Emilio Ruiz
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Tras la figura recogida,
delicada, seria, adusta, de Manuel García Ferré (Almería 1929 - Buenos Aires
2013) se esconde algo más que un historietista o un contador e ilustrador de
historias. Se esconde la enorme figura de un creador, director, productor,
realizador, publicista, dibujante, innovador y empresario que ha sido referencia y reverencia de los infantes argentinos durante más de sesenta años.
Hay dos elementos en la vida y en
la obra de García Ferré que, por su importancia, creemos dignos de mención. Uno
de ellos es el enorme volumen de creatividad que ha llegado a salir de la imaginación de quien hasta el último día de su vida tenía su carpeta de proyectos cargada de futuro. Y otro, el influjo que en toda
su obra, en su vida podríamos decir, ha tenido su origen almeriense. Recordemos
que la familia García Ferré partió en 1947 del puerto de Cádiz en el barco Cabo de
Buena Esperanza cuando el joven dibujante tenía 17 años y unas experiencias vividas que son inolvidables.
Don Manuel, con su hija Diana, en la Ciudad de los Niños (Foto Luis Ardouin) |
Anteojito, Hijitus, Pantriste, Petete…
La producción artística de
nuestro paisano es abundantísima. De su imaginación han surgido personajes tan
variados como Anteojito, Antifaz, Cachavacha, Calculín, Chifuleta, Dedo Negro,
El boxitracio, Gold Silver, Gutiérrez, Hijitus, La Marañaza , Larguirucho,
Oaki, Ovicio, Pantriste, Petete, Pichichus, Paco Pum, Pi-Pío, Piipi, Profesor
Neurus, Pucho, Raimundo, Serrucho, Trapito, Kechum, Trucu… Además, ha
intervenido en la dirección, realización y/o producción de largometrajes como
Mil intentos y un invento, Las aventuras de Hijitus, Petete y Trapito, Ico, el caballito valiente, Manuelita, Corazón, las alegrías
de Pantriste y Soledad y Larguirucho, este último estrenado hace unos pocos
meses, y de series de televisión como Las aventuras de Hijitus, Calculín y El Libro
Gordo de Petete. Ha sido, además, editor de revistas de éxito, como Ser
padres hoy y Muy interesante, y publicista de multitud de marcas
comerciales. Precisamente fue como publicista como se introdujo en el mundo profesional,
Tras unos años con su carpeta
bajo el brazo recorriendo despachos y oficinas, en 1959 García Ferré pudo, por fin,
disponer de oficinas propias en Viamonte 700. Pronto se le quedaron pequeñas y
fue cuando, por los setenta, dio el salto al edificio Apolo de la Avenida Corrientes
1386 de la Capital Federal. En la décima
planta, que ocupaba íntegra, llegaron a trabajar casi cien personas.
García Ferré, con sus dos hijas, Diana e Irene, y el marido de ésta |
Toda su actividad editorial se ha
canalizado a través de tres empresas familiares: primeramente, García Ferré
Producciones, creada en 1968, y después, Editorial García Ferré (1986) y García
Ferré Entertainments (1998). Han sido empresas de ámbito familiar. En el
negocio han estado las dos esposas de don Manuel, Inés Geldstein y María Inés Lombarda Vizcaíno, su hermano
Jesús y los tres hijos, Carlos, Diana e Irene, así como algunos sobrinos. El padre seguía siendo, hasta su
muerte, el presidente de las sociedades, mientras su hija Irene es la
vicepresidenta. Los hijos, a su vez, son accionistas de diversas empresas
relacionadas con el negocio audiovisual y artístico y tambiñen de explotaciones ganaderas. Carlos, además de arquitecto, es un reconocido empresario agrícola y ganadero.
Almería, en su vida y en su obra
La prensa argentina, en general,
siempre ha sido muy cuidadosa en respetar el origen almeriense de Manuel García
Ferré, si bien nunca nadie ha dudado de que su inmenso éxito donde principalmente
se ha creado y donde ha tenido la mayor aceptación ha sido en la República Argentina.
Pero no hay biografía que no indique de forma destacada que el gran
historietista nació a orillas del Mediterráneo, en Almería.
2010. García Ferré, con su esposa María Inés |
El padre de Manuel, Julián García Rodríguez, era un funcionario de Correos y Telégrafos de origen gallego destinado a Almería en tiempos de Primo de Rivera. Aquí se casó con la almeriense María Ferré Álvarez y establecieron el domicilio familiar primeramente en la calle General Castaños, y después en las calles Real, Paco Aquino y Plaza Granero. Julián era un hombre de fuertes convicciones izquierdistas y republicanas. Militaba en el Partido Comunista y en la Unión General de Trabajadores. En 1939, como a tantos otros españoles que defendieron la legalidad de la II República, se le abrió el Sumario de Guerra 28.988/39 por "Auxilio a la Rebelión". Qué incongruencia: auxilio a la rebelión a quien precisamente luchó por defender la legalidad democrática. El expediente fue sobreseído.
