Emilio Ruiz
www.emilioruiz.es
Tuvo
una intensa y extensa vida tanto profesional como personal, pero los diez días
que Esther Williams estuvo en Almería, en agosto de 1968, siempre eran
recordados por ella cada vez que se le hablaba de nuestro país. “Tenía todo el Mediterráneo
para mí sola”, manifestaba quien fuera bautizada por Clark Gable como La Sirena de Hollywood. Almería y los toros eran
sus dos principales referencias sobre España. Ahora, a los 91 años, quien fue
una campeona de natación que se convirtió en estrella de Hollywood nos ha
dejado para siempre.
Esther
Williams (Inglewood, Los Ángeles, 1921) fue seleccionada, cuando tenía tan solo
16 años, para participar en los Juegos
Olímpicos de Helsinki 1940, que no llegaron a celebrarse por el estallido de la II Guerra Mundial. Para
entonces, ya había batido varios récords nacionales y regionales de natación
como parte del club Los Angeles Athletic Club. De ahí se incorporó al
espectáculo Billy Rose Aquacade, en compañía de otra gran figura de aquel
deporte: Johnny Weismuller.
La
manera de desenvolverse de la joven no pasó inadvertida para la Metro Goldwin-Mayer ,
que buscaba una estrella capaz de conjugar las cualidades artístico-deportivas
con las escénicas. Su enorme atractivo, su contagiosa sonrisa y la armonía de
sus movimientos pronto atraparon al público. Escuela de sirenas (1944), La
primera sirena (1952) o Dangerous
When Wet (1953) son aún hoy referencia de ballet acuático cinematográfico.
Protagonizó en total más de treinta películas y series de televisión.
Esther
Williams se casó en cuatro ocasiones, la tercera de ellas en 1962 con el actor
Fernando Lamas, de quien enviudó en 1982 cuando ella tenía 67 años. Fue
precisamente con el actor argentino con quien visitó nuestra provincia en 1968.
La pareja llegó al aeropuerto de Almería el día 1 de agosto y se alojó durante
los diez días que permaneció en nuestra provincia en el hotel Meliá Aguadulce.
Fernando
Lamas vino a Almería a participar en el rodaje de “Cien rifles”, mientras la
actriz no traía otro propósito que disfrutar del mar y el desierto almerienses.
De hecho, ya hacía varios años que estaba alejada de los escenarios y
aprovechaba los viajes de su marido para hacer turismo. La prensa rosa de la
época solía insinuarle, de forma maliciosa, si su presencia en Almería no era otra
que evitar posibles relaciones de su marido con alguna de las actrices
participantes en Cien rifles. No en
vano, una de las figuras estelares de la película dirigida por Tom Gries no era otra que la despampanante Raquel Welch.
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