Juan
Torrijos
Periodista / La Voz de Almería
Le
compro el argumento al diputado popular por Almería si reconoce al mismo tiempo
que otro fraude fue el relevo de Esperanza Aguirre en Madrid. Lo que no parece
de recibo es que cuando lo hace uno está bien y cuando es el otro se convierte
en un fraude. Piensan estos políticos que somos estúpidos.
Entiendo
que el PP pida adelantar las elecciones en Andalucía, y que el PSOE no esté por
la labor. En Madrid era el PSOE el que las pedía y el PP el que no entraba en
el juego. Algún día los políticos dejarán de usar la ley del embudo. Mientras
no lo hagan, los ciudadanos seguiremos pensando que los únicos bobos e inútiles
son ellos.
Somos
muchos los que pensamos que esos relevos políticos tienen un tufillo raro, pero
tal y como se lo han montado los partidos no dejan de ser un fraude político pero
legal. Se vota a un partido, no a un candidato. Al presidente lo nombran los
diputados, no los ciudadanos.
Consecuentes
con ello, si un presidente deja el poder los demás diputados votan al
siguiente. Todo legal. ¿Que deberían cambiar la ley? Sin ninguna duda. Pero no
quiere ninguno de los dos grandes partidos: PP-PSOE. Y diría más, tampoco lo
quiere el tercero, IU, que una vez que ha metido la cabeza en el poder y, según
las consultas subiendo, le interesa el actual sistema. No cambiarán ni una coma
y seguirán haciendo lo que les dé la gana.
Uno
de los argumentos usado por Javier Aureliano para pedir elecciones anticipadas es
“Por la dignidad de Andalucía”. ¿Y por la dignidad de Madrid? La de Madrid, como
están mandado los peperos no peligra. La de Andalucía, en manos del PSOE y de IU,
sí.
El descaro
de estos políticos es descomunal. Les importa un pimiento usar un argumento
aquí y el contrario en la comunidad vecina. No se les cae la cara de vergüenza cuando
apoyan el trasvase del Tajo y se oponen y se cargan el del Ebro. Si la mariscada
se la da uno de IU es de pecado, si lo hace uno del PP en Garrucha se trataba de
una recepción de la que el pueblo iba a sacar beneficios.
Te
lo dicen y se quedan tan panchos. No se les desprende la cara. No busquen parte
de los mofletes por los suelos que no se les caen. Los tienen bien agarrados a
los sueldos y sillones de que disfrutan. El único fraude de verdad: ellos. Los
políticos.
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