Macarena Ruiz Esquinas
Escritora
Almería,
ciudad marinera, tierra de poetas y estrellas, recibió en su mar Mediterráneo a
una estrella de esas que nunca se
olvidan. La que traspasa la orilla de la emoción, la que atraviesa el alma, la
voz del corazón; Pablo Alborán. Sentimiento, duda y pasión. La eternidad,
suavidad, calidez en su voz. Alborán y su isla de poesía dejaron un Palacio de
Juegos Mediterráneos, inmersos en un mar de vida y de ternura. Enamorados de su
voz.
Pablo Alborán, anoche, en Almería |
Pablo
Alborán interpretó canciones tan bellas como Quién, Solamente tú, Perdóname, Besos, Te he echado de menos, Volver a empezar, Tanto… El
balanceo de su cuerpo y su música, su sensibilidad, la ternura de cada canción
de sus dos magníficos discos, Pablo
Alborán y Tanto, hicieron desaparecer la melancolía y la tristeza diaria
y pensar en un arcoiris de la ilusión, que bajo las nubes siempre hay un sol. Deseos
infundidos y agarrados al alma, besos de miel, sentimientos y caricias en soledad.
Un diecisiete de mayo inolvidable. Y unos músicos unidos a él y a su corazón, destacando
la presencia del joven artista almeriense Antonio de Haro.
Diez
líneas de poesía y versos encadenados; Pablo Alborán. Música y un mar de
sueños. Los recuerdos del amor olvidado, la ventana de un nuevo amor, sensaciones
que recorren todo el cuerpo. Diez mariposas que vuelan en nuestro interior, vuelan
y navegan en nuestro corazón. Diez líneas de poesía como mariposas del amor, así
siente este compositor que sigue amarrado a sus sueños, unos sueños que nos
llenan de vida. ¡Que siga navegando y brillando el sol!
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