Mar
Verdejo
Ingeniero
Paisajista
Como
cada año celebraremos el Amanecer en la Alcazaba. Este año,
el acto está dedicado a la celebración de la vida, porque ante tanto miedo y
desasosiego, la creatividad y la alegría se verán recompensadas en el madrugar con
la riqueza cultural almeriense, que actuará como expresión de rebeldía y resistencia creativa: es una actividad
genuina y que solo se hace en la
Alcazaba , siempre atenta a lo que se genera en la ciudad.
Esta
actividad se gestó en el barrio de La
Chanca y se va extendiendo a toda la provincia, e incluso más
allá de nuestros mares. Es un bonito símil de cómo nació la ciudad y se fue
extendiendo nuestra cultura en el espacio y en el tiempo.
Dice
el poeta vinculado a la
Chanca Juan Jose Ceba: “La cultura como acción es un
organismo vivo, que tiene vida propia, respira y pide sueños que han de lograrse.
Esto solo es posible con un equipo único que facilita todas las cosas”. Con
danza, teatro, música, audiovisuales, poesía y performance combatiremos a la
tristeza, al miedo, a la ira y al asco. Buscaremos en la creatividad artística
la libertad, la paz, la cooperación y la inspiración mutua. Como bien dice el
actor Nono Cañiizares: “Es difícil explicar cómo se cuece un Amanecer en la Alcazaba si no estás
dentro”.
En
el lecho de muerte, Goethe dijo: “!Mas luz!”, para salir de la oscuridad como
metáfora para erradicar la oscuridad que nos acecha. Luz para la gente sin
casa, sin trabajo. Luz para los miles de jóvenes preparados que hacen la maleta
porque nuestro país no puede ofrecerles esperanza. Luz para erradicar la
pobreza y el hambre que se está implantando en la ciudadanía y que sin la
solidaridad y el apoyo de los suyos y de las ONGS no podría sobrevivir. !Luz! para
la educación, la sanidad y y los servicios sociales.
Decía
el gran Nelson Mandela: “La educación es el arma más poderosa que puede usar el
mundo”, y el poder corrupto financiero y político lo sabe. Otros mundos son posibles
donde la voluntad de libertad desde la dignidad humana dejan paso a la
solidaridad, al bien común, al tejido de redes, a la cooperación mutua, a la
responsabilidad ecológica y a la empatía entre las personas.
Estas
son nuestras armas contra la oscuridad imperante. Tenemos que sentir que
estamos vivos, animados, que sentimos el aire fresco, el día luminoso.
Imaginemos que juntos podemos. Hagamos de los siguientes días una gran acción
poética. Que signifique una acción constructiva: con equidad, solidaridad
global, sostenibilidad ecológica, justicia social y participación democrática implicándonos en
los procesos participativos.
Los
cambios están en nuestras manos: ¡Que no nos borren la sonrisa!
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