El Consejo Rector de Caja Rural de Canarias quiere torpedear la fusión con Cajamar


Emilio Ruiz
www.emilioruiz.es

El Consejo Rector de Caja Rural de Canarias ha mostrado reiteradas veces que no guarda mucha sintonía ni con los trabajadores de la entidad ni con los cooperativistas, que son sus auténticos dueños. El próximo 28 de junio, la entidad canaria –y un día antes la almeriense- celebrará su asamblea de fusión. Desde 2011 ambas entidades forman parte del Sistema Institucional de Protección (SIP) Cajamar y, visto el buen resultado que ha dado esta fórmula de colaboración, lo que se pretende ahora es la integración de las dos entidades. 

La semana pasada, los 20.000 socios de Caja Rural de Canarias se han visto sorprendidos con la recepción de un documento en el que se les explica los detalles de la fusión, algo innecesario, pues los conocen más que de sobra. También han recibido otro escrito del Consejo Rector mostrando su disconformidad con la misma. ¿A qué viene ahora este escrito, cuando el proceso de fusión está tan avanzado y tan asumido, aceptado y querido por la mayoría?

Las malas lenguas tienen explicaciones para todo: con la fusión, los miembros del Consejo Rector perderán su “status” y, con ello, los beneficios añadidos al mismo, que pueden ser muchos o pocos, pero son. Hay que destacar que el director general de Caja Rural de Canarias, Sergio Pérez, se ha quedado al margen de cualquiera de las dos posiciones. Además, él mismo informa que el proyecto de fusión contempla la apertura de nuevas oficinas.

Para los socios de la Rural canaria el “experimento” del SIP con Cajamar merece un notable muy alto, posiblemente un sobresaliente. Por eso quieren la plena integración. Los trabajadores, por su parte, tienen la esperanza de que también se les aplique a ellos el convenio colectivo de Cajamar, más beneficioso para sus intereses que el de su actual entidad.

Lo que aún está por saber es si este endeble movimiento opositor del Consejo Rector de Caja Rural de Canarias parte de una iniciativa propia o bien es a instancias del gobierno canario, que quiere quemar su último cartucho. Hay que recordar que el Gobierno de Canarias se ha movido por tierra, mar y aire para conducir a la Rural de Canarias hacia un proceso de fusión con Cajasiete, la Caja Rural de Tenerife, un proceso del que siempre han desconfiado los trabajadores y socios de la caja grancanaria.

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