Propuesta cultural: el compromiso


Miguel Ángel Blanco Martín
Periodista

Este artículo está basado en uno (“Propuesta de Panorama Cultural”) escrito en marzo de 1979, estando el autor al frente de la delegación en Almería del periódico Ideal. El director del periódico no lo publicó, alegando que su contenido era “ininteligible para el lector medio”, “no se entiende absolutamente nada”, considerando que “es más propio de una revista literaria que de un periódico”. Ha pasado el tiempo y ahora, en pleno siglo XXI, 34 años después, la realidad impone dramas y tragedias similares con un sistema democrático que se desmorona. Por eso, el planteamiento del artículo sigue vigente y de ahí su recuperación para ser publicado en 2013. Eso sí, el autor ha eliminado algunos comentarios de la actualidad cultural almeriense de 1979: autopropaganda del delegado de Cultura, ciclo de conferencias en el Colegio Universitario, sobre ‘Ejército y Sociedad’, proyección en el Cine-Club Universitario de la película ‘Cuatro noches de un soñador’ de Robert Bresson, un cineasta que habría que recuperar; pero ha mantenido otros por su incidencia en la actualidad (cine en los barrios con el Teleclub San Fernando, ya desaparecido, y el tema urbanístico en la capital). En 1979, gobernada Unión de Centro Democrático, ETA mantenía una escalada cruel de asesinatos y atentados terroristas, el país vive un proceso expectante de la Transición, con elecciones generales, municipales y un proceso autonómico andaluz en el horizonte.

Hoy, cuando parece que la poesía y el sentido de la liberación hay que pactarlo con la muerte, lo literario, en el sentido tradicional de la palabra, queda eliminado ante los “incompromisos” de todos. Y el mayor compromiso, entonces, pudiera ser la mayor esclavitud.

La técnica de matar, por ejemplo, responde a una postura artificiosa, desde su exactitud técnica. El jeroglífico ha sabido hipnotizar todas las muertes desde posiciones ideológicas confusas y contradictorias, de manera que nada es como se presenta, sino lo más falso, hasta la posición nacionalista que, en definitiva, es romper con lo universal de la persona humana y con lo concreto.

¿Han vislumbrado alguna vez cómo es un laberinto? Es el recorrido que hace la bala desde el cargador hasta la luz que se ve al fondo del largo túnel de acero. Y después pondríamos la música del final de la película. En todo el recorrido, los ojos, la sonrisa del loco, el corazón, responde a los botones, mueve los brazos, la cabeza, se inclina, cierra el ojo, abre el ojo, rompe el dedo, apunta y… se aprieta el botón para que el loco lance la bola y la bala. Después, a esperar la oportunidad y el resultado. En torno a todo ello se plantea la necesidad de una organización, de una estructura y de una falsa razón. Y por ello, se plantea una historia, un método, un sistema. Se abre una ideología, una concentración, se hipnotiza, se corre, se ensueña, para no saber y lanzar todos comprometidos, nadie sabe dónde ni por qué. Y entonces, se juega diariamente a los laberintos para hacer blanco de muerte. Es el mayor compromiso de liberación cultural a que ha podido llegar nuestra civilización. Y todo esto, cuando urge el compromiso, ¿a qué niveles?, con los locos dominando las ideas, el Sur aparece como realmente fantasmagórico siendo otra posible gran mentira. El Sur, la posición geográfica, paralelo y en oposición al Norte, milagro único de la aguja imantada. Ser el Norte, ser el Sur, ¿Andalucía? Lo universal y lo particular, otro engaño más, otra opción más para culturalmente dar vía libre al laberinto.

Lo importante

Entonces, ¿qué sentido podemos dar, concretamente hoy y ahora, a nuestro hecho cultural? Quizá el sentido de la inferencia pueda ser un factor a tener en cuenta y válido en todo momento, como la satisfacción del deber cumplido que nadie puede juzgar.

Un hecho más importante podría ser lo que en los barrios vivimos, y así lo importante no es la liberación sino el hecho de que el Teleclub San Fernando haga proyecciones de películas para los jóvenes del barrio, todos los domingos.

El cine del barrio es un hecho sociológico (ya caemos en la trampa del lenguaje) interesante: las butacas, la ilusión, la alienación también, la aventura, las explicaciones, las paredes, la oscuridad, la imagen. Pero lo importante es la Historia, la repetición, el recrear el sueño de la cultura burguesa de evadirse, hoy jugamos a la seguridad social. Un periódico, a lo mejor una vez a la semana o al mes; el libro, un libro, el destierro de las páginas; la escuela, el árbol, la limpieza de los suelos; pintar las paredes de celofán, por ejemplo, colocar lo carteles, los de la liberación y el paisaje por ejemplo, el puerto de Almería donde el Sol sale todos los días del invierno hacia la muerte; decir que hay que amar a Almería, el mensaje que debería recorrer los altavoces de cada calle; y otros jugando incomprensiblemente a liberar, y la imaginación, de rabia, parece que va lanzando condenas de destierro. En este teleclub, como en otros, lo importante es el barrio, el vecino, los que vivimos en pueblo. Todo de forma que se escribe y suena bonito.

La Ecología

El tema ecológico en Almería es una cuestión vital por distintas razones: provincia de mayor erosión, degradación del medio ambiente a distintos niveles, con especial referencia al urbanismo, y un enfrentamiento contra la ciudad por parte de la actual corporación municipal de la capital, dando vía libre a los intereses privados frente a los de la ciudad, dejando un situación que tendrá que volver a arreglar la corporación entrante.

El tema ecológico en todo su amplio panorama, sin embargo, no ha entrado todavía en la conciencia almeriense. La Asociación Ecológica Almeriense se disolvió por falta de apoyo y de medios. Y la actitud de los partidos ante este tema, aunque se ha tratado, lo ha sido de forma somera, cuando no en busca del oportunismo electoral.

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