Almería y el 'efecto Dumas'

Raúl Montoro Rodríguez
Licenciado en Derecho


EL hecho diferencial almeriense es el paradigma de la lucha por la supervivencia y la superación dentro de una Andalucía dominada por los poderes occidentales (del Sur), aquellos que nos alejan de los centros de decisión económica y, particularmente, centralizan y monopolizan la política sin contar con nosotros. 

Gobierno andaluz
Nuestra historia da fe de que cuarenta años atrás vastos campos vestían nuestra provincia, yermos de oportunidades y rebosantes de miseria. Esos campos han sido transformados por los almerienses (oriundos y acogidos), sin apoyo ni ayudas millonarias desde Sevilla. Solo el esfuerzo, sacrificio e inteligencia de sus habitantes han convertido un pequeño desierto en el mayor mercado agrícola del mundo, una patente socioeconómica que analizan y copian muchos otros países. 

El milagro almeriense está en boca de la clase política, la andaluza en concreto, el cual elogian y aprovechan, pero nunca reconocen de verdad. Mucha corrección al hablar pero nula convicción al sentirlo. Se podría decir que estamos sufriendo el "Efecto Dumas", por alusión al lema suizo que el escritor francés del mismo apellido popularizó en su novela D'Artagnan: Almería está para toda Andalucía, pero el resto de Andalucía no está para Almería. 

La última evidencia: el nombramiento de consejeros esta semana por la nueva Presidenta de la Junta, olvidando nuevamente a nuestra tierra. Como dijo una organización agraria provincial al calificar el suceso, "una marranada y punto". Almería sí necesita y se merece, como la que más, uno o más consejeros, incluso un/una Presidente/a de la Comunidad que rompa de una vez por todas con el indignante y reprochable centralismo sevillano. Merecemos más poder institucional, más representación en la denostada política regional.

Defender lo sucedido esta semana, o contradecir esta aspiración legítima, es pura ignorancia o servilismo (cuál de los dos peor), tan grave como cuando algunos dicen que los consejeros elegidos son los mejores posibles (mejores, ¿para quién?), que no se recurra al provincianismo (excusas del conformista), o que Almería tendrá una gran representación en el gobierno andaluz, al estar la Presidenta muy vinculada a esta tierra (pues menos mal…).

Obras son amores, que no buenas razones. Si queremos más, sería aconsejable dejar de ser buenos siervos para convertirnos en mejores dueños, y para eso hay que alzar la voz y plantarse. (Diario de Almería).

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