Rafael M. Martos
Director de Noticias de Almería
La crisis abierta en el seno de la Agrupación
Municipal Socialista de Almería va a dejar en evidencia para quiénes priman los
intereses personales y para quiénes los de partido. La elección de la persona
que sustituya a Pepa Requena va a poner de manifiesto si se opta por un proyecto
enfocado a ganar elecciones -otra cosa es que se ganen- o si de lo que se trata
es sencillamente de sobrevivir.
Giménez y Jiménez, con Cabeo |
Los dos nombres que se están imponiendo como
previsibles candidatos a liderar la Agrupación son Paco Giménez y Joaquín
Jiménez. Las diferencias entre ambos son algo más que la inicial del apellido,
pero la aspiración, la misma, y no es otra que acabar siendo el cartel electoral
en las próximas elecciones municipales. Y es que la clave está ahí, en las elecciones
municipales de dentro de dos años. Se trataría de elegir a un secretario general
que pueda garantizar un buen resultado electoral. Cierto es que no resulta
obligatorio que ambas cosas recaigan en la misma persona, pero no es menos
cierto que a ambos les gustaría serlo.
Giménez ha sido conocido como presidente del
Colegio de Economistas y, por tanto, su notoriedad pública se circunscribe a los
ámbitos de la empresa y la política, pero no se le conoce entre la ciudadanía.
De hecho, mucha gente ignoraba su militancia política hasta que decidió por
sorpresa y fuera de plazo ser candidato a una primarias que habían sido
rechazadas por la dirección autonómica del PSOE.
Por el contrario, Jiménez es de sobra conocido
-aunque tal vez ya sean pocos quienes le asocien al periodismo- por los muchos
años que lleva como concejal, ejerciendo durante un tiempo de portavoz adjunto y
últimamente de portavoz. Además, ha dado la cara en momentos difíciles,
asumiendo el reto de encabezar candidaturas alternativas a lo oficial. Y desde
que lidera el grupo municipal socialista, éste ha cogido otro aire, otro
impulso, y es más fresco y ágil en el debate político.
Pero si Jiménez se presenta en oposición a
Giménez y pierde, podría ser "invitado" a dejar la portavocía, mientras que si
no se presenta, el nuevo secretario general podría tener la deferencia de
mantenerlo durante los años que restan.
Pero tanto si le dejan de portavoz como si no,
el lío podría volver a reproducirse. Un secretario general por un lado
intentando hacerse un hueco mediático para darse a conocer como futuro candidato
a la alcaldía, y por otro un portavoz con presencia garantizada, que o bien
sería el mismo que ahora o bien otro más plano para evitar quitar sombra al
líder, pero que indefectiblemente provocaría un nuevo bajó en el nivel de la
oposición que se está ejerciendo.
Si Jiménez gana, afianzará la coordinación del
grupo y la Agrupación, evitando bicefalias, y además se garantiza seguir
generando imagen para las elecciones.
El problema que tienen los militantes
socialistas es si dejarse llevar por los intereses de los barones y baronesas,
si considerar esto como un pulso interno entre corrientes y liderazgos, o si
plantearse que han de elegir a la persona más adecuada para lograr el mejor
resultado posible en las municipales. Sólo les quedan dos años para limar la
abrumadora mayoría absoluta del PP y no tienen tiempo material de hacer
experimentos.
Que entre Jiménez y Giménez pude haber algo
más, sí, pero habrá que ver cómo y de qué manera. Javier Menezo se deja querer y
apunta que su interés no va más allá de lo orgánico y por tanto no entraría en
la guerra por el cartel electoral, y eso también sería bueno para la Agrupación,
que tendría una persona al frente focalizada a hacerla trabajar si buscar el
protagonismo que si debe asumir quien aspire a arrebatarle la alcaldía de
Almería al PP.
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