Emilio
Ruiz
www.emilioruiz.es
Anoche,
último día del mes de abril, a las 12, finalizaba el plazo concedido por l
Banco de España a Braulio Medel y Evaristo del Canto, presidentes de Unicaja y
Caja España-Duero, respectivamente, para que formalizaran la fusión de sus
bancos, Unicaja Banco y Ceiss. Si así no se hacía, la entidad
castellano-leonesa sería finalmente nacionalizada y pasaría a formar parte del
grupo de entidades financieras controladas por el Gobierna, en el que están
Bankia, CatalunyaCaixa y Novagalicia.
Caja España-Duero/Unicaja: ¿la fusión imposible? |
Cuando
han transcurrido unas horas desde la fecha límite establecida, la realidad es
que España-Duero se encuentra en una situación incierta: ni ha sido intervenida
ni se ha formalizado la fusión con la andaluza. La casualidad ha querido que “el
día después” sea fiesta nacional, por lo que se cree que el Banco de España
tomará una decisión definitiva mañana, jueves, o, lo más tarde, antes de que
acabe la semana.
¿Y
por qué no se ha producido la fusión cuando hace tan solo unos días se daba por
hecha? Desde el entorno de Braulio Medel se manifiesta cierto malestar por las
reticencias del Banco de España a aceptar que no quede ningún cabo suelto en la
operación. Unicaja lo menos que desea es hacerse el harakiri y firmar un
acuerdo que le puede dar muchos disgustos en el futuro.
Hace
tan solo unos días el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (Frob) ha inyectado
en Caja España-Duero 600 millones de euros. La decisión ha sido bien valorada
por Unicaja, que la ha visto como un paso necesario para la fusión. Pero no es
suficiente. Medel cree que es preciso aportar, además, 100 millones de euros para
afrontar el problema de las preferentes del banco Ceiss, un tema que se halla aún
lleno de incógnitas. Y considera también que se deben avalar 400 millones para
cubrir posibles contingencias que surjan de la valoración de activos tóxicos que
Caja España-Duero ha traspasado al Sareb, el banco malo. Desde Unicaja se cree
que muchos de esos activos se han sobrevalorado y el Sareb puede pedir en
cualquier momento un ajuste de cuentas.
Si
finalmente Caja España-Duero, o su versión bancaria, el Ceiss, fuera
nacionalizada, el fracaso sería de todos. De Braulio Medel, que no ha podido
culminar unas negociaciones en las que ha empleado más de dos años. De la
entidad castellano-leonesa, que puede ver cómo su centenaria caja puede ir
camino de la liquidación. Pero sería, principalmente, un fracaso del Banco de
España y del ministro de Economía, Luis de Guindos. Tras el fracaso cosechado
por la frustrada venta de CalalunyaCaixa, lo peor que les puede pasar a las
autoridades económicas españolas es tener que tragarse también a Caja España-Duero.
Braulio
Medel ha aceptado a regañadientes el rechazo a su propuesta de convertir a
Ceiss en un banco filial de Unicaja, propuesta que agradaba también a las
autoridades castellano-leonesas por eso del mantenimiento de la identidad
propia. Pero lo que nunca va a aceptar es un acuerdo lleno de incógnitas que
ponga en peligro la solvencia futura de Unicaja.
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