un empresario con poderosas
conexiones de todo tipo: políticas, funcionariales, económicas, judiciales y
policiales. Un tipo que ya ha aparecido en crónica de tribunales y que, además,
es socio del más importante empresario del Juego en España.
Cree esos días
Demetrio Carmona que están empezando a tener éxito interno las amenazas
recibidas, el acoso evidente que viene padeciendo. En resumen, que
definitivamente van a por él. Carmona no solo lo intuye, aseguran fuentes
cercanas, “incluso le retransmiten confidencialmente en directo desde dentro de
la Delegación
los preparativos del acoso y derribo del que iba a ser objeto” . Esta vez, como
asunto intimidatorio y justificativo para argumentar falta de confianza, estaban
utilizando contra él lo que se revelaría más tarde como pólvora mojada, un
asunto en el que, ciertamente, había intereses familiares y que Carmona se
habría encargado prudentemente de que fuese otro Abogado del Estado el que
entendiese del mismo por afectar a su familia el asunto que estaba en litigio
enfrentado a intereses del Estado.
En este
contexto es como el prestigioso, querido, temido, envidiado y susurrado Abogado Jefe del Estado de Almería se metía en la boca del lobo, aunque parece
que sin ser muy consciente de ello.
Un
supuesto “CNI” entra en acción.
Empieza a
moverse para intentar denunciar un acoso evidente que le acabará conduciendo al
destierro funcionarial de Granada, destino por cierto revocado tras su cese. A
través de su amigo, socio y compañero abogado Rogelio Vargas conoce al
sobrino de un exalcalde socialista de un pueblo del Levante almeriense, B. F.,
integrante de un grupo de buenos aficionados a las monterías, casi todos
antiguos excargos de AP/PP en la provincia. Se trata de Ignacio F., al que
Vargas habría conocido en Rumanía hacía tiempo en un viaje de prospección de
negocios inmobiliarios. Ignacio se habría presentado como “agente del CNI”,
alardeando de placa y de haber formado parte, entre otros, del equipo que investigó
con antelación “lo de Marsans”.
Ignacio F., tiempo después, le trasladaría a Vargas que tiene amigos poderosos e
influyentes que pueden echarle una mano a Demetrio y frenar tamaña injusticia
que van a cometer contra él. Y es cuando conoce a José (Pepe) A. M., tipo
encantador, al que se le nota que maneja poderío y capacidad de llegar a donde
se proponga. De hecho se lo demuestra con rapidez y eficacia. Le cuenta que
representa intereses en España de importantes multinacionales de servicios,
siempre en los aledaños de las Administraciones.
La primera
entrevista que organiza José (Pepe) A. M. es con Gabriel Amat, presidente de la Diputación de Almería,
presidente del PP y alcalde de Roquetas. En Almería no se mueve una mosca sin
que Don Gabriel dé su aprobación. Tiene el poder absoluto del partido tras
haber liquidado a su principal adversario, Juan Enciso, en 2008, destapándole la
extrañamente paralizada Operación Poniente. Un Amat, por cierto, preocupado en
estos días porque sabe que la
Fiscalía está husmeando debajo de su mismísimo culo.
Simplemente
“Albertito”
Las
grabaciones de las cámaras externas de seguridad de la Diputación fueron en
esta ocasión testigos mudas de cómo el Abogado del Estado Demetrio
Carmona del Barco llegaba a la puerta del Palacio Provincial e interrumpía
la animada charla entre el visitante de Madrid que le esperaba, Pepe, con el
chófer/escolta del presidente de la Diputación y Alcalde de Roquetas. Ambos, Pepe y
Demetrio, subieron de inmediato al despacho del presidente Amat a una cita que,
sobre la marcha, había negociado el influyente recomendado a Demetrio por “la
gente del CNI”.
En la
reunión el que viene a mediar expone que Demetrio está siendo objeto de una
cacería injusta y que, tras la misma, se ocultan personajes siniestros, algunos
con antecedentes penales. Amat le da toda la razón, dice que es inadmisible lo
que está pasando, que no entiende nada y pide tranquilidad. Según el entorno de
Carmona, es el propio Amat, con su actuación ese día, el que legitima y otorga
crédito a la figura del tal Pepe, el mismo que le había llamado de parte
de un “capitán” del CNI para ayudarle.
Amat
tranquiliza a Demetrio y a su acompañante. Todo ello tras disgutarse al oír no
se cuantas movidas burocráticas oscuras en marcha para el cese de Carmona. "¿Papeles? Si quieren sacamos los papeles
todos y a ver que pasa", dijo
críptica y amenazadoramente Amat, que añadió: "Tranquilos, yo voy a hablar con Albertito y esto queda arreglado. Y
si no puedo con el ministro con gente de su gabinete, que es como si fuera yo
mismo. ¿Entendido? Así que tranquilos, señores".
