Mónica Ureta
El Correo de Andalucía
Un latigazo tras otro. Eso es lo que siente el PP-A cada vez que se conocen
nuevas revelaciones del caso Bárcenas porque en cada capítulo de este escándalo
–que habla de sobresueldos ilegales en el PP y de presunta financiación
irregular– aparece siempre un nombre: el de Javier Arenas. La reciente
publicación de los papeles originales del extesorero del PP reflejan que el ex
todopoderoso líder regional durante casi dos décadas cobró en 1997, cuando era
ministro de Trabajo, 2,8 millones de pesetas además de su sueldo oficial. Las
conversaciones entre Bárcenas y el director de El Mundo dibujan a Arenas como la
figura clave para entender la fuerza del extesorero dentro del PP de finales de
los noventa y principios de dos mil. Todo esto hace un “daño tremendo” a la
organización regional, aseguran fuentes de la actual dirección, que ven
“insostenible” que Javier Arenas continúe de diputado en el Parlamento
andaluz.
Hace justo un año los populares andaluces despidieron a quien fue su líder
indiscutible durante dos décadas en un congreso que se celebró de prisa y
corriendo tras el gran fiasco electoral del 25-M. Arenas se fue a Madrid, a su
puesto de vicesecretario de Política Local y Autonómica del PP, pero no se
marchó del todo de Andalucía. Sigue siendo diputado autonómico y el hecho de que
conserve su escaño incomoda a buena parte de la dirección actual del PP-A, que
critican los intentos de Arenas por seguir controlando los hilos del partido.
Las últimas revelaciones de Bárcenas que vuelven a apuntar al expresidente del
PP andaluz son la gota que colma el vaso y que debe poner punto y final a sus
vínculos con Andalucía, sostienen fuentes de la ejecutiva regional. Sin embargo,
durante este año, el líder del PP-A, Juan Ignacio Zoido, nunca le ha pedido a su
amigo que salga del Parlamento. El jueves el alcalde de Sevilla, que en su día
puso “la mano en el fuego por Arenas”, salió en defensa de su antecesor.
“Estamos indignados y lo peor es que no podemos hacer nada”, lamenta un
miembro de la dirección andaluza. Reconoce el “daño” que está provocando en la
organización regional el escándalo de los sobresueldos cobrados supuestamente
por altos cargos del PP, pero deja claro que este caso “no afecta al PP-A, sino
a una persona muy concreta”. “Todo el mundo tiene perfectamente identificado
dónde empieza y acaba la responsabilidad”, aclara esta fuente, en clara
referencia a Javier Arenas. “El caso Bárcenas no tiene relación con el PP-A. Le
hace daño a Javier Arenas. Está muy personalizado, no colectivizado”, coincide
un senador andaluz.
Para entender la relación de Arenas y Bárcenas hay que
remontarse a finales de los 90. El dirigente andaluz confirmó a Bárcenas como
gerente del partido cuando ostentó la Secretaría General del PP desde 1999 a
2002. La amistad entre ambos era evidente y sus familias compartían días de
veraneo en Marbella. Cuando la trama Gürtel le estalló de lleno al entonces
tesorero popular, Arenas fue su principal defensor: “Nuestro tesorero ha sido un
ejemplo de buen trabajo, profesionalidad y, en nuestra organización, siempre ha
sido un ejemplo de decencia”, dijo de él en 2009.
Arenas se atribuye el hecho de haber convencido al extesorero de que
dimitiera de su cargo en el partido, abandonara su escaño de senador y se diera
de baja como militante en 2010, cuando su situación era insostenible. Las
relevaciones de Bárcenas al director de El Mundo evidencian ahora que Javier
Arenas era la persona de interlocución del Gobierno de Rajoy y del PP con el
extesorero.
Guerra interna // Son muchas las críticas del PP andaluz a
la gestión que está haciendo Génova y el Gobierno central de este escándalo.
“Evidentemente se está gestionando mal, con el pie, y no creo que esta
estrategia se pueda mantener por más tiempo”, sostiene la dirección regional.
“Se está gestionando escasamente. Echamos de menos más explicaciones”, lamenta
un expresidente provincial. Otros, en cambio, ven acertado ese silencio
orquestado. “El partido está siguiendo una línea de defensa seria, que es muy
difícil que se escuche cuando el ruido es tan alto”, afirma un alcalde andaluz y
diputado en el Congreso.
Lo que sí apuntan desde la calle San Fernando es que “lo que está marcando la
estrategia de defensa del PP es la animadversión entre Cospedal [secretaria
general del partido] y Arenas”, dos viejos rivales en Génova. En el PP andaluz
admiten que a nivel nacional hay una guerra entre el nuevo PP, dispuesto a
llegar hasta las últimas consecuencias en este escándalo, y el “viejo” PP, donde
enmarcan a Arenas, superviviente de todas las etapas del partido, más proclive a
blindar a los cargos populares bajo sospecha.
Otra de las preocupaciones de la dirección andaluza es que el caso Bárcenas
pueda neutralizar y desinflar el efecto de la trama de los ERE en Andalucía, el
mayor caso de corrupción conocido en Andalucía y principal estrategia de los
populares para desgastar a los socialistas. “El PSOE va a intentar comparar
ambos asuntos y eso nos perjudica. Por mucho que expliquemos que no es lo mismo,
la gente lo percibe como otro caso de corrupción”, advierten desde la ejecutiva
regional. “Evidentemente Bárcenas le hace sombra a los ERE; nos dejan sin
posibilidad de ataque”, añade un senador.
Me he quedado helado, un jerezano pregonando la feria de Almería, manda huevos.
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