Las
redes sociales se han hecho eco esta semana de la presencia, el domingo, de
José Luis Sánchez Teruel en la marcha del Día de la República. Sánchez
Teruel es, como se sabe, el máximo representante en Almería del partido que más
tiempo ha gobernado en España desde la reinstauración de la monarquía y del
partido que, a pesar de ser republicano en sus principios, más ha apostado por
el mantenimiento y la consolidación de la institución monárquica.
Sánchez Teruel, el 14-A |
A
raíz de esta presencia, he recordado lo sucedido recientemente a las puertas de
un hospital de Madrid. Unos médicos recogían firmas contra la privatización.
Por allí andaba el duque de Lugo, al que se la pidieron. “Comparto vuestra
causa”, les dijo, “pero entended que no debo firmar”. Y lo entendieron. Al
poco, pasó por allí la alcaldesa de Madrid, a la que hicieron la misma
petición. “¿Dónde hay que firmar?”. Y firmó. ¿Fueron correctas ambas actitudes?
Recuerdo, también, cuando el exministro socialista López Aguilar fue abucheado
por intentar participar en una marcha contra los desahucios. Tuvo que
refugiarse en un coche policial.
Sánchez
Teruel dice que lo tiene claro. “Actuar o comportarte en base al qué dirán es
un fraude. Nadie me pidió acudir, fue una decisión personal, sabiendo
lógicamente que represento al PSOE 24 horas y 365 días. Me parecía oportuno
compartir un acto donde nos congratulábamos de lo que en su día significó la República desde el punto
de vista de la libertad, la igualdad y el avance en derechos. No era mi
presencia para reclamar un cambio de sistema institucional. Sí para reclamar
que todos los que tengamos una representación institucional seamos ejemplares de
verdad, no de pose, y para defender siempre instituciones democráticas sea cual
sea su forma. A partir de ahí, acepto las criticas a mi presencia como hubiese
aceptado las criticas a mi no asistencia”. Yo, no sé, no sé.
No hay comentarios:
Publicar un comentario