El exilio a la Argentina les hizo perder a todos los miembros de la familia García Ferre la nacionalidad española. La recuperaron avanzada la democracia, en 1996, en una comparecencia ante el Cónsul General de España en Buenos Aires, "dejando clara que no renunciaba en ningún caso a la del país de acogida". Manuel ha muerto portando con orgullo su doble nacionalidad argentina y española.
En 1999, con María Inés, en Almería
En octubre de 1999 Manuel García Ferré volvió a Almería, acompañado de su esposa, María Inés. Un grupo de intelectuales le tributaron un homenaje que culminó con una cena en la Peña "El Taranto". "Fue un encuentro largamente prolongado después -contó en un artículo en La Voz de Almería el escritor Manuel del Águila- en la Terraza del Círculo Mercantil, lo que nos permitió remover recuerdos de tiempos pasados, personajes ya idos, rincones, lugares y sucedidos, en una mezcla imperativa de premuras para no olvidar nada". "Hay, sin embargo, un tema que me llenó de gozo tocar con Manolo García Ferré y fue su deseo de recordar letras de canciones y músicas del tiempo de su niñez y juventud, que iba inquiriendo con el inicio de alguna estrofa; con el comienzo de una melodía, con el título de una canción o con el nombre del autor. Yo veía en su gesto, cada vez que perfilábamos alguna, con un tarareo, con un intento de interpretación sotto voce o con un estribillo completo coreado, su satisfacción, como si un aire pleno de añoranzas, de felices instantes quizás dorados y dulcificados por el tiempo, pasaran por su pensamiento y por su corazón también". Al final de su artículo, Manuel del Águila recuerda: "Pero volvíamos siempre en nuestra charla a esta Almería que lleva sujeta a su alma con un firme imperdible de viejos recuerdos, de permanente presencia y de auténtico amor".
La familia García Ferré partió del puerto de Cádiz rumbo a la Argentina en el Cabo de Buena Esperanza |
Sus primeros premios, en 1945
Solía recordar Manuel García Ferré que una de las razones que hizo despertar en él sus sentimientos de artista fue un premio que le dieron en el Instituto que incluso mereció una crítica de Eugenio D´Ors. Don Manuel no recordaba demasiados detalles de aquel galardón. Pero sí se han conocido a través de otro reconocido artista y también alumno del Instituto en aquella época. En la década de los noventa, el Instituto de Estudios Almerienses publicó un libro de homenaje a Manuel del Águila Ortega, también compañero de Instituto del hispano-argentino. En ese libro, Antonio López Ruiz tiene un recuerdo para Del Águila y, de paso, para el propio García Ferré en una carta abierta que dice así:
"¿Recuerdas, para empezar, que cuando el 15 de noviembre del año 1945 tuvo lugar el Tercer concurso Provincial de Artesanía en
En abril de este mismo año, con motivo de la Feria del Libro, García Ferré ya había recibido un premio del Claustro de Profesores del Instituto, junto a sus compañeros de clase Luis Cañadas y Leo Anchóriz, por sus ilustraciones a una obra periodística del escritor granadino Pedro Antonio de Alarcón.
Todos estos artistas y otros más crearon, un año después y apenas unos meses antes de que Manuel García Ferré partiera para tierras argentinas, el Movimiento Indaliano de pintura, capitaneado por Jesús de Perceval. Fue en Pechina, y allí se celebró la primera Tertulia Indaliana, referente de la vida cultural almeriense durante muchos años.
“Todos, incluida la señorita Celia, sentimos
su marcha y se preveía que sería un gran artista”, recuerda un compañero de Instituto
“Hay un elemento que alentó mi vocación y
sobre todo me dio confianza”, comentó un día García Ferré al diario La Nación . “Cuando hice mi
primera muestra, a los 16 años, tuve una nota elogiosa de Eugenio d´Ors, un
gran ensayista, famoso por sus escritos sobre crítica de arte”. Se refiere Ferré al concurso indicado anteriormente.
