Pedro
M. de la Cruz
Director
de La Voz de
Almería
Cuando
escribo esta carta desconozco si en las últimas horas se ha filtrado quiénes estarán
sentados en el Consejo de Gobierno. Ignoro, por tanto, si habrá algún
almeriense entre los elegidos. No por curiosidad periodística, al cabo es
cuestión de horas saberlo. El interés inquietante de la duda está provocado
porque cuando se despeje tendremos la certeza de si la nueva presidenta pone a
Almería en el lugar que le corresponde o, como el atropello que cometieron sus
antecesores –todos, sin excepción-, cae en el error de insistir
en el insulto a la inteligencia, el desdén territorial y el error electoral con
que el poder sevillano ha tratado a esta provincia en los últimos treinta años.
Que
los presidentes Escuredo, Borbolla, Chaves y Griñán hayan confiado en solo cuatro
almerienses entre los 171 nombramientos de consejeros habidos hasta ahora es
una relación matemática desoladora. No para los almerienses (o no solo para los
almerienses), sino para la inteligencia que habría que presuponerles como presidentes.
No hay
ni una sola razón, ni una sola, que justifique tanto desprecio hacia la
provincia que más ha avanzado en innovación, creatividad y esfuerzo colectivo. Cuesta
imaginar cuánto más podríamos haber avanzado si el desdén de estos años no
hubiese sido tanto y el interés tan poco.
Susana
Diaz tiene en estas horas la capacidad y la responsabilidad de romper con esa
contradicción. No es una cuestión de patrioterismo provincial; tampoco de lógica
territorial; mucho menos de reparto político de cuota. No es o no será esta
provincia la menospreciada si entre los consejeros que tomaran posesión dentro
de unas horas no se encuentra ningún almeriense. Una mancha más al tigre no
cambia su fisonomía.
La Voz de Almería de hoy |
La
agricultura almeriense no da lecciones a nadie porque ha aprendido de todos,
pero sí tiene un concepto generoso del conocimiento compartido. Por eso ha sido
capaz de hacer en un puñado de años la Reforma Agraria que demanda el
siglo XXI y no la del XIX que todavía demandan algunos románticos.
Ha
convertido el desierto en 30.000 hectáreas de bosque (¿qué son los
invernaderos sino un bosque cubierto de plástico?). La multipropiedad de la
tierra ha convertido en quimérica la posibilidad improductiva del
terrateniente. La asunción de la tecnología como un instrumento estratégico permanente
nos ha convertido en la geografía donde mejor se utiliza en el mundo un recurso
tan escaso como el agua.
Ha
mirado a Europa como mercado, no como centro subvencionador bajo el que dar
justo cobijo a necesidades estructurales pero bajo el que también se han
cobijado más veces de las necesarias la ausencia de voluntad para innovar.
El
azar no ha situado a Almería en la capital mundial de la agricultura intensiva.
Ha sido el trabajo y el conocimiento y la voluntad de aprender lo que lo han
logrado. Y esas son las razones por las que no alcanzamos a entender que en treinta
años de gobiernos autonómicos de trece consejeros de Agricultura solo uno haya sido
almeriense; y no llegó a completar una legislatura.
Hay
quienes han basado desde hace años la sugerencia de que un almeriense ocupara
en el nuevo gobierno la consejería de Agricultura en el hecho de que Almería sea
la que más aporte al PIB agrícola de Andalucía o que sus exportaciones sean un elemento
determinante en nuestra balanza comercial. Son argumentos de peso. Las cifras
son rotundas. Pero la importancia de las mismas no radica en el peso de su
volumen numérico o porcentual. Lo verdaderamente importante es el trabajo y la
inteligencia que las provocan.
Las cifras
son la consecuencia de una capacidad emprendedora, la concreción aritmética de
un modelo productivo. Hasta ahora en la Andalucía agrícola hay dos filosofías. La tradicional,
basada en la subvención (que enmascara el error de la ausencia de
competitividad) o la innovadora, que busca en las nuevas tecnologías, la
experimentación genética o la adecuación a la demanda su estrategia productiva.
La
leche que produce la vaca es importante, pero lo que más valor añadido y más puestos
de trabajo genera es su transformación en pasta, en queso o en galletas.
De
las limitaciones del primero y de las posibilidades del segundo las gentes de
esta tierra saben mucho. Sería un error insistir en ignorarlo.
Comenzaba
su Discurso de Investidura Susana Díaz alegrándose (y lamentándose por la
insignificancia reveladora del número) de que aquellas seis mujeres que se
sentaron en el primer parlamento andaluz protagonizaran el primer paso de una larga
marcha que culminó el jueves con la elección de una mujer como presidenta de la Junta. Me gusta esa música.
¿Por qué no llevar ese primer paso más allá y en otros campos hasta ahora
ignorados?
(Publicado en la edición de papel de La Voz de Almería. Autorizada su reproducción).
ya sabemos hace tiempo que Teruel va a ser el salvador de la economía almeriense, no mareen más la perdiz
ResponderEliminarLa única salvación de Almería está distanciándose de esa Andalucía de subvención, frivolidad y corrupción gestionada por la Junta, una administración inepta al servicio de Sevilla. Sí no queremos que nos pase como a Madrid y la pésima imagen de España, hay que diferenciarse Tenemos nuestra propia identidad y los políticos almerienses de los partidos tradicionales siempre procurarán no molestar para mantener el sueldo y el cargo. Aprendamos de navarros, asturianos o cantabros. Almería comunidad autónoma.
ResponderEliminarSi vais a terminar igual que la región de Murcia andáis apañaos,almeria jjoo 2024 jajajaja
ResponderEliminarcon todos mis respetos pero almería tiene muchísimo más potencial q murcia
EliminarSi si, de boquita asi nos va. Sobre todo en parados en una ciudad como Almeria, que hace luis rogelio, para crear empleo en su ciudad?
EliminarSi si, de boquita asi nos va. Sobre todo en parados en una ciudad como Almeria, que hace luis rogelio, para crear empleo en su ciudad?
EliminarY YA SABEMOS TODOS DE QUE PIE COJEA EL AUTOR DE ESTE ARTÍculo
ResponderEliminar¿Del derecho o del izquierdo?
ResponderEliminar¿Del derecho o del izquierdo?
ResponderEliminarcojea del pie que le pague, como siempre, o es que no conoces la política de La voz?
ResponderEliminarYo tb creo que separamos de Andalucía nos vendría mejor
Personajes como este son los que nos mantienen en el atraso. ¿Cuántos años lleva pontificando desde La Voz? De que ha servido, como el mismo reconoce.
ResponderEliminardel pie del bolsillo más cargado jajjaj
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