Inmaculada Caparrós
Izquierda Abierta de Carboneras
Carboneras celebra este año su bicentenario como municipio independiente, y
entre la amalgama de historias y fábulas que dan memoria de sus inicios, algunas
tan inverosímiles como imposibles de demostrar o verificar a estas alturas, está
la historia sobre la llegada del Santo Patrón a Carboneras. Cuenta la
leyenda que una imagen de San Antonio de Padua viajaba por mar, probablemente
con destino a Padua, Italia, cuando una tormenta hizo naufragar al barco que lo
portaba frente a las costas de Carboneras, haciendo que la imagen de madera
llegara flotando hasta nuestra playa. Por este supuesto motivo fue nombrado
Patrón de Carboneras, desbancando de una tacada al San Andrés que nos custodiaba
y de hecho sigue dando nombre tanto al castillo como a nuestra querida isla o
islote.
Moros y cristianos en Carboneras |
La leyenda continua diciendo que en tiempos de ataques de piratas
moros, éstos se hicieron con la imagen del santo para a través de él doblegar al
pueblo cristiano, iniciándose así las luchas que desde no se sabe muy bien
cuando, pero desde luego sí hasta nuestros días, cada año se recrean en
conmemoración y recuerdo de esa gesta.
Pasemos ahora a lo que sí es real
y demostrable: La “relación” de moros y cristianos en Carboneras es una
tradición muy arraigada. A lo largo de los años fue sufriendo modificaciones en
el texto de la relación, ha ido incorporando detalles como trajes más lujosos,
desfiles más espectaculares, acompañamiento musical, traslados de escenario,
unas veces buscando el mejor acomodo y capacidad de espectadores, ahora primando
la idea de aprovechar el magnífico escenario natural que aporta el
castillo.
Una de las modificaciones que hace más de veinticinco años se
incorporó fueron las escuadras femeninas, y posteriormente alguien tuvo la
brillante idea de acompañar a los reyes cristiano y moro con sus respectivas
reinas, a la par que ellos, montadas en sus caballos y con unas pequeñas frases
en la relación para dar también representatividad a las mujeres en esta bonita
fiesta que es de todos y que con el tiempo ha logrado ser además un
hermanamiento entre culturas en vez de un enfrentamiento.
Desde el
momento en que esas mujeres disfrazadas de reinas mora y cristiana se montaron
en los caballos por primera vez, se subieron con ellas todas las mujeres de
Carboneras a lomos de la modernidad y la participación activa, tomando la
palabra, con un papel pequeñito, casi anecdótico, pero se había ganado un
importante derecho: Si un hombre habla, hay una mujer que responde, si un
hombre monta a caballo una mujer lo hace a su lado.
Estoy segura de que
en Carboneras ha habido, hay y habrá mucho machista que escondido en el
anonimato abusa de fuerza, autoridad y poder sobre su mujer, hijas o cuanta
mujer le sea cercana, siempre amparado en el ámbito de lo privado, de esa zona
de intimidad en la que los demás somos desconocedores de sus desmanes, pero con
esta ofensa pública e institucional a la mujer se le ha dado pábulo y
reconocimiento a ese posible maltratador, a ese cobarde que busca el amparo
colectivo en el silencio de sus vecinos que con este mirar para otro lado, no
dándole importancia a estos pequeños detalles le otorgan aprobación a su injusto
y cochino proceder.
Todos suponemos que hay mujeres maltratadas en
nuestro pueblo, como en toda España, esto no es una isla de perfecta armonía y
felicidad, pero sus maltratadores hasta ahora no podían salir a la calle
jactándose de ello, y cuando algún caso se hacía público, los comentarios a pie
de calle sobre ese individuo eran tajantes y recriminatorios hasta donde yo
se.
Además y afortunadamente, durante todos estos años no se ha conocido
ningún caso de asesinato o feminicidio, y yo estoy segura que algo ha tenido que
ver el hecho de que los maltratadores no se sentían ni mínimamente amparados en
este bendito pueblo forjado con el sudor y la sangre de mujeres luchadoras,
resueltas y capaces, y hombres conocedores de esa gran capacidad de sus
mujeres.
En adelante espero y deseo que la evolución del machismo, el
maltrato y la violencia contra las mujeres vaya en claro retroceso, tanto aquí
como en el resto del mundo, hasta que consigamos librarnos definitivamente de
esta lacra social, pero también advierto que desde ya, yo culpo y responsabilizo
directamente a instituciones como el ayuntamiento de Carboneras y sus
responsables de festejos de los posibles próximos ataques y brotes de machismo
que puedan surgir en nuestra localidad después del beneplácito corporativo que a
este tipo de conducta se le ha dado, porque no solo han bajado del caballo a las
mujeres y las han hecho callar en nuestra representación más querida y popular,
con este proceder han dado una coz a todas las mujeres del pueblo y a la
evolución social hacia la igualdad.
Ya no hay reinas moras ni cristianas
en Carboneras, les han quitado atuendo, caballo y derecho a micrófono, ya todas
son tropa, y en tropel han callado o berreado al dictado, pero mala suerte para
los “dictadores”, yo no soy tropa, no tengo dios ni rey ni santo patrón que me
frene, a mi no me callaran con esta actitud de señores feudales, moros o
cristianos pero igualmente machistas y despóticos.
Bufff, artículo salido del mismísimo Expediente X.
ResponderEliminarMe parace ridiculo que se diga que la gente de carboneras son machistas pasean ustedes por aqui y lo veran lo que si me parece mal es que por questiones politicas se le haga daño a gwnte de carboneras tratandoloa de maltratadores vergonzoso el articulo y si yo fuero uno de ellos no me quedaria callado
ResponderEliminarVergonsozo el articulo
ResponderEliminarpatetico ,que historia cuenta esta,que se ha tomado o fumado.
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