Un compañero suyo de instituto,
Manuel Díaz García, aún hoy tiene recuerdos de aquella época: “Recuerdo a los
hermanos García Ferré cuando estudiábamos juntos en el Instituto de Segunda
Enseñanza, lo que hoy es la Escuela de Artes. Nos daba clase Celia Viñas y ya
era famoso por sus dibujos en el periódico mural del centro. Todos, incluida la
señorita Celia, sentimos su marcha, pues era un gran compañero. Se preveía que
sería un gran artista”.
En el escalafón de las fuentes de
la inspiración raíz del artista ocupa un lugar prominente el Mediterráneo, cuyo
“azul llevo pegado en mis retinas”. “Creo que la claridad del cielo ayuda a la
claridad de las ideas. Los días de tormenta o grises hacen que el cerebro esté
sombrío y enmohecido. A mí me gusta la alegría, el color, la luz, la
sombra".
Desde que era un crío y hasta el
día antes de embarcar, García Ferré acudía todas las mañanas desde su casa de
la Plaza Granero, cuaderno y lápices de colores en mano, a la orilla de su mar,
que le era manantial de inspiración.
Tras el Mediterráneo, el germen
creativo de García Ferré también tiene que ver con su juventud en Almería. Se
lo confesaba de esta manera a La
Nación : “Soy autodidacta. Mi interés por las artes plásticas
empezó cuando era muy chico. María, mi madre, pintaba y yo la observaba y
trataba de imitarla. Ese fue el primer elemento motivador. El segundo ocurrió
unos años más tarde cuando estudiaba en el Instituto de Segunda Enseñanza de
Almería y cayeron en mis manos tres volúmenes ilustrados por un artista
fabuloso, el francés Gustave Doré. Eran La Biblia , El Quijote y La Divina Comedia. Al
principio creía que eran dibujos y que simplemente se trataba de deslizar la
pluma sobre el papel. Sólo más tarde me enteré de que eran grabados y que cada
línea era una incisión en una placa de metal, piedra o madera. El tratar de
reproducir las obras de Doré me hizo muy meticuloso como artista, aunque
también influyó el hecho de que siempre me gustó la matemática”.
Marcado por la Guerra Civil
Precisamente, es de un profesor
de matemáticas que tuvo en Almería de quien García Ferré siempre ha guardado
uno de los mejores recuerdos. Se refiere a quien fue también director del
Instituto, don Francisco Sáiz Sanz. "Siempre hacía chistes mientras
enseñaba. Como hacía chistes, por más árida que fuera la lección, le
prestábamos atención y entonces aprendíamos. Cuando no entendíamos, don
Francisco tenía la suficiente paciencia como para volver a explicar, y, como
nos resultaba simpático, no le poníamos resistencia y nuevamente aprendíamos.
Esa es la filosofía de mis dibujos, mis historias, mis películas: entretener y
enseñar al mismo tiempo".
1960. Don Manuel y su primera esposa, Inés Geldstein, en el centro, con su socio Osvaldo y el Sr. Rigalli (Foto Silvia Domínguez) |
García Ferré
siempre ha mantenido que la Guerra Civil
española, que vivió de chiquillo, ha marcado el espíritu de su obra. “Creo que haber sufrido la Guerra Civil Española
hizo surgir en mí la idea de buscar personajes que fueran símbolos de
comprensión y de paz. Mis primeros años fueron difíciles por diferentes
circunstancias. Tenía mucho miedo por una España convulsionada. En esa época en
España no había juguetes; entonces yo me hacía mis propios juguetes. Una
habilidad surgida de la necesidad de jugar”.
Hay algo que
siempre ha despertado la curiosidad de los admiradores de don Manuel: la presencia
de personajes con el nombre terminado en –us: Hijitus, Pichichus, Neurus…
También estaban las razones en su tierra natal, Almería. El Latín del Instituto
le resultaba extraño por esa misma razón. “Algún día tendré que vengarme…”. Y
vaya si se vengó, sobre todo con Hijitus, una leyenda de la Argentina.
Una película: ‘Manuelita’
Es difícil destacar una sola obra del artista almeriense. Si de largometrajes se trata, sin lugar a dudas el primer lugar en el escalafón lo ocupa Manuelita, candidata argentina en la carrera al Oscar al mejor film extranjero del año 2000. Manuelita logró llevar a las salas argentinas a 2.300.000 espectadores, cantidad no superada en los últimos veinte años. En España, se estrenó en más de cien salas el día 7 de noviembre de 2000. La película se mantuvo en nuestro país entre los 15 títulos más vistos tras cinco semanas en cartel y acumulaba hasta el fin de semana último una recaudación de 228 millones de pesetas.
