Juan
Torrijos
Periodista / La Voz de Almería
Uno
entendía que la inhabilitación a un político era sobre cargo el público que
ostenta. Y que nosotros sepamos el señor Llamas se presentó y salió como
concejal para el Ayuntamiento de Cantoria. Después, y gracias a ser edil, pudo
ser nombrado alcalde por el resto de sus compañeros del PP. Si la justicia lo
inhabilita, no hace falta ser muy listo para entender que lo hace por el hecho
principal, y éste es el de ser concejal en el Ayuntamiento en representación de los
vecinos.
Pedro Llamas, con el resto de candidatos del Partido Popular |
El
que nos salga ahora don Pedro con la historia de que habrá que esperar a la
interpretación que de la inhabilitación haga la justicia, nos lleva a entender
que se quiere pasar
por el aro de sus caprichos lo decidido por el juez. No es el primero que lo
hace, es cierto, pero con decisiones así estamos pervirtiendo a la ciega, si es
que ella no se ha pervertido suficiente.
Se
comprende la postura de la oposición socialista al abandonar el pleno de
nombramiento del nuevo alcalde, ya que don Pedro se mantiene como edil, lo que
para ellos es ilegal y contrario a la sentencia. Lo que quiere es seguir ejerciendo
como alcalde en la sombra, aseguran. ¿Y sentado en el mismo despacho? No le
cabe duda a nadie que así sería, lo ha venido haciendo en los últimos días con
todo el descaro.
¡Mucho
Pedro, mucho! Lo grave es que se le quieren buscar las vueltas a la sentencia de
inhabilitación dada por la justicia para que el señor Llamas pueda seguir con el
bastón de mando.
¿Y
qué dice a todo esto don Javier Aureliano, que nos manifestaba que don Pedro sabía
lo que tenía que hacer? ¿Era esto lo que tenía que hacer: dimitir como alcalde
y enrocarse en el cargo de concejal para seguir mandando en el Ayuntamiento?
Estoy
de acuerdo en que como él, si nos atenemos a lo que se ha hecho con el
urbanismo en la provincia, tendrían que estar otros muchos alcaldes. Pero al
que lo pillan… y a él lo han pillado.
Lo
menos que se espera de un político que representa a unos vecinos y a un pueblo
es un comportamiento de acuerdo con la legalidad. Pero claro, como la legalidad
la marcan ahora los señores de la política, se pasarán a la pobre por el forro
de sus caprichos. Y don Pedro seguirá mandando en el municipio de Cantoria.
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