Teleprensa
Editorial
A Gabriel Amat no le gusta rendir cuentas ni dar explicaciones y le molesta
aún más que le exijan que las dé. Eso al menos se desprende del tono airado con
el que responde a la oposición ahí donde ésta se encuentre. Tal vez durante
muchos años ha vivido a sus anchas desde Roquetas de Mar y su sillón en el consistorio, con poquita oposición fácil de controlar. Parece que esto de ser
además de alcalde -con un poquito más de representación de otros partidos-,
presidente de la Diputación Provincial y del Partido Popular en Almería, en unos
tiempos en los que al PP le sacan los colores por aquí y por allá -ya sea por
su gestión en la vida pública a base de recortes y medidas que no cuentan con el
apoyo de nadie y a las que la ciudadanía responde en actos públicos con
desplantes hacia ministros, ya por sus cuentas particulares en el partido donde
unos y otros parecen haber construido su particular palacio- no le sienta
bien.
Se cree que puede responder cuando quiera y a su manera. Las formas le
pueden. Cuando los socialistas le piden cuentas para conocer si esa práctica tan
extendida de los sobres en su partido ha llegado hasta los cargos públicos del
PP en Almería, entonces el bueno de Amat les responde con el ERE que ERE del que
hacen gala los populares en Andalucía un día si y otro también desde que
estallara el escandalazo.
Si lo que pretende la oposición es saber si ha recibido a algún imputado en
el caso de la Operación Tres Reyes en la sede de la Diputación Provincial y se
le pide que aclare para qué han sido esos contactos, entonces él calla, espera a
que esta petición se haga por escrito y se pregunte en Pleno para sin más
remedio responder acaloradamente que él no puede ser responsable de que alguien
le visite en su despacho y días después pegue un tiro a alguien en la calle.
Este es el demócrata Gabriel Amat. El mismo que está esperando a que salga en
los juzgados el asunto del coche de la concejala Eloísa Cabrera que se
encontraba en talleres municipales para responder a las inquietudes de Izquierda
Unida, ya que la coalición no ha querido preguntarle abiertamente antes, aunque
tal vez la respuesta se la pueda dar él mismo si aplica los comportamientos que
ha tenido en anteriores ocasiones.
Amat no responde o se sale por la tangente. Y cada día se le ve peor cara y
menos simpatía de la que hacía gala en otros tiempos. Demasiados
cargos.
Amat tienes algunos amigos que son la X en el caso tres reyes, que meten mucha publicidad en la voz de Almería.
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