Nadie entiende lo de la nueva Escuela de Golf en El Toyo

José Ramón Espinosa

Director Gerente de Alborán Golf

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A tenor de lo publicado en diversos medios de comunicación, la Junta de Andalucía parece que, a pesar de la crisis actual, pretende seguir adelante con el proyecto de construcción de otra Escuela de Golf en El Toyo, cuyo gasto de dinero público se estima en unos 5,5 millones de euros, de los cuales en una primera fase se pretenden gastar entre 1,5 y 2,4 millones de euros. El problema es que desde el año 2009, que llevan dando vueltas con este proyecto,  nadie lo comprende, ya que actualmente existe una Escuela de Golf Pública Municipal en dicha urbanización y todos estos servicios ya los presta el campo de golf Alborán Golf que se encuentra a tan solo 100 – 200 metros del terreno donde la Junta de Andalucía quiere realizar este nuevo proyecto.

Alborán Golf

Según los actuales propietarios de la Concesión Administrativa de Alborán Golf, la nueva Escuela de Golf que promueve la Junta de Andalucía nada tiene que ver con el campo Alborán Golf, que fue sede de los Juegos Mediterráneos Almería 2005 y que lleva prestando sus servicios al público desde el verano de ese mismo año. Tampoco se entiende que la Junta de Andalucía decida malgastar el dinero de todos en duplicar una oferta ya existente en El Toyo y que no está aún debidamente aprovechada debido a la crisis económica.

Alborán Golf tiene un campo de prácticas de 150 metros de ancho con tee en dos alturas y 300 metros de fondo en el que se golpea la bola desde hierba natural –la misma en la que se juega en el campo- que es una instalación única en la provincia de Almería. Además, el campo posee dos putting greens y una zona de ‘approach’, que complementan unos servicios ideales para todos los alumnos de la Escuela Municipal de Golf, también de carácter público, a través del acuerdo suscrito con el Ayuntamiento de Almería, que están a la disposición de todos los interesados en jugar al golf.

En cualquier caso, está claro que una instalación de este tipo no fomenta el turismo en nuestra provincia, como se ha dicho desde la propia Junta de Andalucía. Considerar esto supone no conocer la mentalidad de un turista de golf, puesto que son personas que ya juegan en su país de origen y lo que vienen buscando son campos de golf de 18 hoyos para jugar y entretenerse, no lugares para aprender. Si la Junta de Andalucía quiere promover este tipo de turismo de golf en Almería, lo que debería hacer es promover acciones que consoliden la oferta que ya existe, la cual está sufriendo de una manera especialmente virulenta los rigores de la crisis con una disminución paulatina de jugadores y con unos incrementos tributarios (paso del IVA del 8% al 21%) que no han sufrido otros sectores.

A día de hoy, de todos son conocidas las mejoras que para una moderna urbanización como El Toyo son necesarias, así como las carencias que padece al verse afectada por la difícil coyuntura económica actual. Antes que la Escuela de Golf de la Junta de Andalucía, existen otras actuaciones mucho más prioritarias que podrían hacerse con ese mismo dinero público y que redundarían en mayor beneficio para todos sus habitantes que construir algo que ya existe. Por ejemplo, construir el tan demandado instituto de enseñanza secundaria, una biblioteca pública, un centro cultural o de mayores, la regeneración de la playa de Retamar-El Toyo, construcción del Centro Comercial, desdoblamiento de la carretera entre el aeropuerto y la rotonda de El Alquián, apoyar al sector hotelero para evitar que todos los hoteles permanezcan cerrados durante cinco meses todo el invierno y a los empresarios para que sigan invirtiendo en El Toyo, actuación con el aeropuerto de Almería para que lleguen más vuelos desde las principales ciudades europeas o incluso la construcción de campos de fútbol para los residentes y atraer equipos de fútbol profesionales del norte de Europa para que hicieran periodos de preparación invernales en Almería.

Promoción del golf, por supuesto que sí, pero, por favor, hagámoslo de una forma racional. Difíciles tiempos éstos en los que luchamos por defender lo evidente.