Simón Ruiz
Periodista / La Voz de Almería
La primera visita a Almería de la nueva presidenta de la Junta de Andalucía,
Susana Díaz, sirvió ayer para conocer que en el ‘nuevo tiempo’ que se ha abierto
en el Gobierno de la comunidad habrá una provincia que estará “en el corazón de
las decisiones”. Lo anunció Díaz con tono institucional, vestida con un traje de chaqueta con
colores rojo y blanco -los mismos que la bandera almeriense - y leyendo un
discurso que traía preparado desde Sevilla. La presidenta llegó siendo
consciente de que la ausencia de un almeriense en su primer Gobierno no ha
pasado desapercibida. “Comprendo la polémica”.
Susana Díaz, ayer, en Almería |
Y tan alta comprensión mostró que, en una especie de reconciliación, se
sinceró afirmando que a ella también le hubiera gustado tener en el Consejo a
un/a almeriense y que el malestar generado es “lógico, natural y legítimo”. Pero una cosa son las comprensiones y la solidaridad y otra son las
realidades. ¿Por qué no tiene Almería un consejero? La respuesta fue extensa.
“Hice un Gobierno con personas con capacidad y compromiso con todo el territorio
andaluz, sin preguntar el lugar de nacimiento”, vino a decir en su declaración.
“No quiero obviar el debate”, aclaró antes de abrir el turno de preguntas.
Forma parte del argumentario desde los tiempos del expresidente José Antonio
Griñán. “No hay consejeros de provincias. Almería está representada por todos y,
fundamentalmente, por esta presidenta, que estará especialmente atenta a las
necesidades de Almería”. La frase también la pronunció Díaz. ¿Y el sentimiento de lejanía que hay de Almería respecto a Sevilla, del
centro de poder autonómico? Para la jefa del Gobierno andaluz, solventar esta
cuestión no se hace nombrando a un almeriense al frente de Agricultura o Salud,
por citar dos departamentos, sino que se evita esa ‘sensación” “situando a la
provincia en el corazón de las decisiones”. “Voy a estar especialmente atenta”,
insistió.
Para la presidenta, hay muchos “matices” a la hora de criticar en positivo o
negativo la configuración de un Gabinete. Así, recordó que la cuota socialista
se limitaba a ocho representantes, que no imperaban criterios territoriales y
que si antes había habido consejeros nacidos en Madrid, ahora siguen dos
oriundos de Extremadura, el de Educación, Luciano Alonso, y el de Justicia e
Interior, Emilio de Llera. El primero se adscribe a la cuota malagueña y el
segundo a la sevillana.
“Quiero que se sienta el aliento de la Junta”, prometió también la presidenta
desde un atril, acompañada de la delegada del Gobierno en esta provincia, Sonia
Ferrer, mientras seguía celebrándose una reunión con representantes del sector
agrícola. Se estrenaron Jerónimo Pérez Parra y la consejera Elena Víboras. “Almería tiene una cosa fundamental, la presidenta de la Junta”, proclamó
Susana Díaz, cuya gestión va a estar también encaminada a “ir corrigiendo” el
sentimiento de agravio en lo que a desarrollo de infraestructuras se
refiere. “Será mejor para los almerienses”, aventuró, sin conocer aún la crítica del
PP por su “falta de compromiso con promesas que no se han cumplido”. Díaz volverá en unas semanas. Prometió más cumbres sectoriales en Almería. El
corazón sigue latiendo.
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