En esa gira
con las autoridades de Almería, ese mismo día, vistan al subdelegado del
Gobierno, Andrés García Lorca, en su despacho oficial. Cuando llegan perciben
que el subdelegado está avisado con poca antelación y posiblemente sorprendido
de la visita y su contenido. Allí se repite la historia y se pone al corriente
al responsable en la provincia de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado
de las actividades nucleadas en torno al grupo que supuestamente mueve
hilos en los bajos fondos de la Administración almeriense contra el Jefe de la Abogacía del Estado en la
provincia.
Y para
redondear los encuentros politicos, en el céntrico restaurante Entre Vinos se
produce la feliz coincidencia de almorzar junto a la mesa que ocupan el alcalde
de Almería, Luis Rogelio R. Comendador, y su esposa. Luisro saluda efusivamente a Pepe, quien
aprovecha para comentarle que le pedirá cita porque quiere hablar con él. "No hace falta, tú vienes y sobre la marcha te abro un hueco. Faltaría
más, tratándose de ti, Pepe", parece
que respondió con afecto el alcalde, según cuenta un testigo presente en el
restaurante. Luis Rogelio también se alegra ostensiblemente de encontrarse con
el tal Pepe.
¡Bingo!,
debió pensar para sus adentros el abogado Carmona. El hombre que había elegido
como primo de Zumosol parecía
que funcionaba, era el idóneo. Aunque sus gestiones no serian gratuitas, lo
sabía y lo tenía asumido. En tiempo record Pepe le había organizado una reunión
en la zona noble de Bankia, a altísimo nivel, para resolver un problema
financiero personal, amén de gestionar los contactos con Justicia y Ruiz
Gallardón, el ministro del que cuelgan los abogados del Estado. Un contacto que
le pareció más que garantizado vía Gabriel Amat, con el que Demetrio siempre ha
mantenido buena relación.
Un
capitán de uniforme en un MacDonal
El 30 de
enero se consuma el esperado cese, o mejor la decapitación pública, del muy
notable y conocido Abogado del Estado Jefe en Almería. En esas
semanas realizará varios viajes a Madrid. En uno de ellos los amigos de La Casa , que siempre se reunían
con él en un hotel de las afueras de la capital de España, le acaban
presentando al que manda en todos ellos. Y al pasar por Toledo improvisan una
visita al “Jefe”, que ese día “está de servicio en un acuartelamiento cercano”.
Les cita para tomar café en el MacDonal de un centro comercial al lado de la
zona militar.
A los pocos
minutos aparece un tipo que no supera los cuarenta años, vestido de uniforme de
capitán del ejército español, que se presenta como José Antonio M. A. Su
actividad fundamental, cuenta, la desarrolla destinado en el CNI.
Quizás fue
en aquella primera reunión cuando, ojeando en una Tablet fotos de dinares
iraquíes, le preguntan a Carmona si conoce al empresario propietario de la
mitad “del tráiler de billetes procedentes de Iraq”, o sea a Manuel R. L., de El
Ejido. A lo que le dice que sí. Fue entonces cuando le explican que están
haciendo un servicio para la inteligencia americana y que necesitan negociar
con Manuel R. L. para negociar el recuperar ese dinero y tramitar su destrucción
vía EEUU. Y que les podría ser de mucha utilidad que les pusiera en contacto.
Dicho y hecho. Carmona es conocido en Almería, entre otras cosas, por ser un
gran componedor de problemas irresolubles entre partes. Fama de buen negociador.
“Tres
reyes” a por el botín de dinares.
Se activan
los contactos y fructifica la negociación de venta de los millones de dinares
de antes de la guerra. Dos personajes colaterales, supuestos agentes también,
uno gordo y con coleta, bajan a El Ejido incluso a comparar los billetes
iraquíes que traen en el bolsillo. Hasta llevan fotos del dinero almacenado en
palés, dentro de la cámara de seguridad. "Sí, sí, mira, con los tres caballitos, como esos son los billetes", indica el empresario.
Tira y
aflojas, subes y bajas. El acuerdo en la piscina de los tiburones parecía
difícil, aunque ambas partes estaban más que interesadas en cerrar el negocio.
Claro que trincando más de lo que se ofrecía.
Pasado un
breve tiempo el empresario es citado, extrañamente, cerca de una gasolinera de
Aguadulce por el mismísimo “jefe” de los espías, José Antonio M. A., al que
acompaña Ignacio F., su mano derecha, y posiblemente un tercero, un tal Salvi,
dato no contrastado por mis fuentes.
No se sabe
muy bien lo que se dice al arranque de aquel encuentro, al que parece que
Demetrio Carmona, consultado por Manolo el empresario, le sugiere no acudir ya
que empieza a no olerle muy bien el supuesto clan del CNI. Lo único bueno que
le había pasado con ellos, de momento, era haber conocido a Pepe A. M., el amigo
de Gabriel Amat, de Luis Rogelio, del subdelegado del Gobierno y de tanta gente
importante del PP. El que le iba a abrir las puertas hasta Gallardón para
defender su honor y buen nombre.
El
empresario parece que es amenazado por los tres “espías” con llevárselo
detenido en un automóvil si no acepta las condiciones que imponen los “agentes”
para la transacción comercial de los viejos dinares iraquíes. Se viven momentos
de fuerte tensión y es cuando comienza el escándalo vía Guardia Civil, que
interviene. A todo esto, esa tarde, los registros telefónicos reflejan cruce de
llamadas de todos los protagonistas mezclados en esta historia. Demetrio, al
que llaman todos, aparece en mitad del follón.
