Javier Menezo
Letrado del INEM
El verano está
trascurriendo sin los sobresaltos y zozobras de los últimos estíos. Es cierto
que aún estamos a mediados de agosto, un mes tan predispuesto a que se aprueben
normas que afecta a derechos sociales. La mayoría de las leyes sobre protección
por desempleo o reformas de esta protección se aprueban a finales de julio o
principios de agosto.
Cola para el casting / La Razón |
Pero esta vez el tradicional decreto ley que inicia las
vacaciones, el que hace el número once en lo que llevamos de año y reduce un
poco más el papel del Congreso a un lugar con cubatas baratos, apenas ha tocado
la normativa de desempleo. El decreto se limita a adecuar la legislación a las
recientes sentencias del Tribunal Constitucional y del Supremo en esta materia.
Una es la sentencia del tribunal constitucional que once años después de
formulado el recurso-sí, once años- determina que el SEPE, antiguo INEM, no
puede sancionar con un mes sin paro por no renovar la demanda de empleo ya que
eso corresponde a la Comunidad Autónoma. La otra se adapta a la doctrina del
Supremo sobre salida al extranjero mientras se cobra el paro.
Así que este año
las noticias sobre largas colas en Almería no se refieren a las oficinas de
empleo que tiene cita previa sino al casting para participar en una película.
Enternece leer la opinión de la diputada provincial de Cultura sobre que las
miles de personas que aguantaron horas de calor "pone de manifiesto la pasión
que hay por el cine y lo dispuestos que estamos a trabajar por consolidar
nuestra tierra como un plató de cine".
Me pregunto ¿si no pagasen por participar
en el rodaje estaríamos ante la misma pasión? ¿Si nuestra provincia no tuviese
una tasa de paro del 35,7 % habría tantas personas aguantado calor y colas para
consolidar nuestra tierra como un plató de cine?
No es sólo la pasión por el
cine lo que mueve semejantes multitudes, es por el paro. Porque de lo que no hay
duda es que si hay algo consolidado en nuestra provincia es el desempleo, pero
da la sensación de que los parados se han volatilizado. Hace apenas tres años,
cuando entre nosotros el paro de la encuesta de población activa era inferior en
32.000 personas al actual, el 9 % llevaba dos años sin empleo, Arenas organizó
una manifestación. Ahora se impone la invisibilidad, cuando no la sospecha de
fraude.
Así que las colas son por la pasión del cine, no porque haya 132.000
parados, ni porque el 25 % lleve dos años sin empleo, ni porque sólo el 64 % de
los apuntados al paro cobren algo, o que de los que cobran, dos tercios
reciba 426 euros y el resto una media de 700. No, es la pasión por el
cine.
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