María Cassinello
La Voz de Almería
A muchos años ya de esta supresión, que creo
fue en tiempos de José María Aznar siendo presidente del Gobierno, pienso yo y
conmigo muchos, que fue malo para los jóvenes de España. Porque, tras pasar por
hacer la Mili, volvían más espabilados, conocían otras tierras y otras gentes y,
sobre todo, otras culturas y eso era bueno.
Se mezclaban los españolitos al echarse
novias los del sur en el norte, o en el centro o levante, o en nuestras islas o
cualquier otro lugar de España, donde fuesen destinados. Aprendían disciplina, educación,
convivencia y en aquellos años en que los cursos del P.P.O los daban en los cuarteles,
conseguían tener un oficio, y al volver a su tierra obtener un puesto de trabajo
con una formación más que aceptable.
Pensaba yo eso mientras estaba oyendo
misa en nuestra Iglesia de San Juan, la primera catedral de Almería, que vino a
sustituir una mezquita al entrar los Reyes Católicos en nuestra tierra en los
años de la Reconquista de nuestra ciudad. Y es que en la misa presidida por el
arzobispo castrense el Excmo y Rvdmo Dr. D. Juan del Río, que presidía los
medios de comunicación cuando yo los llevaba en el Obispado de nuestra tierra,
vino a administrar el sacramento de la Confirmación a soldados de la Legión y
Guardia Civil, que, tras una buena preparación dada por sus sacerdotes castrenses,
recibieron este sacramento y algunos el del Bautismo y la primera Comunión.
Las palabras de don Juan del Río fueron
sencillas y elocuentes, dedicadas a reflexionar
sobre cómo todo hombre al buscar la
razón de su existencia y todo cuanto hay en la creación de nuestro mundo se
encuentra con Dios, porque es necesario para su Espíritu descubrirlo y sobre
todo porque encuentra que Dios lo está esperando.
La ceremonia, las palabras de don Juan
del Rio, la solemnidad de la Eucaristía, los cantos litúrgicos del coro, me hicieron
pensar era como un segundo filtro para su formación y educación tras haber recibido
la de sus padres en su casa, algo que les enriquece humanamente.
La disciplina de estos dos cuerpos del
Ejercito, Guardia Civil y Legionarios, su comportamiento y devoción me hicieron
admirarlos y pensar “¡Qué pena que tantos jóvenes no tengan esta segunda
oportunidad en su vida!
Yo mandaría a hacer la mili a tantos diputados
y senadores de nuestras Cortes… para que por lo menos aprendieran educación y
disciplina, el amor a la patria, a su bandera al esfuerzo a practicar el
compañerismo y al cumplimiento del deber.
Gracias, don Tomás, por haberme invitado
a ir, y enhorabuena por lo bien que salió todo, pero… así es el Ejército, y así
le sabe responder su Parroquia.
Curiosa la opinión de alguien que no pudo sufrir el problema. Si, doña María, puede que algunos volvieran más espabilados, otros volvieran con traumas por los abusos cometidos, otros con problemas de drogodependencia,... Cuan bonito es la jura de bandera, pero si conociera lo que había detrás quizá no pensaría lo mismo. Tiene una visión idealizada, en nada se parece a la realidad que conocí. En los políticos coincido con usted, pero los enviaba a todos en un submarino sin salir a la superficie. Un saludo.
ResponderEliminarQue mala y dura es la envidia anónimos y anónimas.......ánimo anónimos y anónimas a seguir descalificando a éste u otro, u otra persona, lo importante es que os salga la bilis amarillenta fruto del rencor.
EliminarSr/sñra contestador también anónimo. En el texto se dirige a esta señora con respeto, manifestando una opinión contraria fruto de su experiencia, ¿tanto duelen las opiniones contrarias?, ¿no estará hablando de sus sentimientos con eso de la bilis, rencor,...?. Igualmente le saludo cortésmente.
EliminarQue mala y dura es la envidia anónimos y anónimas.......ánimo anónimos y anónimas a seguir descalificando a éste u otro, u otra persona, lo importante es que os salga la bilis amarillenta fruto del rencor.
EliminarNos retratamos cada uno y cada una. Corte y pegue de nuevo el texto. Tiene que tener vd. la última palabra. Corto y cierro.
ResponderEliminarno la vas a tener tu anónimo nocturno, con las mezquindades.
Eliminarbuenos días, anonima nocturna.
EliminarSobre los diputados: no me cabe duda de que el 90% ha hecho la "Mili".
ResponderEliminarNo cabe duda viendo lo que pasa. En la mili el que era albañil solía acabar haciendo las chapuzas en la casa del teniente o superior a cambio de permisos (lo digo por experiencia). Esa es la formación que recibimos; que te puedes aprovechar del sistema en tu propio beneficio.
EliminarSeñora, con todos los respetos, usted es un poco rancia y recuerda a una época a la que no volver ni en broma. Solo le ha faltado hablar de lo bien parecido que estaba el caudillo bajo palio. Yo no he hecho la mili, y me alegro. No necesité someterme a un estamento militar para espabilar; no necesité estar destinado a cientos de kilómetros de casa para encontrar pareja; tampoco he necesitado a los militares para formarme y encontrar un buen puesto de trabajo. Son otros tiempos, por suerte, y la milicia, a la guerra, que para eso están.
ResponderEliminarMuy cierto, habla de lo que desconoce o le han transmitido sus correligionarios. Le ha faltado decir que en la mili los niños se hacían hombres (ay que me dá). Tiene razón esta señora; se conocían otras tierras; al dar los barrigazos la tierra hasta la comías. De risapena.
EliminarHAY UNA CANTIDAD DE TONTOS Y ANALFABETOS EN ESTE BLOG QUE ES COMO PARA VOMITAR.
ResponderEliminarCierto, hace usted gala de ello.
EliminarLa mili, ese gran servicio a la patria...
ResponderEliminarClaro, no se ve los perjuicios económicos que suponían tener que entregar un hijo al estado por un año, dejando de trabajar y gastando.
Tampoco habla de aquellas familias que perdían a alguno de sus vástagos en el servicio, o quedaban seriamente lesionados.
Esta señora ve la mili como un campamento de verano, en el que todos eran felices, fuesen ricos, pobres de La Coruña o de Tabernas.
Pues no señora, precisamente los pudientes se libraban, los demás a pringar.
Si quiere nostalgia, váyase a un área de servicio que hay en Tomelloso, se le saltarán las lágrimas.