Carmona, de
pronto, parece que se ve inmerso en dos frentes bien distintos. Ninguno lo ha
provocado él, son fuerzas externas la que le conducen a aparecer ante la Guardia Civil como
uno de los principales sospechoso a ser uno de los cerebros que ha podido urdir
toda esta trama.
A día de hoy, aunque de baja médica, Demetrio Carmona sigue oficialmente adscrito al despacho
de la Abogacía
del Estado de Almería, nombrado nuevamente de forma interina tras el cese,
información que obvió la delegada del Gobierno cuando aclaró ante la
prensa que Carmona era “ex Abogado Jefe del Estado de Almería” y que el suyo era un cargo de
confianza, o sea, que le había sido retirada desde este Gobierno PP, tras dos
décadas y media en el puesto .
Otro
“amigo” empresario del PP en la cárcel.
Esto es, a
grandes trazos, cuanto se ha podido recabar en torno a parte de lo que parece
ocultarse detrás de la
Operación “Tres Reyes”. Tómenlo como datos recabados en
fuentes conocedoras del caso, algunas incluso directamente afectadas, pero no
como la verdad judicial absoluta que únicamente será la que emane del sumario
abierto y declarado secreto desde hace una semana en un juzgado de Almería.
En cualquier
caso, al margen de los aspectos penales y de la propia instrucción, parece
evidente que este complejo y enrevesado asunto tiene aristas
políticas evidentes que invitan con urgencia a pedir explicaciones a los
ciudadanos. Particularmente a los políticos que han sido interlocutores
directos con algunos de los protagonistas -uno de ellos en prisión- de estos
episodios y en sedes oficiales. Y no hace diecinueve años en un barco de recreo
como Feijoo con el traficante Dorado, no. Estos contactos se han producido hace
solo dos meses y en sedes públicas oficiales. Las cámaras y los registros de
acceso así deben atestiguarlo.
Preguntas.
Se acumulan, pues, las preguntas de interés general para la sociedad, de confirmarse estos
extremos y reuniones. ¿Quién es ese tal Pepe de Madrid, al que todos reciben
cordialmente en el PP de Almería con tanta deferencia y hospitalidad?
¿Por qué y auspiciada por quiénes, con qué instrumentos, una operación de acoso
y derribo de todo un Jefe de la
Abogacía del Estado en Almería? ¿Quién maneja el teléfono en
el entorno del ministro Gallardón cuando llama Gabriel Amat? ¿Habrá llegado el
momento de empezar a entender los grandes misterios y silencios judiciales de
los que se beneficia la cofradía de la corrupción en algunos lugares de España?
Obviamente
conozco los nombres completos que aparecen más arriba con iniciales, pero
permítanme dejarlos con cierta opacidad, de momento, dado que la instrucción
continúa abierta y el asunto promete recorrido.
De entrada
ingresaron en prisión por orden judicial los “tres reyes” de esta película. El
supuesto capitán del CNI José Antonio M. A., el supuesto agente del servicio
secreto, el almeriense Ignacio F, (en libertad dos días después tras pagar una
fianza de seis mil euros) y el empresario con importantes amigos en el PP de
Almería, José (Pepe) A. M., parece que militante también de la formación que
preside Mariano Rajoy.
A día de hoy
permanecen en prisión, sin fianza, los dos principales cabecillas de una
historia que simplemente confirma cuan necesaria es en este país una Ley de
Transparencia que cumplamos todos. A ambos encarcelados, por cierto, les va a
defender el conocido letrado penalista almeriense Paco Torres, el mismo abogado
de Juan Enciso y Gabriel Amat en otros procedimientos judiciales del pasado.
El abogado
Demetrio Carmona, después de siete días, sigue esperando poder
prestar declaración ante Su Señoría, a la que posiblemente le contará una
historia muy parecida a esta que les he contado. Y si es así, seguramente
estará ofreciendo, aunque con mayor detalle, el retrato vivo, cruel y
descarnado de una sociedad invadida por el mal sin que actúe la gente que está
obligada a combatirlo.
Curioso resulta por no decir sospechoso el silencio que viene guardando La Voz de Almeria despues de haber servido de altavoz, de no se sabe que intereses, al proclamar la detencion de Abogado del Estado Demetrio Carmona. Parece que solo interesaba revelar el nombre de este señor...
ResponderEliminarComo tambien sospechoso resulta el silencio de Carmen Crespo despues de las declaraciones iniciales pasandose el secreto de sumario por el arco del triunfo ante toda la prensa. No he visto un personaje político de primera línea que se exprese peor, quizás se expreso así porque no estaba nada tranquila…
EN ESTE CASO HAY MUCHA MIERDA ESCONDIDA Y MUCHOS POLITICOS QUE ESTÁN TEMBLANDO POR SU IMPLICACIÓN. YA ES HORA DE QUE SE ACLARE ESTE POLVORÍN.
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