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Palomares, en la agenda del nuevo embajador de Estados Unidos


Iván Gómez
Jefe de Local de Diario de Almería

Los interlocutores pasan, pero el problema se queda. Y así van ya 47 años desde que se produjo el choque en pleno vuelo de un bombardero estadounidense B-52 con un avión nodriza en una maniobra de aprovisionamiento provocando la caída de cuatro bombas termonucleares sobre la pedanía de Palomares liberando plutonio radioactivo a pesar de que no explosionaron. Si durante el primer mandato de Barack Obama fue Hillary Clinton la que hizo público su compromiso de atajar el problema pendiente de contaminación radioactiva en la zona -alrededor de 40 hectáreas- y se marchó sin cumplirlo, ahora le ha tocado el turno al embajador Alan Solomont, quien será relevado en los próximos días sin que tampoco haya podido atajar la retirada de la tierra contaminada por plutonio en la localidad de Cuevas del Almanzora. 

Griñán, con el embajador de EE UU
El empresario y activista político Solomont aseguró el pasado año que la descontaminación de Palomares seguía en la agenda de los Estados Unidos y en una reunión con el secretario de Estado de Medio Ambiente, Federico Ramos, argumentó que "se está trabajando arduamente". Un año antes, a principios de 2011, mantuvo un encuentro con el alcalde de Cuevas, Jesús Caicedo, y el pedáneo de Palomares, Juan José Pérez, en el que ratificó el compromiso norteamericano con la zona y se atrevió a poner sobre la mesa que la administración de los Estados Unidos había cumplido todos los acuerdos bilaterales con España. Sin embargo, ya han pasado dos años y medio desde aquel encuentro y no ha llegado la solución definitiva.

El también senador Jesús Caicedo, que incluso llegó a viajar Washington, confía en que la marcha de Solomont por decisión de Obama no paralice aún más la retirada de los residuos que, según los informes del Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (CIEMAT), a pesar de estar dormidos en el subsuelo "es necesarios limpiar cuanto antes y retirar a toda costa". El nuevo embajador norteamericano será un alto ejecutivo de la productora HBO, James Costos, quién va a asumir como principal asignatura pendiente en las relaciones con España el problema de los terrenos contaminados. De hecho, el regidor de Cuevas asegura que tratará de mantener una reunión una vez que tenga lugar el relevo en la Embajada.

La secretaria de Estado de Investigación, Desarrollo e Innovación, Carmen Vela, fue la última en abordar el pasado año con el alcalde de Cuevas una "hoja de ruta" de los trabajos para la limpieza de los 6.000 metros cúbicos de tierra contaminada por los residuos de las bombas atómicas. Los trabajos de retirada del material con plutonio tienen un coste cuantificado de alrededor de 30 millones de euros que se quieren endosar única y exclusivamente a la administración de Obama. Pese a que desde se efectuó una primera limpieza de residuos nucleares en 1966, España y Estados Unidos han venido colaborando en el seguimiento de los residentes en la zona y en la evolución de la contaminación residual en el ambiente, no fue hasta 2007 cuando el Centro de Investigaciones Energéticas Medioambientales y Tecnológicas (CIEMAT) y el Departamento de Energía norteamericano firmaron un acuerdo para realizar un mapa en detalle acerca de la contaminación existente y diseñar un plan de retirada de la tierra afectada. Científicos americanos visitaron la pedanía de Palomares junto a los del CIEMAT y poco después llegó el anuncio de que se iban a iniciar los trabajos de la secretaria de Estado, Hillary Clinton, al entonces ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo. Sin embargo, tal y como dice Jesús Caicedo, "los técnicos ya hicieron su trabajo, que era estudiar la zona y analizar cómo realizar la retirada de los residuos, así que hay que hacerlo ya". Hay que dejar de mirar atrás, de ver las fotos de Fraga y ponerse manos a la obra. 

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