Jefe de Local de Diario de Almería
Hasta la primera mitad del siglo XX la provincia de Almería tuvo un crecimiento discontinuo de población, pasando de pérdidas a ganancias de habitantes de un año para otro, de forma que en 1950 el censo oficial no era muy diferente al registrado en 1900. Sin embargo, desde la década de los años sesenta el número de los almerienses creció y creció de manera continuada hasta 2013. Según los datos de la revisión provisional del padrón municipal del Instituto Nacional de Estadística (INE), hoy se contabilizan 696.159 almerienses (354.113 hombres y 342.046 mujeres), lo que se traduce en un retroceso histórico en relación al censo del año pasado que fue de 704.219 personas. Los municipios de la provincia pierden en su conjunto un total de 8.060 vecinos, un 1,1% menos, el descenso más acusado de Andalucía, que ha visto caer su población en un 0,34% en el último año. Más de 50 años creciendo hasta llegar a un debilitamiento vinculado a la situación de crisis económica.
Almería, que ocupa el 1,73% de la superficie de España, un porcentaje ligeramente superior al registrado en términos de población (1,45%), contaba en el año 1900 con un total de 366.170 habitantes. La provincia llegó a los 361.769 en 1950 y en el año 1981 superó los 410.000, según aparece registrado en los censos homogéneos. La distribución de los municipios, según su tamaño, es muy similar a la que presenta España, y los de menor tamaño son los más numerosos, un 50% del total, mientras que en Andalucía no llegan ni al 25%. En 1900 no había ningún municipio con más de 50.000 habitantes (la capital tenía 47.202 habitantes, Cuevas 20.603 y Huércal-Overa 15.774) y algo más del 40% de la población se concentraba en los municipios de 1.001 a 5.000 habitantes. Con el paso de los años se produce un éxodo de la población de las zonas del interior hacia los municipios costeros, además de la zona noreste, en torno al río Almanzora, que tradicionalmente ha concentrado un volumen demográfico elevado. Hoy por hoy el proceso de concentración ha provocado que en sólo 10 municipios habite más del 71% de la población de la provincia, casi un 30% en la capital. Aparecen El Ejido y Roquetas en segundo y tercer lugar fundamentalmente por el impulso del turismo y la agricultura. La despoblación del interior se refleja en municipios como Benitagla que, con menos de cien habitantes, tiene una quinta parte de la población que reunía en 1900.
Entre los cambios demográficos más sobresalientes del siglo pasado se encuentra el progresivo envejecimiento de la población, consecuencia directa del desarrollo de la sociedad española y su descenso de nacimientos e incremento de la esperanza de vida. No obstante, este proceso ha sido relativamente menos acusado que en el conjunto de España. Y es que Almería, con una tasa de 12,03 nacidos por cada 1.000 habitantes, sigue siendo la provincia andaluza con mayor tasa bruta de natalidad de Andalucía. Del conjunto total de nacimientos, un 33,6% tuvieron alguno de los dos progenitores extranjero. A lo largo del siglo XX, la localización de la población ha tendido a concentrarse territorialmente, se ha producido un aumento en el número de municipios más pequeños unido al envejecimiento de la población, una mejora de los niveles de cualificación y un desplazamiento de las actividades agrarias a las terciarias, según el Observatorio Económico del Servicio de Estudios del BBVA.
En su último informe destaca la elevada concentración almeriense en actividades del sector primario y la construcción durante el auge pre-crisis, lo que convirtió a la provincia a la provincia en el punto de anclaje para muchos inmigrantes, procedentes en un alto porcentaje del continente africano y más concretamente de Marruecos a diferencia de lo ocurrido a nivel regional y nacional. Las altas por variación residencial de la población marroquí supusieron el 30% de las registradas en 2010, frente al 16% en Andalucía y el 10% en España.
La población almeriense se puede dividir en cuatro grandes grupos en función del lugar de nacimiento de sus habitantes. En el último padrón municipal hay 447.952 personas que han nacido en la provincia (un 64% del total), 148.006 que lo hicieron fuera de España, otros 100.058 nacieron en otra provincia del país y 143 residentes restantes que proceden de lo que se denomina antiguos territorios españoles. La población extranjera de la provincia procede de muchos países, siendo los que más aportan Marruecos (43.786), Rumanía (29.761), Reino Unido (19.409) y Ecuador (5.072).
Sin jóvenes no hay paraíso
Los jóvenes son uno de los pilares fundamentales para el desarrollo de un municipio. La evolución del Estado del Bienestar requiere tener una población menor de edad en crecimiento permanente y en la provincia de Almería cada vez son más las localidades que están retrocediendo. Casi medio centenar de los municipios de la provincia tiene hoy menos de un 11% de su censo demográfico de menores de 18 años. Es más, existe una veintena de pueblos que no llegan ni al 8% de población infantil y adolescente, todo un obstáculo de cara al necesario relevo generacional, según el último informe presentado por el Defensor del Menor en Andalucía.
En cuanto a la población extranjera, Almería tiene alrededor de 30.000 menores de edad con origen en otro países, lo que representa un 24,2% de toda Andalucía, sólo por detrás de Málaga con 43.000. En Almería los menores extranjeros suponen un 20,7% del total y un 19% de la población de otros países. El peso de los menores extranjeros en la provincia ha pasado de un 10,7% en 2004 a un 20,7% en 2012. La población menor es una de las piezas clave en el despoblamiento que vienen sufriendo los municipios del interior, de los que hay ya una quincena con menos de 300 habitantes con un grave riesgo de desaparición a medio y largo plazo. Si no hay nacimientos y los pocos adolescentes que residen siguen optando por irse a los grandes núcleos urbanos de la costa almeriense. Si en el año 1900 el 51% de la población total de la provincia residía en los pueblos del interior, en la actualidad este proceso de concentración de la población ha provocado que en sólo 10 municipios habite más del 71% del censo almeriense. Hay pueblos de la provincia en el olvido y otros que van camino porque sin jóvenes no hay paraíso.
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