Javier Salvador
Teleprensa
Hace unos días, en el aeropuerto de Barajas (Madrid), descubrí lo que
podríamos denominar como la soledad del político, una imagen que al final me
llevó hacia la pregunta #paraquesirveunsenador, aunque podríamos poner la
coletilla del 90 % de los cargos políticos, pero lo cierto es que son ellos
mismos los que deben entrar en esas reflexiones ahora que empiezan a temer que
los ciudadanos les pidan explicaciones sobre el trabajo que hacen. Tomemos el ejemplo de Barajas, donde de repente me encuentro a una
considerable distancia de la puerta de embarque de Almería a un senador del
PSOE, Juan Carlos Pérez Navas. Alguien a quien conozco y con quien he charlado
en infinidad de ocasiones, tantas como para intuir cuando una persona trata de
hacerse el invisible. Y claro, al evaluar la situación te das cuentas de una
cosa que llena de asombro: ¡huye de sus conciudadanos! Dicho de otra manera,
parecía que le molestase que le reconociesen.
Senador Pérez Navas |
Visto el panorama, sin cruzar siquiera un saludo, comencé a anotar y, no se lo
pierdan, cambiaba de dirección si intuía que alguien le había reconocido y se le
acercaba. En ese momento me vino a la memoria uno de los políticos que peor me ha caído
en este mundo, Manuel Arqueros, ex diputado del PP, al que hace ya años le
devolvieron juntas todas las cuentas pendientes que tenían con él. Pues bien,
Arqueros era todo lo contrario. Se tomaba los vuelos a Almería como
parte de su trabajo y lo recuerdo bien porque alguna vez me tocó el trayecto con
él -lo cortés no quita lo valiente-, y hay que reconocer que era un maestro del
denominado “bien queda”. Cuando llegaba a la puerta de embarque saludaba a todo quisqui, lo conociese
o no, escupiesen tras él o le espoleasen con aquellos “hay que sacar a esos
rojos del gobierno, don Manuel”, que, por cierto, tanto le gustaba. En definitiva,
lo que demostraba era que dar la cara suponía parte de su trabajo, que dicho sea
de paso ni entonces ni ahora estaba o está mal pagado.
Pero volviendo a la pregunta de inicio #paraquesirveunsenador, a lo que yo
respondería que para nada salvo para volar en primera clase a costa de los
españoles, la respuesta igual también tenemos que darla nosotros mismos y
animarles a que suden la camiseta. Podemos tomar el ejemplo de los equipos de
fútbol, porque mucho criticamos que los futbolistas cobren millones por entrenar
dos horas al día, pero cuántos despachos de parlamentarios, senadores, diputados
o concejales conocen que estén abiertos al público para atender al ciudadano y
que, sencillamente, puedan contarle un problema que necesite ser trasladado al
parlamento, senado o congreso, por un cargo electo de su provincia. Es más, si
vas sin avisar te acusan de escrache.
¿Cuántas acciones conjuntas han visto ustedes que lleguen al parlamento,
congreso o senado, por todos los que tienen representación en esas cámaras por
Almería? ¿Pocas, verdad?
Así que la solución puede ser, precisamente, que sigamos a los políticos pero
no para montarles un escrache de esos que ahora la fiscalía quiere hacer
ilegales. Podemos congregarnos junto a ellos y gritarles, sí, pero para
animarles como a los futbolistas para que hagan algo positivo, para que salten
al terreno de juego político y den la cara por quienes les votaron. Nada de perseguirles de manera que puedan pensar que es una acción
violenta, porque tiene que ser una acción de ánimo y podemos empezar, por
ejemplo, en los aeropuertos, porque por ahí pasan todos los diputados y
senadores, ya que los billetes de avión son gratis para ellos. Y hay que darles
tantos ánimos y tanto aliento que decidan viajar en coche o mejor andando y
descalzos para así hacer también algo de penitencia.
Imagino que ya han adivinado la conversación que me gustaría abrir hoy. Es
evidente #paraquesirveunsenador.
La respuesta a la pregunta "¿para qué sirve un senador?" es clara: para hacer el trabajo que la mayoría de ciudadanos no quiere hacer.
ResponderEliminarSeamos sinceros. A todo el mundo se le llena la boca con las críticas a políticos, pero a la hora de la verdad no hay compromiso claro con la política por parte de los ciudadanos. Se habla mucho de las corruptelas de los políticos, pero nada del sacrificio de imagen pública, horas echadas y desvaloración superficial que sufren.
¿Quién se atreve a coger el relevo?
que se te ve el plumero.a trabajar en tu profesion,el sueldazo mas gastos por apretar un boton previamente señalado
Eliminar¡anda,vamos¡.¿me quieres decir cual es la profesion "civil" del Senador U otros cargos analogos?
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