Anteojito, editada por García
Ferré, ha sido la revista semanal más popular de la Argentina , junto a
Billiken, la publicación que dio cabida en sus páginas por primera vez al
almeriense en 1952. Anteojito se publicó ininterrumpidamente durante 37 años, entre
1964 y 2001. El primer número salió a la calle el 8 de octubre de 1964,
coincidiendo con su cumpleaños. Su último ejemplar lleva el número 1.925. A
finales de los sesenta vendía 300.000 ejemplares a la semana, todo un récord
para una revista infantil.
“El Libro Gordo de Petete”
Petete fue creado por García
Ferré como un personaje de la revista Anteojito. Después adquirió autonomía
propia. El peluche Petete aparecía con una joven presentadora y mostraba un
corto para niños de 1 ó 2 minutos. Estos cortos se emitían en las décadas de
los 70 y 80 en las televisiones de Uruguay, Perú, Bolivia, Brasil, Chile,
Venezuela, Colombia, Ecuador, México, Puerto Rico y España. Aquí prestó voz a
Petete la actriz María del Carmen Goñi. El programa mostraba información
audiovisual que ilustraba la enciclopedia que le daba nombre: El Libro Gordo
de Petete. Al finalizar cada programa, presentadora y personaje se despedían
con aquel recordado “El libro gordo te enseña / el libro gordo entretiene / y yo
te digo contento / hasta la clase que viene”. Adolfo Valvaroza, un viejo amigo de don Manuel, recuerda que éste le comentó el interés del gobierno chino por llevar El Libro... a aquel país, pero la diferencia de culturas le hizo rechazar la propuesta.
Un personaje: Hijitus
Hijitus es sin duda el personaje de mayor éxito de García Ferré. Aparece por primera vez como personaje secundario dentro de las aventuras de Pi Pío, en la revista Bílliken en 1955. Hay que recordar que García Ferré consiguió por primera vez publicar su obra en el año 1952 precisamente en la revista más popular de la época, la inolvidable Billiken, con su personaje Pi Pío. Éste era un chico andrajoso que fue evolucionando poco a poco hasta convertirse en personaje central de su propia tira. Era una fiel caricatura de los personajes y costumbres porteñas. Las aventuras de Hijitus, creada en 1967, fue la primera serie de dibujos animados realizada en Latinoamérica destinada al mercado televisivo. Comenzó en televisión en forma de microprogramas de cinco minutos, llegando posteriormente al cine en formato largometraje. En la década de los 90 y en 2010 la serie se repuso con gran éxito de audiencia. Así como en España García Ferré será recordado siempre como el padre de Petete, Hijitus ha ocupado los corazones de los niños argentinos durante cuatro generaciones. Hoy en día, hablarles a los cincuentones y cincuentonas de Argentina de Hijitus es rescatarles de la memoria un caudal de sentimientos inolvidables.
Un personaje: Hijitus
Hijitus es sin duda el personaje de mayor éxito de García Ferré. Aparece por primera vez como personaje secundario dentro de las aventuras de Pi Pío, en la revista Bílliken en 1955. Hay que recordar que García Ferré consiguió por primera vez publicar su obra en el año 1952 precisamente en la revista más popular de la época, la inolvidable Billiken, con su personaje Pi Pío. Éste era un chico andrajoso que fue evolucionando poco a poco hasta convertirse en personaje central de su propia tira. Era una fiel caricatura de los personajes y costumbres porteñas. Las aventuras de Hijitus, creada en 1967, fue la primera serie de dibujos animados realizada en Latinoamérica destinada al mercado televisivo. Comenzó en televisión en forma de microprogramas de cinco minutos, llegando posteriormente al cine en formato largometraje. En la década de los 90 y en 2010 la serie se repuso con gran éxito de audiencia. Así como en España García Ferré será recordado siempre como el padre de Petete, Hijitus ha ocupado los corazones de los niños argentinos durante cuatro generaciones. Hoy en día, hablarles a los cincuentones y cincuentonas de Argentina de Hijitus es rescatarles de la memoria un caudal de sentimientos inolvidables.
uffffffffffffffffff, que interesante Emilio. La prima de riesgo ha bajado, y el paro se ha reducido. Que bien.......
ResponderEliminarExcelente, EMILIO! Sólo me atrevo a "indicarte" que en la foto de Don Manuel junto a sus hijas Irene y Diana quien se encuentra allí es el esposo de Irene (no Carlos, el hijo del Maestro G.Ferré).
ResponderEliminarUn gran abrazo, EMILIO, y le enviaré el link de ésta entrada a Irene y a Diana para que conozcan el trabajo que estás realizando sobre su padre.
LUIS ARDOUIN.