Tres Reyes: reuniones confidenciales en instituciones públicas

Teleprensa

Editorial

El hermetismo en torno a la Operación Tres Reyes está dando lugar a demasiadas especulaciones que no contribuyen en nada a calmar los ánimos, en unos momentos en los que precisamente estamos sobrados de contratiempos. Una información muy poco oficial, aunque no hay por qué dudar del todo de su veracidad, es la que ha puesto en alerta a los partidos de la oposición, PSOE e IU, sobre la necesidad de que se aclare si imputados en este caso han sido recibidos en sedes administrativas públicas gobernadas por el PP por las primeras autoridades de esta provincia: presidente de la Diputación, subdelegado del Gobierno y alcalde de Almería.

La respuesta hasta ahora ha sido prácticamente nula hasta que Andrés García Lorca ha decidido confesar. El registro de la Subdelegación no deja lugar a dudas que por esta casa sí han pasado algunas de estas personas, aunque, eso sí, antes de que fueran imputadas en ningún delito. Estaría bueno.

García Lorca ha querido enmarcar estos contactos dentro de la 'normalidad', dado que parece habitual que reciba a personas en su despacho para abordar cuestiones que deben entenderse como asuntos 'confidenciales'.Y tendrá razón, nadie duda de que un cargo público como el que ostenta tenga encuentros confidenciales pero no parece que éstos deban ser la tónica de su trabajo. Como tampoco parece muy razonable que no haya dado alguna pista, en qué fechas, por ejemplo, se tuvieron esos contactos, o haya despejado cualquier duda sobre si esas conversaciones tienen algo o nada que ver con el asunto de la Operación Tres Reyes o el cese del abogado del Estado.

Resulta chocante las pocas filtraciones que ha tenido este asunto frente a otros también notables, como la misma Operación Poniente, aunque es de alabar que por una vez el secreto de sumario se haga respetar. Igual de curioso resulta que la primera persona de la que se conoce su detención sea un exabogado del Estado que por otra parte no ha ido a prisión como en cambio sí fueron otros.

De cualquier manera, al margen de la investigación judicial que algún día será pública -habrá que confiar en que los recortes en Justicia no demoren el asunto como está sufriendo el caso de El Ejido-, sería conveniente que al menos despejaran incógnitas nuestros políticos locales, que no parecen muy dispuestos. Habrá que esperar al próximo Pleno de la Diputación Provincial para ver si el presidente es más explícito en su respuesta a la pregunta que la oposición le va a hacer al respecto.