Francisco Giménez-Alemán
Periodista / El Correo de Andalucía
El Partido Popular ganó el año pasado las elecciones andaluzas. Por primera
vez en treinta años el PSOE se veía superado por el centro-derecha en las
autonómicas. La unión con Izquierda Unida permitió a los socialistas conservar
el Gobierno, pero el hecho histórico de la ventaja popular no se puede
negar.
Zoido y Arenas |
Mi desconfianza de las encuestas se vio acrecentada en esos comicios. Ningún
sondeo negaba la mayoría absoluta al PP. Hoy tenemos más motivos para no fiarnos
de las encuestas, desconcertadas ante dos escándalos de tanta repercusión
pública como son el caso Bárcenas y el de los ERE fraudulentos. Es imposible
saber cuál de los dos tiene mayor impacto negativo entre los españoles, pero es
presumible que el segundo esté dando la puntilla a las aspiraciones electorales
de los socialistas en Andalucía. Por si faltaba algún indicio sobre la
responsabilidad del Gobierno de la Junta, Mario Jiménez lo ha dejado bien claro
al pedir que el sumario se eleve de una vez al TSJA y el Supremo. Blanco y en
botella.
Precipitados los acontecimientos y con predecibles novedades a la vuelta del
verano, llama poderosamente la atención el hecho de que el PP-A no haya resuelto
ya su candidatura para unas autonómicas que pueden estar al caer en otoño o
coincidiendo con las europeas. No dudo de que, como ha dicho José Luis Sanz, el
partido sepa a quien ha de situar como aspirante a presidente. Pero es que a
estas alturas quienes deberían conocer el nombre son los electores. Un candidato
no se improvisa en horas veinticuatro. Necesita tiempo y kilómetros para
recorrer ciudades y pueblos. Necesita TV y medios para darse a conocer, para que
se le vea la cara desde Ayamonte al Cabo de Gata, y necesita sobre todo
estrechar manos y sentarse a hablar con la gente.
Día que pasa, día perdido. El PP se quedó a muy pocos votos de lograr la
mayoría absoluta. Y el esfuerzo que tendrá que hacer para los próximos y
seguramente adelantados comicios, no se compadece con esta indecisión a la hora
de designar su cartel electoral. Es un clamor que se extiende entre los
militantes, simpatizantes y presuntos votantes de un partido que se encuentra
ante una ocasión de oro para abrir las puertas de San Telmo. Porque, a no
dudarlo, el escándalo ERE le va a pasar una muy fuerte factura al PSOE andaluz
por mucho que intente lavar su imagen precipitadamente antes de que la jueza
Alaya prenda la mecha a la traca final.
Los populares no pueden esperar más. El electorado debe verle la cara al
candidato mejor hoy que mañana. No vengan luego con los lamentos que venimos
escuchándoles en las noches electorales de los últimos treinta años.
que barbaridad, un hombre del MOvimiento............increible.
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