Iván
Gómez
Jefe
de Local de Diario de Almería
“En
este Día Internacional de la
Democracia exhorto a los dirigentes a que escuchen y respeten
la voz de los ciudadanos”. Es el mensaje que cada año repite el secretario
general de la ONU ,
Ban Ki-moon, con motivo que de una efeméride, la de hoy, 15 de septiembre, que
pasa de largo, con más pena que gloria, porque en muchos países, como decía
Charles Bukowski, la única diferencia hoy entre una democracia y una
dictadura consiste en que en la primera puedes votar antes de obedecer las
órdenes.
Manifestarse a veces cuesta dinero |
El
sistema democrático en España está sufriendo los primeros síntomas de
desafección ciudadana principalmente ligada a una clase política incapaz de
ofrecer remedios a las profundas dificultades y aplicar una nueva política
económica global para salir de la recesión sin necesidad de recortar en
derechos. Y cuando los ciudadanos se muestran contrarios a esas decisiones que
los dirigentes adoptan o a los escándalos por corrupción que azotan
prácticamente a todas las administraciones públicas del país no se puede
gobernar a golpe de sanción.
En
la provincia de Almería fueron multados el pasado año por las protestas de mayo
y octubre contra la reforma educativa casi una veintena de estudiantes de la Universidad y
Secundaria. No fue precisamente una lección de democracia la que recibieron los
futuros profesionales de la sociedad almeriense. Pero más preocupante es la
situación de Fernando Plaza, secretario de Movimientos sociales y Vecinales del
Consejo Provincial de Izquierda Unida. En menos de un año han sido dos los
expedientes sancionadores que le han abierto por manifestarse, un derecho, el
de reunión pacífica, que se recoge en el artículo 21 de la Constitución Española.
La
“barbacoa de chorizos” le salió cara, al recibir hace unos días una multa de
nada menos que 301 euros por su participación en la protesta que se realizó de
forma simultánea en medio centenar de ciudades españolas frente a las sedes del
Partido Popular. Fernando fue identificado por un agente de la Policía Nacional
que en el atestado lo consideró como el organizador y promotor de la manifestación
surgida a través de las redes sociales a raíz de las revelaciones sobre la
presunta financiación ilegal del PP, los mensajes del extesorero y el
presidente del Gobierno y las declaraciones de Luis Bárcenas declarando
abiertamente que existieron los sobresueldos.
El
dirigente de Izquierda Unida de Almería se sumó al estallido de indignación
ciudadana que se produjo a lo largo de todo el país, pero con la mala fortuna
de haber sido, de momento, el único señalado por una protesta no autorizada por
la Subdelegación
del Gobierno. Participó como uno más en la convocatoria que surgió a través de
Facebook, unos minutos antes de irse a trabajar en su turno de enfermero, y se
le considera el precursor de una “barbacoa de chorizos” que no sentó nada bien a
los populares. “Estuvimos gritando frente a la sede del PP sin impedir el paso
de los peatones ni cortar el tráfico. Manifestarse no es delito”, argumenta el
denunciado. Es más, la
Policía Nacional puso en marcha un cordón policial que, en
ningún momento fue quebrantado.
El
expediente sancionador recoge literalmente que se concentraron 80 personas a
través de las redes sociales para protestar por la política del Gobierno con
pancartas de Basta de corrupción, Elecciones ya y Rajoy dimisión. A juicio de los
concentrados los agentes se excedieron en el cómputo de manifestantes, lo que
no suele ser nada habitual (suelen tirar por lo bajo), porque no llegaban ni al
medio centenar y eso es fácilmente comprobable en las fotografías.
Según
el documento sancionador, el coordinador de Movimientos Sociales de Izquierda
Unida fue identificado como promotor al “dirigirse a los concentrados dando
instrucciones e iniciando la mayoría de proclamas y portaba la pancarta”. El
afectado y su partido ya preparan un recurso jurídico a la sanción, que hoy
precisamente será analizado en el Consejo Provincial que celebra Izquierda
Unida, al entender que no hay motivos para que se le culpabilice de una
convocatoria abierta que, según los propios denunciantes surge en las redes
sociales. “Cada persona fue a título individual, no soy el líder de las
reivindicaciones de la ciudadanía”.
Es
más, no es la primera vez que Fernando Plaza recibía una sanción por su papel
activo en las protestas contra las medidas del Ejecutivo. A finales del pasado
año, fue expedientado junto a otra persona, y tuvo que abonar el mismo importe
que ahora le exigen, por acudir a la manifestación contra la reforma de la ley
educativa que recorrió las calles del centro de la ciudad. Se reconoce el
derecho a la reunión pacífica y sin armas; el ejercicio de este derecho no
necesitará autorización previa reza en la Constitución.
Es
un ejemplo de que en esta provincia, como en el resto, hay mucho camino por
recorrer en el empeño cada día de más personas de democratizar la democracia
para que no funcione a golpe de sanción.
“La
democracia no es el silencio,
es
la claridad con que se exponen los problemas
y la
existencia de medios para resolverlos”
Enrique
Múgica
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